Capítulo 8: Perdón.

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Cuando Akihiro Mena llegó de nuevo a la residencia Matsumoto, pudo ver aún a las ocho chicas restantes aún levantadas y hablando en el salón principal. Akihiro era muy observador y notó al momento que faltaban dos, ''las que siempre discuten'', tal y como Mena las llamaba. No quiso molestarlas, así que se dispuso a dejarles un par de refrescos en la mesa e ir a su cuarto. A punto estuvo de hacerlo cuando el timbre de la casa sonó, llamando la atención de todos. Akihiro fue a la puerta acompañado de la madre de Rise.

- ¡Buenas!- dijo una mujer al otro lado del umbral.

- .. ¿T-Takako?- dijo Akihiro con sorpresa.

- Hola, Akihiro.- dijo Takako sonriendo.

Las chicas se asomaron con curiosidad.

- ¿Qué haces aquí?- preguntó Akihiro.

- He venido a hacerte una visita. Tenía ganas de ver cómo era tu tierra natal.- contestó Takako.

- Pero tú no estás asignada a este caso, ni siquiera eres investigadora. Te estás jugando tu puesto de trabajo viniendo aquí.- dijo Akihiro.

- Por eso no te preocupes. Hay algo que tengo que hacer aquí en Takaoka, así que puedo estar por la zona.- dijo Takako.

Takako, además de ser compañera de Akihiro en la empresa de Namori Asociados, era la secretaria de su jefe Mikami. Era un año menor que Mena, aunque a veces podía incluso aparentar menos. Tenía el pelo castaño y vestía siempre ropa informal.

A Akihiro le pareció bastante extraño que su compañera apareciera allí. ¿Qué sería aquello que tenía que hacer? La madre de Matsumoto se mostró amable y la invitó también a quedarse esa noche.

- Esto va a acabar pareciendo un Realily Show..- pensó Akihiro.

Takako se acomodó de inmediato a la vista de las chicas, las cuales la miraban con curiosidad y con algunas preguntas en mente. La más pensada: ''¿Quién es?''

Mientras tanto, en la habitación de Himawari y Sakurako, la duda era por otro asunto muy diferente.

- S-Sakurako.. ¿estás despierta?- dijo Himawari entrando en la habitación.

Pregunta de la que no obtuvo respuesta, quizás porque Sakurako estuviera ya dormida o la estuviera ignorando. Con todo el cuarto a oscuras menos por la tenue luz que entraba por la ventana, Himawari cerró la puerta tras de sí y se acercó a la cama. Se puso en frente de su compañera para comprobar si estaba dormida.

- Moooo, ¿qué quieres?- dijo Sakurako casi susurrando debido a que estaba medio adormilada.

- N-nada, solo ver si estabas despierta.- dijo Himawari.

Dio la vuelta a la cama y se metió por el otro lado para dejar su sitio derecho a Sakurako.

- No sé para qué te metes en la cama, si tú prefieres dormir en el suelo antes que conmigo.- Sakurako habló seria, aunque en el fondo de sus palabras se notaba que le dolía.

- Sakurako, no quise decir eso. Estaba enfadada porque llevas todo el día quejándote por esto. Soy yo la que debería pensar que tú no quieres dormir conmigo.- dijo Himawari.

Sakurako se incorporó y se dio la vuelta para mirar a Himawari.

- ¡Yo siempre me quejo! ¡Eres mi rival!- decía enfadada.

- ¡Pero también soy tu amiga! ¡Nunca me demuestras que me aprecias!- contestó Himawari.

- ¡Porque tienes los pechos enormes!- dijo.

La cicatriz secretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora