Capítulo 11: Necesidad.

502 55 21
                                    

Cuando consiguieron calmar a Chitose, todos respiraron tranquilos incluidos Takako y Akihiro, los cuales no estaban tan acostumbrados a los delirios de la chica con gafas.

- Akaza, ¿estás bien? Tienes la cara un poco roja.- observó Akihiro.

- ¿Eh? Creo que me noto algo de fiebre..- decía Akari.

- Te acompañaré al baño a refrescarte un poco, Akari.- se ofreció Yui.

- Yo también iré.- dijo Chinatsu.

En cuanto se fueron, Akihiro volvió a mirar la urna con gesto preocupado. Era algo que no podía quitarse de la cabeza. Cualquiera en su lugar se haría al menos tres preguntas: ¿Quién roba una urna para luego devolverla? ¿Arrepentimiento por robarla.. o fue algo más? Y lo más importante: ¿Estaría la urna relacionada con el asesinato?

- Eh, Akihiro.- le llamó Takako.

- ¿Sí?- dijo el nombrado.

- Tienes cara de cansado, quizás el tema de la urna te está afectando un poco.- dijo observando las ojeras que tenía.

- Totalmente..- dijo Akihiro.

- Ve a dormir un rato, te sentirás mejor. No vale la pena dejar de dormir por una urna hortera sin más adorno que el símbolo de la propia familia.

- De acuerdo, pero antes pasaré por la habitación de Nishigaki para ver cómo está.- contestó.

- Como quieras.- Takako se conformó.

- Oye, Takako.- dijo de repente Akihiro.

- Dime.

- No me esperaba mucho cuando llegué a Takaoka, pero desde que entré en esta residencia.. tuve la sensación de que algo estaba por llegar.- decía Akihiro.

- ¿En serio, Akihiro? ¿Eres adivino ahora?- contestó la compañera con burla.

- Era más que nada una sensación.- dijo Mena.

- ¿..Intuición femenina?- siguió entre risas Takako.

Akihiro la miró de reojo sonriendo.

- Algo así.- contestó Akihiro.

Dicho esto, Akihiro se retiró con paso firme hacia la habitación de la profesora. Teniendo en cuenta que ambos tenían la misma edad, posiblemente se entenderían bien y quizás Akihiro hasta conseguiría que saliera de su cuarto para hablar con las demás. El ex policía no estaba muy acostumbrado a estas situaciones y empezó a caminar con torpeza por los nervios.

- Bueno, ésta es.- pensó Akihiro parándose delante de la puerta que conducía a la habitación de Nishigaki.

Llamó a la puerta pero no respondió nadie. Se dispuso entonces a abrir la puerta lentamente.

- ¿Nishigaki?

En su interior pudo ver a la profesora sentada sobre la cama con la cabeza baja y sin decir nada. Al oírlo entrar, se dirigió a él con la mirada.

- Ah, Akihiro-san.- dijo Nishigaki.

- Buenas. He venido a ver cómo se encontraba, me tiene preocupado.- dijo Akihiro.

- Estaré bien, solo necesito un poco de tiempo.- contestó.

- Si lo necesita, me puedo quedar aquí un rato.- se ofreció Akihiro.

- Tranquilo, estaré bien. En un rato saldré y hablaré con las estudiantes, seguro que también están preocupadas.- dijo Nishigaki.

- Me parece bien.- Akihiro se dio la vuelta para marcharse cuando la profesora lo volvió a llamar.

La cicatriz secretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora