15. Te extrañaba

247 16 0
                                    




Me volteé hacia Derek, rodeé su cuello con mis brazos y lo empecé a besar apasionadamente. Él tocaba mi espalda y apretaba mi trasero con desesperación, ambos moríamos de deseo, sentía que no podía más. Mordía su labio mientras él lamía los míos haciéndome soltar gemidos casi imperceptibles.  Poco a poco sentía como su miembro se comenzaba a despertar, mientras la excitación aumentaba en cada milímetro de mi ser con cada beso y toque de su lengua en mi boca y cuello.

De pronto me apartó de él, empujándome son suavidad:

–Lo siento muñeca – dijo con la mirada en el suelo – me pondré mi pijama.

Y se encerró en el baño de mi habitación.

Me deje caer sobre mi cama un poco conmocionada. La reacción de Derek me había confundido, ¿por qué me había rechazado? Creo que fui bastante obvia como para dejarle ver que esta vez estaba totalmente dispuesta a hacer el amor con él.

Me quedé mirando el techo de mi habitación hasta que la puerta del baño se abrió y Derek salió, se dirigió directo al sofá de la ventana sin dirigirme la mirada, se acostó, se cubrió con la manta y me dijo un "buenas noches" casi como un susurro.

Una bocanada de valentía me llenó el alma, así que me dirigí hacia Derek, quien tenía una almohada en la cara, levanté la manta y me subí a horcajadas sobre él.

–¿Qué haces preciosa? – preguntó un poco sorprendido.

–No puedes besarme de esa manera y luego simplemente irte. Terminemos lo que hemos comenzado – dije con la voz mas sensual que me había salido nunca.

Me abalancé sobre él y le comí la boca. Nos besábamos hambrientos, desesperados, deseosos de desnudarnos y devorarnos. Derek bajo a mi cuello, llenándolo de besos y lamiéndolo a su antojo mientras me arrancaba el vestido con delicadeza. Cuando lo logró, se quedó admirando mi cuerpo, que estaba completamente sobre el suyo.

–¡Vaya! Amo cuando usas ropa interior blanca, y se nota que has hecho ejercicio.

Pasó sus manos por mi cintura mientras me besaba los senos por encima de mi sujetador. El calor aumentaba mientras sus manos recorrían todo mi cuerpo. Hasta que una luz, proveniente del jardín, se filtró por la delgada cortina de la ventana.

–No es por desanimarte, pero creo que nos pueden ver, y estamos en la casa de tus padres – dijo un poco asustado y avergonzado.

–Entonces pasémonos a mi cama, y no te preocupes, las paredes impiden que el ruido salga de la habitación –

Sonrió ampliamente, se levantó del sofá conmigo alzada rodeándole la cadera con mis piernas, y me dejó caer en el colchón. Se quitó el pantalón de su pijama, y se situó sobre mi, besando mis hombros mientras se deshacía de mi sujetador. Besó cada centímetro de mi piel, hasta que poco a poco me fue desprendiendo de mis bragas también, acariciando mis piernas suavemente. Besó mi vientre con total delicadeza, estaba completamente mojada, y creo que Derek lo notó, porque acto seguido, se quitó su ropa interior, se abrió paso entre mis piernas y entró en mi.
Sus movimientos comenzaron lentos, pero poco a poco se tornaron más intensos. Sus embestidas cada vez eran con más fuerza haciendo que yo gimiera y rasguñara su espalda, teniendo mi primer orgasmo. Sin embargo, Derek continuaba y el placer aumentaba cada vez más. Luego de un rato de movimiento y besos intensos, ambos llegamos al orgasmo juntos. Derek gimió ahogadamente en mi oído mientras yo lamía su mejilla. Y luego todo fue calma.

–Eres perfecta – susurró mientras besaba mi frente y me halaba para recostarme en su pecho.

–Tú lo eres, te extrañaba tanto – dije un poco cansada, y con la respiración agitada como la de él.

–Y yo a ti, eres mi pequeña fogosa –

De inmediato me sonrojé.

–No es que sea fogosa, es que solo tu me haces sentir dos orgasmos en un solo encuentro –

–Mmmmmm, entonces creo que deberíamos hacerlo de nuevo, para empatar –

Nos cubrió a ambos con las sábanas y comenzamos de nuevo.

***

Eran las 8 am cuando la alarma sonó. Me suspendí de la cama y de inmediato ingresé al baño, tenía dos horas y media para alistarme, y ya que vería a mi media hermana y a su madre, quería lucir espectacular, tal y como me había dicho Raquel.

Estaba a enjuagando mi cabello para quitarle el champú cuando Derek se metió a la ducha conmigo:

–¿Qué haces aquí?

–Me voy a bañar, duras mucho en la ducha para tener ese cuerpito y me vas atrasar, así que me bañaré contigo.

Me tomó por la cintura y comenzó a besarme.

–Bueno a bañarnos, nada mas –

–Si claro –

Al instante estábamos teniendo un apasionado encuentro en mi ducha. ¡Este chico es insaciable!


Al salir del baño me sequé mi cabello rápidamente, luego me hice un recogido a medio lado bajo y un poco flojo. La fiesta era en el jardín de la madre de Cassandra, así que seleccioné un vestido color verde esmeralda decorado con un discreto estampado que hacía resaltar mis ojos, con la espalda descubierta y un corte muy lindo. Me maquillé haciendo resaltar mis ojos y me pinté los labios con un rosa muy tenue.

Derek había traído una camisa verde, un poco más clara que mi vestido, en conjunto con un pantalón de tonalidad gris, ¡con ese vestuario se veía simplemente guapísimo!

Puede que sea cierto eso que dicen de que el sexo libera endorfinas, las hormonas de la felicidad, porque me siento radiantemente feliz. Nunca me imaginé que volvería a estar junto a Derek, durante mucho tiempo pensé que siempre sería solo un triste recuerdo, pero al verlo aquí junto a mi dándome apoyo para enfrentar a mi "odiosa familia feliz", y más aún tomando en cuenta la increíble noche que pasamos siento que estoy viviendo un sueño, del cual no quiero despertar.

***

Nos subimos en el auto de Derek, siguiendo el de mis padres, en camino a la dichosa fiesta. Al llegar pude notar que la casa era bastante imponente, no tanto como la de mis padres claro, pero era bastante lujosa. Tenía una linda piscina y un jardín bastante amplio, lo suficiente para la gran cantidad de invitados que iban llegando poco a poco.

Mi madre ser acercó a mi con una actitud sigilosa:

–Ahora si Irina, demuestra cómo se porta el apellido Hamill de verdad –

De inmediato me tensé. No me gustaban estas situaciones, menos el hecho de que mi madre me estuviese presionando para actuar como ella. Lo único que quería era huir de aquel lugar.

Escuché un chillido ensordecedor, vociferando lo que pude distinguir como un diminutivo de mi nombre:

–¡Iri! –

–Cassandra –

–Ay no por favor, dime Casie. Estoy tan feliz de verte hermanita – la hipocresía le destilaba por los poros.

–Una hermosa fiesta, felicidades – dije sin muchas ganas.

Sin embargo, ella no estaba prestándome atención, ya que desnudaba con la mirada a Derek, quien estaba a mi lado tratando de no soltar una carcajada, por lo jocosa que se le hacia la situación.

–Mi nombre es Derek Dunne, soy el novio de tu hermana, ¡un gusto! – dijo extendiendo la mano.

–Oh vaya, es una lástima, ehhh... ¿qué digo? Es un placer –

Derek me miró de reojo, probablemente estaba acostumbrado a que niñitas como estas le coquetearan, así que me abrazo fuerte disculpándose con Cassandra y llevándome a una banca un poco alejada del barullo.

–Aquí podremos estar más tranquilos, además, necesito un beso tuyo hermosa –

______________________________________________

Gracias por leer (:

Por esta vez... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora