8. Un besito

328 17 6
                                        

           

Era sábado por la mañana, generalmente a esta hora acabo de conciliar el sueño nuevamente, luego de una larga noche en vela, sin embargo, hoy era una mañana muy distinta, una mañana que jamás imaginé.

–Te dije que el pan tostado me salía de maravilla ¿no? –

–Claro, estoy absolutamente impresionada, ¿Qué haces de ingeniero? Te estas desperdiciando como chef. –

–Suficiente con el sarcasmo señorita Hamill –

Ambos reímos y nos miramos a los ojos.

–Lo digo en serio. Ya hasta te puedes casar y alimentar a tu esposa a base de pan tostado – dije tratando de romper el momento incómodo creado por nuestras miradas.

–Entonces casémonos – dijo mientras me miraba seriamente y le daba un sorbo a su café.

–Bebiste demasiado anoche. Yo nací para ser libre, como un ave –

–No te confíes hermosa, hasta el ave más astuta necesita donde posarse al final del día –

Me miró fijamente a los ojos y acarició suavemente mi mano. Mi corazón dolía y latía rápidamente. Él era el hombre que yo amaba, lo amaba desde que era una adolescente, y luego de 8 años estaba aquí, nuevamente, en mi vida. Estaba aquí en la cocina de mi casa desayunando conmigo.

Deseaba cerrar los ojos y poder entregarme a este sentimiento, deseaba dejar mi miedo, mi dolor y mi soledad de lado y atreverme a confiar en él. De verdad deseaba que Derek me amara.

–Bueno creo que iré a tomar un baño, gracias por llevarme anoche a mi graduación y luego a celebrar, de verdad te lo agradezco Derek –

–Nada de gracias, me tienes que pagar, y no precisamente con dinero. Además, también dormiste sobre mí y te abrigué con mis brazos, eso no puede ser de gratis tampoco – sonrió pícaramente.

–¿Qué diablos te pasa idiota? – dije entre dientes, completamente sonrojada.

–Ay Irina no pienses mal – dijo volteando los ojos – Me refiero a que aceptes una invitación al cine esta noche, tu pagas las palomitas –

–No voy a salir en una cita contigo – dije presumida.

–No seas tan engreída, nadie te está invitando a una cita, ni loco que estuviera. Simplemente no tengo con quien ir a ver esa película y me muero de ganas, recuerda que no tengo amigos en esta ciudad, así que me acompañas y punto, paso por ti a las 8 – dijo mientras besaba mi frente camino a la estancia para ponerse sus zapatos.

–No puedes obligarme –

–Está bien, iré solo. De todas formas, no quería ir contigo realmente –

–Te acompañaré solo porque no tengo nada más que hacer –

–Recuerda paso por ti a las 8, no me vayas a retrasar –

–No presiones –

Derek sonrió, abrió la puerta y dándome una mirada que me hizo estremecer, se marchó.

Era oficial, tenía una cita con Derek Dunne.

Corrí a mi habitación, tomé un poco de hierba, la pipa y el encendedor y me senté en el sofá de la terraza, en medio de la frazada con la que Derek y yo habíamos dormido la noche anterior. Sabía que debía dejar este horrible vicio, pero creo que en esta ocasión había una buena excusa. Tenía que tomar una decisión: o me aventuraba y le daba una nueva oportunidad a Derek, o lo rechazaba para siempre.

Por esta vez... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora