13. Conóceme de nuevo

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Terminé de revisar el diseño por última vez, lo guardé en el portaplanos y me dirigí hacia el elevador. No quiero encontrarme con Derek porque sé que me dirá que él me lleva a casa y, aunque tengo muchas ganas de abrazarlo y besarlo todo el tiempo, aun no deseo que los demás empleados de One House comiencen a notar que estámos juntos y que el chisme se comience a regar por todas partes. Sin embargo, mis esfuerzos fueron inútiles, ya que antes de que las puertas del elevador se cerraran Derek ya estaba dentro de el también, mirándome fijamente.

–¿Pensabas irte sin mí?

–Puedo llegar a casa en taxi, no te molestes –

–Para mí no es ninguna molestia llevarte a casa, ya que tu vehículo se averió y me queda de camino –

Eso no era cierto, así que lo miré de forma acusadora.

Al llegar a la planta baja, tomó mi brazo para guiarme hacia su auto, y yo para evitar llamar la atención de los colegas, lo seguí sonriendo.

–¡Estás loco! Si seguimos así no tardaran en darse cuenta – susurré.

–¿Y eso que importa? Somos dos personas jóvenes, que se quieren y quieren ser felices juntos, no le veo nada de malo –

–Yo sé que no hay nada malo en eso guapo, el problema es que desconozco las reglas de House sobre eso, lo único que sé es que en la empresa nadie se involucra sentimentalmente con nadie, o por lo menos no abiertamente. No sé cómo tomará el señor House el hecho de que trabajemos juntos codo a codo y al mismo tiempo seamos pareja, ¿me entiendes?

–No lo había pensado así muñeca, pero tienes toda la razón. Trataré de ser más discreto –

–Podemos empezar por dejarme venir en mi auto –dije riendo.

–Graciosa – dijo mientras me hacía una cara simulando enojo – Hoy cocinaré para ti, vamos a mi casa ¿te parece?

–¿Con cocinar te refieres a pan tostado?

–No – me fulminó con la mirada – te haré pasta a la italiana.


La noche transcurrió increíble. Cenamos pasta, y debo admitir que le queda muy sabrosa. La acompañamos con un vino de 1930, al parecer Derek adora los vinos. Ese es un dato nuevo que no sabía de él, relacionado con su madurez supongo.

Al terminar de cenar nos sentamos en su sofá negro de cuero, el típico sofá del galán soltero.

–Necesito pedirte algo guapo – dije tratando de sonar convincente y seductora, temiendo que Derek se negara, creo que en el fondo aún dudaba que él me quisiera en serio.

–Lo que quieras muñeca, tu solo pide –

–Mi madre llamó ayer, cosa que es raro, pero bueno...el punto es que me pidió que la acompañara a la fiesta de cumpleaños de la hija de mi padre, ella es menor que yo, fue producto de una infidelidad de mi padre, así que ya te imaginarás lo mucho que mi madre la odia a ella y a su mamá, por eso me pidió acompañarla, creo que se sentirá apoyada conmigo allí. ¿Crees que puedas ir conmigo? Y así tú me darás apoyo a mi – dije con una sonrisa fingida – de verdad no quiero enfrentarme a toda mi "familia feliz" yo sola.

–Déjame ver si entendí, están invitados a la fiesta de tu media hermana menor, a quien tu madre odia, lo cual será realmente incómodo y por eso quieres que vaya contigo –

–Exacto, la gran familia feliz, y yo de verdad detesto la idea – suspiré y bajé la mirada – mi madre solo se acuerda que yo existo cuando me necesita, mi padre...bueno, ese no sé si se interese por alguien más que no sea él mismo, y a esa dichosa hermana solo la he visto tres veces en toda mi vida, ¿te imaginas lo incómodo que será?

Derek comenzó a reír.

–Definitivamente serán una familia feliz, pero no te preocupes hermosa ni me pongas esa carita triste manipuladora – ambos reímos – yo iré contigo, así podré saludar a mis suegros, a ver si todavía me recuerdan. Pero eso sí, ese favorcito te costará.

Rodeé mis ojos.

–¿Qué vas a querer a cambio Derek Dunne?

–Mmmmm solo dame amor – dijo mientras se acercaba para besarme.

El beso comenzó lento, tierno, rozábamos nuestros labios suavemente, disfrutando el hecho de sentirnos. Entre risitas nos seguíamos besando. Yo me aferraba a su cuello, mientras él poco a poco apretaba más su agarre a mi cintura y a mi pierna.

De un momento al otro la pasión nos comenzó a consumir, el beso se había tornado desesperado, y las manos de Derek ahora estaban en mis muslos, halándome sobre sí y dejándome sentada a horcajadas sobre él. Yo por mi parte le había quitado la camisa casi sin darme cuenta. Derek soltó mi boca y comenzó a bajar en un camino de besos por mi mandíbula, deteniéndose por un momento en mi cuello y haciéndome sentir escalofríos, luego desabrochó mi blusa de botones y continuó su camino hasta besarme en el medio de mis senos. Pasaba su lengua por mi piel suavemente mientras su mano subía bajo mi blusa hasta desabrochar mi sostén. Lentamente me desnudó el torso por completo y comenzó a acariciar y besar mis senos a su antojo. El toque de su lengua en ellos me hacía estremecer. Acariciaba suavemente mi pecho izquierdo mientras lamía el derecho y viceversa, yo comencé a soltar gemidos ahogados al tiempo que sentía su erección debajo de mi.

La excitación cada vez era mayor, de verdad lo necesitaba dentro de mi, estaba completamente mojada y me había empezado a mover suavemente sobre él buscando placer. Pero mi mente me impidió ceder a mis instintos, y sin previo aviso me levanté de sobre él, juntando mi blusa y mi sostén del suelo.

–¡No Derek no! – grité mientras me ponía mi blusa de nuevo – Esto no puede pasar, no todavía.

–¿Por qué amor? ¿Qué pasa? – dijo levantándose del sillón dejándome ver su enorme erección debajo de su ropa.

–Esta vez no voy a permitirte jugar conmigo, si me quieres te la tendrás que aguantar. No voy a darte lo que quieres para que después me dejes como si fuese una basura – dije gritando casi histérica, a punto de llorar.

Me sentía realmente con los nervios de punta. Estaba muy excitada, pero tenía miedo, me daba pavor pensar que luego de esto Derek desaparecería de nuevo.

–Irina cálmate, me estás asustando. Te entiendo perfectamente y no te preocupes esto no volverá a suceder hasta que tu quieras, por favor perdóname –

Derek se acercó a mi, me tomó en sus brazos y depositó un enorme beso en mi frente.

–Lo siento – me sentía mal, asustada, y las lágrimas estaban a punto de escaparse.

–No no no mi amor, tranquila. Yo sé cuánto daño te hice, entiendo que desconfíes así de mí. Poco a poco todo va a mejorar vas a ver, no volveré a buscarte de esta forma hasta que estés lista, solo te pido una cosa – tomó mi rostro entre sus manos, limpiando mis lágrimas con sus pulgares – Conóceme de nuevo, trata de olvidar a ese patán imbécil del pasado y dame la oportunidad a mi, a este Derek que te adora y que no quiere perderte. Yo nunca te olvidé, y estoy aquí de nuevo, contigo suplicando una oportunidad, pero no puedes verme porque sigues pensando en mi antiguo yo. Todo será como tu desees, solo por favor conóceme de nuevo ¿si? –

Sonreí entre lágrimas. Podía ver la sinceridad en sus ojos, sus hermosos ojos que me daban paz y llenaban todos mis vacíos.

−Está bien amor. Perdóname –

−Tranquila, vamos te llevo a tu casa –


Me despedí de Derek con un enorme beso, subí a mi departamento y de inmediato tomé un baño con agua caliente. Mis bragas estaban completamente mojadas, es increíble, solo este hombre puede ponerme así.

Mientras sentía el agua en mi rostro, pensaba en él, en sus ojos pidiéndome una oportunidad y sonreí. Al salir del baño tomé mi celular y le envié un mensaje de texto:

Te quiero – Irina

Al cabo de un rato mi celular vibró:

Yo te quiero más, nunca dejé de hacerlo – Derek.

Por esta vez... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora