El chico de la eterna sonrisa

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Caminábamos en silencio, podía sentir la mirada de Castiel detrás de nosotros así que tome de la mano al menor y apresure el paso.
-Lysandro más despacio.- Armin jadeaba detrás de mí, sus torpes pies tropezaban a cada paso.
Su voz jadeante, soló hizo que mi cólera aumentara más. Apresure aún más el paso y doble una intersección antes de llegar a la cafetería introduciéndonos en un callejón aislado.
-¿Qué pa...- pegue contra la pared a Armin y ahogue sus palabras con mis labios, pude sentir como se estremecía su delgado cuerpo al contacto con el mío, era una sensación que me causaba un alivio inexplicable.
Me aparte de él, sus mejillas habían tomado un hermoso color carmesí y sus hambrientos ojos azules exigían que continuara con el contacto.
-¿Estas bien?- preguntó el pelinegro después de recuperar el aliento
-Si...- lo abrace con fuerza.
Me sentía estúpido por estar celoso de mi mejor amigo pero los deseos que crecían en mí por acaparar por completo el corazón y mente de Armin se volvían incontrolables, el pensar que me podría odiar por algo tan egoísta como querer encerrarlo para que solo yo pudiera tenerlo se me hacía insoportable.
-¿Te pusiste celoso por lo que dijo Castiel?-  reí, había dado justo en el blanco.
-Es estúpido ¿no?-  Armin me abrazo de vuelta
-No lo es.- las manos del chico subían y bajaban dudosas por mi espalda... ¿trataba de consolarme?- es normal estar inseguro con la persona que amas y más si esa persona es de tu mismo sexo...o al menos eso es lo que leí en los mangas yaoi
-¿Mangas yaoi?- pregunte desconcertado, a veces este chico me hablaba de cosas que no lograba comprender del todo, me aparte para ver mejor su rostro.
-OH...eso no, ¡no es nada!- Armin reía nerviosamente mientras apartaba la mirada y negaba con las manos. Decidí no preguntar más al respecto poco convencido con la respuesta.
-El punto es- puso una cara seria y me tomo por los hombros.-los celos son parte de una relación, no todo es flores y sexo  ¡Debes tener más confianza en nosotros! Y sobre todo debes saber que no todos los hombres que conozca se van a querer lanzar sobre mí.
-Entiendo...lo siento.- tome su rostro y deposite un pequeño beso en su frente, no sabía que el chico de la eterna sonrisa podía poner una cara tan seria... al parecer el único al que tenían ya atrapado era a mí.
-Bueno, ¿le parece si lo acompaño a casa?- el chico de ojos azules  me miro desconcertado.
-¿Pero, no íbamos a ir a la tuya?- despeine su cabello de forma cariñosa.
-Habrá tiempo suficiente para eso  hoy he sido muy brusco con usted.- el rostro de Armin parecía un poco decepcionado.- No es necesario estar en mi dormitorio para que yo lo ame.
-Pero tú...
-No se preocupe por mí.- es cierto que el contacto carnal me gustaba más de lo que algún día imagine, pero ciertamente no lo necesitaba en lo absoluto para sentirme encantado con Armin.- Ahora, si nos apresuramos podemos llegar a la parada de autobuses antes de que...
-¡Pero yo en verdad quería estar contigo!- sus ojos buscaban ansiosamente mi mirada y sus manos se aferraban a mi camisa.- Yo también soy un chico ¿sabes?
Por un momento, pude sentir como mi respiración salía entrecortada debido a la excitación por aquella confesión inesperada... definitivamente mi amante era maravilloso
-Si lo desea con tanta intensidad, sería desconsiderado de mi parte negarme.
Después de algunos minutos llegamos a mi casa, cerré la puerta rápidamente detrás de mí y voltee a ver a mi acompañante, él lucia nervioso como cada vez que entraba a mi casa, eso me parecía extremadamente lindo. Éll se sentó en el sofá y yo lo imite
-Siempre pude retractarse si no quiere hacerlo.- tome su barbilla haciendo que nuestras miradas se encontraran
-Cla...claro, ya que yo lo propuse.
-¿Enserio?- comencé a desabotonar sus pantalones y él trago saliva.
-Ha...harás que no me duela ¿verdad?
Pude sentir como mi templanza se rompía en mil pedazos dentro de mí, en un impulso me abalance sobre él tirándolo sobre el sofá, lo bese y comencé a retirar mi saco.
-Es...espera.- me detuve, sacando a flote toda mi fuerza de voluntad.- Lo estamos haciendo en el sofá, ¿Qué pasa si tu hermano regresa?
Ante ese comentario no pude contener una carcajada.
-¡Oye es enserio!
-De acuerdo, vamos a mi habitación ¿Está bien?
-Ok...- el me tendió los brazos inesperadamente y yo lo cargue hacia la habitación.-Con...Confió en ti, por favor no me dejes paralitico o algo.
-Ese comentario esta demás- reí nuevamente, esta vez con mayor sonoridad.- tiene un gran talento para disipar el ambiente
-Lo...lo siento.- él dejo de aferrarse a mí.- No es como que arruine el momento a propósito
-No se preocupe.- lo deje cuidadosamente sobre el colchón y me posicione sobre él.- nada de lo que diga podrá apagar el creciente deseo que siento por ti.
-¿Por qué siempre dices cosas tan geniales y masculinas?- él abrazo mi cuello mientras yo me adentraba cada vez más debajo de su ropa.
-Porque te amo
Inesperadamente los labios de Armin tocaron los míos, aprovechando el impulso hice el beso más profundo, recorriendo su boca con mi lengua. Roce su parte baja con mi miembro, sus caderas se movían ansiosamente, mi cabeza daba vueltas y una creciente erección se ocultaba en mi pantalón, sin embargo había algo más que me perturbaba... "tenía que ir al baño". Me aparte de mi amante el cual me miro desconcertado
-¿Qué...Qué pasa?- el pelinegro abrazo mis caderas con sus piernas e intento besarme de vuelta pero lo aparte dolorosamente.
-Espera...solo un momento.- abrí la puerta que daba al baño de la habitación- volveré
Cerré la puerta y me dispuse a hacer mis necesidades fisiológicas tan inoportunas, pero la gran y palpitante erección lo hizo mucho más difícil, tarde no más de 10 minutos, en cuanto termine abrí la puerta y me dispuse a regresar con mi hambriento y lindo amante.
-Lamento la demora...- al mirar a la cama me encontré con un Armin durmiente y pacífico.
Me acerque cautelosamente y proferí un gran suspiro, acaricie su mejilla y bese sus labios brevemente.
-De verdad  sabes cómo hacer que te desee de esta salvaje manera.- el chico sonrió, casi parecía como si me hubiera escuchado
En ese momento me di cuenta de que ya no imaginaba mi vida sin ese torpe y lindo chico con ese talento inigualable de arrancarme risas en los momentos más inesperados. Ya no podría vivir sin el chico de la eterna sonrisa que llenaba de entusiasmo mi vida.

Tú, mi más grande anheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora