Solución

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La caja de cartón parecía amenazante, el sello que marcaba la novedad del artículo mantenía a los demonios encerrados dentro. Más que un paquete, esto era más parecido a la caja de pandora y ahora yo tenía la decisión de liberar a todo el mal del mundo o quemarla hasta las cenizas para mantener la paz.

-Ok, no seas cobarde y sólo ábrela.- Tomé el cuter que reposaba sobre mi escritorio y arremetí contra el sello de seguridad de la caja.

La caja se abrió y los demonios fueron liberados, con cuidado extraje el contenido de la caja y lo extendí en mi cama. Con solo mirar lo que había pedido me sentí profundamente patético y avergonzado, me di cuenta que había sido una verdadera locura hacerle caso a la estúpida idea de una fujoshi loca.

Pero ya había gastado mi dinero y perdido tiempo valioso de mi vida esperando ese paquete, incluso si no lograba arreglar las cosas por lo menos lograría sacarle una sonrisa a Lyss.

-Incluso si no lo arregla.- me tire sobre las prendas previamente colocadas allí por mí.

En realidad tenía miedo, mí actitud relajada y confiada en ese momento parecía una farsa, en ese momento estaba lejos del Armin que Lysandro amaba...O tal vez que yo creía que amaba. Los pinchazos en mi pecho ne se detenían, si él no se apuraba y dejaba de ignorarme seguramente su desinterés terminaría por matarme.

-¿Qué diablos hizo conmigo señor Ainsworth?

No sabía si me plan funcionaría o no pero una cosa tenía clara, No soy de las personas que rinden. Ese titan de pelo blanco no escapara tan fácilmente de mí.

Miré el traje, consciente de que a Lysandro le gustaban los conejos no reparé un segundo y pedí esto, sin embargo no tengo idea si me quedará bien, sin contar que es de chica y seguramente eso juegue en mi contra. Lo inspeccione con todas aquellas ideas negativas rondando por mi cabeza y de pronto me di cuente de algo realmente perturbador que me lleno de terror, la cola del traje literalmente iba dentro de tu trasero.

-Aunque...no debería ser problema el de Lysandro es mucho más grande.- dije sin pensarlo mirando el pequeño consolador que colgaba de la peluda bola que simulaba la cola del conejo.

-¡¿Qué diablos estoy diciendo?!.- tomé una almohada y la presione fuertemente en mi cara intentando asfixiarme.- Cuando veía estos sexys cosplay antes nunca me imaginé que yo tendría que usarlos, al contrario, siempre imagine que una linda chica lo usaría para mí.

Como un puñetazo me llegaron las palabras de mi estúpido hermano, ''friki virgen''. Eso me devolvió mi animo, me metería esa cosa en el trasero y me vestiría con estas cosas ridículamente diminutas, ya no más comportamiento de virgen.

-Creo que el comportamiento de virgen no está tan mal.- reflexione una vez que me baje del autobús justo al otro lado de la calle donde se encontraba la casa Ainsworth.

Obligue a mis piernas a cruzar la avenida y rodear el edificio para llegar hasta la entrada, no podía retractarme ahora y menos cuando había practicado tanto para ''meterme'' esa cosa.

Para mí suerte o mala suerte aún no lo sé pude alcanzar a distinguir la melena blanca de Lysandro antes de llegar a la entrada, él se encontraba de espaldas a mí, me acerque despacio pues tenía la intención de cubrir sus ojos, ese sería un buen comienzo para crear ambiente...o al menos eso había leído recientemente en los BL.

-Señorita Nina, por favor ya le he dicho que deje de seguirme a mi casa.- me detuve, Lyss se oía claramente enojado, camine más despacio hasta que en mi campo de visión apareció una niña que parecía más muñeca que humana. La imponente altura de mi amante hacia que ella quedará casi cubierta desde el punto en donde yo me encontraba.

Tú, mi más grande anheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora