Plan F.V

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Apenas podía mantener los parpados abiertos mientras Farres daba uno de sus tantos  sermones inservibles y aburridos. El sueño me estaba matando.

-Pssst Armin.- Voltee hacia el lugar de donde provenía la voz.-Si sigues durmiendo en clases serás un tonto por siempre.

-Oh vamos, cierra la boca Alexy.- volví la cabeza sobre el dorso de mi mano evitando mirar a mi molesto gemelo.- Por lo menos yo no me salto las clases para ir a quien sabe donde.

-¡Joven Armin, Joven Alexy! .- gritó nuestro querido profesor dirigiendo su mirado sobre uno y otro respectivamente.- Si es tan entretenida su platica ¿por qué no la continúan fuera?

-Perdón señor Farres, solo que mi tonto hermano no sabe hablar en voz baja.- Replicó Alexy sacándome la lengua.

-¡Tú eres el tonto! - repuse levantándome de mi asiento y señalándolo con un dedo acusador.

-¡Basta! - exclamó Farres interrumpiendo nuestra pequeña riña.- ¡Los dos salgan del salón!

Ambos caminamos hacia la puerta a regañadientes y salimos al pasillo dando un portazo como acto de despedida. Miré con irritación a mi hermano, mi humor no había sido el mejor y esto no hacia más que empeorarlo. Él me devolvió la mirada y puso los ojos en blanco como respuesta.

-¿Qué te pasa hermanito? has estado más antisocial que de costumbre. Alexy se recargó con hartazgo en la pared y se deslizó hasta quedar sentado al lado mio.- ¿Acaso tu novio no te ha dado últimamente?

Un sonrojo violento encendió mis mejillas dando por respuesta, de la forma más patética, que lo que decía el peliazul era verdad. Las carcajadas de mi adorable hermano no se hicieron esperar a lo que yo respondí dándole un puñetazo en el hombro.

-¡Deja de burlarte de la desgracia de los demás !.

-¡No puedo con esto! .- Alexy tomo aire una y otra vez intentando contener su risa para poder seguir con sus burlas.- Tal vez ya se cansó de tu actitud de friki virgen.

Un frío intenso recorrió mi columna vertebral, nunca había considerado la posibilidad de que Lysandro se hubiera hartado de mí. sin embargo, las últimas semanas apenas nos habíamos visto y cada vez que lo invitaba a casa o que lo incitaban a invitarme a la suya se excusaba y evadía el tema completamente.

Las inseguridades rondaban en mi cabeza, provocando que un doloroso nudo impidiera el paso de saliva por mi garganta. Respire profundamente intentando ahuyentar las ganas de tirarme al suelo y llorar desesperadamente

-¡Oye! .- Alexy se encontraba ahora frente a mí, ya no reía.- Era una broma, a más de un kilómetro de distancia se puede notar que Lysandro te ama. Seguramente solo ha estado ocupado

-Tal vez ...- A pesar de que él lo dijera y yo supiera que era verdad, la duda ya estaba allí impasible y sin intención de disiparse.

-¡Decidido! iré a hablar con ese titan colosal, nadie tiene derecho a hacer que mi hermano ponga cara de idiota estreñido a menos que ese alguien sea yo.- el chico a mi lado se dispuso a ponerse en marcha pero lo detuve tomándolo con fuerza del brazo y negando lentamente con la cabeza.

-¡Estoy bien, no es necesario! .- el me miró preocupado, casi de una manera materna.-Yo resolveré esto, ya soy lo suficientemente grande como para que aún resuelvas mis conflictos personales.

Él me miro con ojos de huevo frito y me abrazo por la cabeza, acariciando mi coronilla cual cabeza de perro.

-Buen chico, buen chico.

-¡Oye! .- exclamé con un falso de tono de fastidio.

¿Cuando algo tan pequeño me hizo sentir así de deprimido?

Lo cierto es que cuando se trataba de Lysandro cualquier cosa, por absurda o poco probable que fuera, hacia desatar en mí un maremoto de emociones...y eso me exasperaba de gran manera.

Durante el resto del día no pude hacer otra cosa más que montarme un montón de escenarios en donde Lysandro me abandonaba para siempre. No pude concentrarme ni si quiera en la partida de LOL que tenía en curso y claro mi MP se fue al carajo.

-Actitud de friki virgen.- repetí de manera monotonía con la mirada perdida en la blancura del salón y un letrero de GAME OVER destellando en mi consola.

-¿Armin?.- la repentina voz me hizo saltar en mi asiento debido a la sorpresa.

Alejandra se encontraba en la puerta del salón, ella me sonreía y agitaba su mano en forma de saludo.

-Hola...- Atine a decir aún medio sumido en mis pensamientos.

-¿Pasa algo?.- Ella se sentó en la butaca al lado mio, se veía preocupada.- últimamente te veo muy deprimido.

-Me parecía bastante raro que aún no estuvieras de curiosa por ese asunto.

-Lo siento, no quería molestarte.- Alejandra bajo la mirada, en ese momento supe que me había pasado con mis palabras.

-No, yo lo siento.- arremetí contra mi cabello, despeinandolo y esparciéndolo por todas direcciones.- No debí hablarte así, es sólo que estoy un poco...muy frustrado.

-¿Te puedo ayudar?.- puso su mano sobre mi hombro y yo la miré directo a los ojos.

Sabía que yo le gustaba, y tal vez pedirle un consejo para arreglar las cosas con mi novio no era una idea maravillosa. Sin embargo estaba desesperado y ella, a pesar de patearle el trasero a Castiel cada vez que podía, era una chica además de que una vez la vi leyendo uno de esos mangas, seguro sabría que hacer.

-Bueno...si tu novio te comenzará a evitar y tu sospechas que es por tu actitud respecto al tema.- Trague un buen tanto de saliva y una gran bocanada de aire intentando disipar la vergüenza.- sexual...o sea que él piense que te comportas como un virgen a la hora del sexo ¿Como harías para mostrarle que esta equivocado?

De pronto un silencio incómodo reino en la habitación, no me atrevía a mirar la cara de Alejandra y comenzaba a arrepentirme de haberle preguntado aquello, seguro que ahora estaría echando humo por la cabeza. Por fin me decidí a mirarla y en efecto estaba más roja que un tomate, casi se podía ver como sudaba de la vergüenza, era algo inusual ver a la ruda Alejandra muerta de la vergüenza y de cierto modo parecía...linda.

-¡Olvida lo que dije! no tiene importancia.- me rasque la nuca simulando una risa sin gracia para disipar el ambiente.

-Pues...yo lo sorprendería.- ella por fin habló, aún que aquello sonó más como un susurro.

-¿Sorprenderlo?

-¡Me refiero a hacer algo que jamás hayan hecho en el sexo!.- ahora estaba gritando y luchaba en contra del calor que hacia arder sus mejillas.- ¡Yo que sé, cosplay, juguetes, juego de roles, sadomasoquismo, el 69, bondage, facesitting, kokigami, footjob, nuevas posiciones sexuales, hacerle una mamada!

-Esto es inesperado, no pensé que supieras tanto al respecto, subestime tu poder de perversión.

-En todo caso ¿Por qué me lo preguntas a mí?.- ella se tapo la cara con ambas manos para evitar seguir avergonzándose aún más por esa extraña escena.

-Porque tu eres una fujoshi ¿no?.- ella me miró aún más sorprendida con la quijada hasta los talones.- No te preocupes no le diré a nadie. Gracias por el consejo y ya no leas mangas tan eróticos en el jardín.

Me levante de la butaca y me dirigí al pasillo, tenía varias cosas que comprar en Amazon sí quería arreglar esto lo más pronto posible.

Tú, mi más grande anheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora