Kentin

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Me quede de pie mirando su figura desaparecer por el pasillo, mire con detenimiento mi mano izquierda la cual había retenido hasta el último momento a Alexy. Recapitule la escena que transcurrio hasce unos minutos en el lugar donde me encontraba.

-Así que eso es todo.- recordé las palabras de Alexy y el dolor que había en ellas.

Hasta ese momento no había sido consiente de que él sufriera de esa manera, pensé que igual que yo el tomaba aquellos encuentros como una especie de...¿anti estrés?¿pasatiempo? lo que fuera menos sexo de verdad.

La campana sonó era el momento de que las clases iniciaran.

-¡Kentin!.- voltee la cabeza encontrandome con mi bella novia.

Ella corría hacía mí con una tierna sonrisa, hoy vestía una camisa corta acompañado de unos pantalones ajustados, se veía realmente sexy. Mi cara se sonrojó de pronto ante aquellos pensamientos.

-Te estuve buscando, hace días que no salimos...te extraño.- sus mejillas adquirieron un tono escarlata y sus ojos miraban el suelo de una manera timida...¡Ella era jodidamente linda!

Tome su mentón suavemente acercando sus labios a los mios, ella cerró sus ojos y entreabrio la boca, en el momento en el que nuestros labios hicieron contacto una imagen de Alexy eroticamente postrado en el suelo del sotanó vino a mi mente. Aparte a Sandra instintivamente con un movimiento brusco y ella mi miró con incredulidad.

-Va...vayamos juntos a clases.- sugerí recuperando la respiración y apartando esa imagen de mi mente.

-Si...-contestó la castaña con poco animo intentando forzar una sonrisa.

Mire la tristeza que opacaba los ojos pardos de Sandra y me odie profundamente por haber provocado aquello. ¿Qué diablos me ocurria?

-¿Hay alguien más?.- Sandra se había detenido y quedado detrás de mí algunos pasos. Me miraba con los ojos vidriosos y la boca contraida.

-¿Qué quieres decir...- Me acerque a ella con la intencón de abrazarla pero retrocedio un paso más haciendo mayor el espacio entre nosotros.

-No soy tonta Kentin...-las lagrimas habian comenzado a rodar por sus mejillas y sus manos se apretaban con rabia.- ¡Ya no me acompañas a casa, cuando te beso siempre lo haces parecer insuficiente como si ya no te provocara nada. Incluso cuando...cuando intento ir más allá, te alejas de mí!

-Sandra...- La mire, tenía ganas de besarla para apartar todas esas estupideces de su cabeza. Aunque ¿realmente eran estupideces? ¿Acaso no había hecho yo todo eso?.

En ese momento con la chica que tanto ame desde que tengo memoria destrozada frente a mí me dí cuenta de aquello que me había negado desde hace mucho tiempo. El ardor en mi pecho y el deseo de poseerla habían desaparecido.

-Ya no te amo...- las palabras pasaron directo de mi mente a mi boca, sin ningún tipo de tacto ni remordimiento.

Ella me miraba perpleja, los ojos brillantes y siempre alegres que la caracterizaban ahora carecian de color alguno. Sin saber cuando, ella ya estaba a mi lado y tan fuerte como aquella revelación su mano golpeo contra mi mejilla.

-¡Idiota!

Se fue, con el eco de sus tacones resonando por todo el pasillo mi primer amor se disolvio.

-Diablos...

Deje caer mi rostro en las palmas de mis manos pensando en lo mucho que me gustaría verlo en este momento. Con ese pensamiento liderando mis acciones, saque mi telefono  y me dispuse a escribirle un mensaje SOS al peliazul, él chico que con su amor me confortaba, con un poco de suerte podría estar con él una última vez.

Mire por segunda vez la mano que lo había retenido y las interrogantes estallaron en mi cabeza una a una como fuegos artificiales; ¿Por qué en ese momento había retenido a Alexy y por el contrario había permitido queb Sandra se marchara sin obstaculo alguno? ¿Por qué Alexy me había dejado si él me amaba?¿Acaso su amor ya no era suficiente?.

Pensé nuevamente en el dolor que había causado a esas personas que tanto me amaban y una profunda colera me invadio. En ese momento no era mejor que ningúno de aquellos patanes que en el pasado me molestaban.

Pare de teclear en la pantalla de mi celular, mirando detenidamente el mensaje que hasta ese momento había escrito. Sorpresivamente en la pantalla solo había dos palabras.

¨Te necesito¨

En realidad solo era el cobarde gafotas de siempre buscando la salvación en otra persona.

Borre el mensaje y el telefono al bolsillo trasero de mis pantalones.

Alexy no se merecía más de estos sentimientos a medias, él no merecía sufrir nuevamente por alguien como yo.

Tú, mi más grande anheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora