El pelirrojo.

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Esa mañana era una de las más calurosas del año y yo estaba usando una bufanda, la razón la tenía muy clara y se resumía en una palabra CASTIEL.
Lo sucedido ayer todavía parecía un espejismo para mí... "¡Tuve sexo con aquel pelirrojo que acababa de conocer!" y él había dicho aquellas palabras.
Me sonroje de solo recordarlo, pensar que tendría sexo con alguien más que no fuera Kentin...Me detuve frente al instituto y toque levemente mi cuello en donde debajo de la bufanda se escondían diversas marcas hechas por la boca de Castiel.
-¿Qué hace aquí parado mi pequeña princesa?-unas manos me tomaron de las caderas y me moví rápidamente hacia un lado, sabia de quien eran esas manos.- Si no entra rápido el lobo no dudara ni un momento en comerte.
-¡Ca..castiel!- desvié la mirada evitando encontrarme con esos ojos grises- ¿Qué estás diciendo?
-Más importante ¿Por qué tienes esa bufanda?- mi mano se deslizo sin quererlo a mi cuello-¿Sera que te dan vergüenza  las pequeñas marcas que he dejado en tu cuerpo?
-¡No las voy a presumir, idiota!- mi cara estaba tan sonrojado que la podía sentir arder-Además recuerda que yo AMO a otra persona.
-Eso no es relevante-Sus ojos dejaron de ser grises y pasaron a un tono más obscuro- Porque...-arrebato la bufanda de mi cuello con un rápido movimiento.- No creo que quieras ver a tu amante con estas marcas en tu cuello ¿cierto?
Castiel tomo mi barbilla y alzo mi rostro para depositar un tierno beso en mis labios, mordí su labio, él no se apartó, en cambio hizo que el beso fuera más profundo, di gracias porque nadie  pasaba por ahí en esos momentos. La parte racional de mi cerebro gritaba fuertemente que me apartara pero simplemente no me pude resistir a la tentadora idea de hacer algo tan arriesgado como eso.
De pronto sentí un hilillo de sangre recorrer mi boca, era claro que no era mía, me aparte de él interponiendo mis brazos entre nosotros dos, respiraba con dificultad, alce el rostro y me encontré con la cara del pelirrojo, sus pupilas dilatadas era una clara señal de que aquél beso había despertado algo salvaje y peligroso en él, su labio inferior sangraba.
-¡Ahora estamos a mano!- anuncie alejándome de él pelirrojo con paso apresurado, olvidando completamente la bufanda. Pude sentir la mirada del pelirrojo seguirme hasta desaparecer.
Entre al instituto y de inmediato dieron la tercera campanada para dar inicio a clases, levante el cuello de mi chaqueta lo más que pude para ocultar las marcas.
-¡Hey Alex!- Rosa estaba parada enfrente de la puesta del salón- ¡Hoy hay rebajas, que te parece si...
Tome a Rosalya del brazo sin darle tiempo de terminar y la arrastre hacia el baño de chicos cerrando la puerta con el pestillo, antes de volverme hacia ella.
-¡Oye Alexy, arrastrar a una chica de esa manera, sin mencionar que el lugar a donde la llevas es al baño de caballeros no es correcto!- reprocho la peliblanca haciendo puchero.
-Rosa es una emergencia, ¡por favor dime que tienes algo para disimular esto!- me quite la chaqueta y le mostré mi cuello cubierto de marcas rojas.
-¡¿CHUPETONES?!- la voz de Rosa mostraba una mezcla de asombro y fascinación- ¡Vaya que son muchos! No sabía que tenías un amante- la chica peliblanca me dio un codazo amistoso.
-Eso no importa ahora Rosa, solo quiero ocultarlos...
-Déjamelo a mí- Rosalya empezó a rebuscar en un pequeño y sofisticado bolso que llevaba colgado en su brazo- Estoy segura de que estaba por aquí....¡Aquí esta!- Exclamo sacando un pequeño frasco con maquillaje.
-¡Me salvas la vida Rosa!- Le agradecí con un tierno beso en la mejilla y tome el pequeño frasco que me tendía.
-Oye Alex...
-¿Qué pasa?- pregunte aplicando un poco de maquillaje en mi cuello
-Sandra cree que Kentin le está siendo infiel- Rosa se recargo en la puerta con una expresión nerviosa.- Tú eres su amigo... ¿no has notado nada raro?
-No...- intente mantener una expresión neutra, tragándome todas aquellas ganas de estallar en llanto- Pero estoy seguro de que Kentincito no sería capaz de hacer algo así.
-Si tú lo dices- respondió Rosa poco convencida.- Bueno te dejo, no creo que los maestros reaccionen de una buena manera si me ven saliendo de este baño.- Rosa abrió la puerta y antes de salir, miro hacia mi dirección y advirtió.- No se te olvide, con lujo de detalles.-dijo enfatizando la última palabra y salió.
El maquillaje de rosa resbaló de mis manos y callo al lavabo intacto, mis manos temblaban y mis piernas ya no eran capaces de sostenerme, caí al suelo, las lágrimas resbalaban por mis ojos ya ni siquiera era capaz de limpiarlas...Yo era una mala persona.
Me enjuague la cara y tome el maquillaje de Rosa, Abri la puerta dispuesto a salir cuando dos largos brazos me acorralaron a la pared cercana, era él pelirrojo.
-Eres difícil de atrapar pequeño...- La sonrisa maliciosa desapareció de su rostro dando paso a una expresión de entera preocupación.-Estas llorando...
Toque rápidamente mis ojos, las lágrimas en algún momento comenzaron a salir nuevamente, las limpie a toda velocidad intentando que pararan.
-No es nada...Estoy bie...-Castiel me abrazo protectoramente, podía oír el rápido latir de su corazón.
-No, no lo estás.-Su voz sonaba diferente, era mucho más grave y cálida.- Deja de intentar hacerte el fuerte.
Mi voz se quebró y no intente detener las lágrimas que salían en grandes cantidades de mis ojos. Me aferre al cuerpo de Castiel como si fuera lo único que me evitara colapsar.
-Yo soy una pésima persona...Yo...no debería hacerle esto a Sandra...ella es mi amiga.-No debería estar diciéndole esto.
-No lo eres.-Castiel comenzó a acariciar mi cabello de forma cariñosa.- El estúpido soldadito lo decidió, él tiene la culpa.
-Pero...yo lo amo, Yo amo a Kentin- él solo se quedó en silencio y me abrazo hasta que pude calmarme.
No sé  cuánto tiempo paso, solo era consciente de que seguía aferrado al torso de Castiel, él continuaba abrazándome, su camiseta estaba mojada, supongo que por mis lágrimas, me aparte de él lentamente, mire los ojos del pelirrojo, su labio inferior tenía la marca de esta mañana ahora ya se encontraba cicatrizada. Tome su rostro entre mis manos y deposite un beso en sus labios.
-Yo...Gracias.- Castiel tomo mi rostro y beso mis labios lentamente, tome su nuca para acercarlo más a mí, introdujo su lengua en mi boca.
Rodee su cadera con mis piernas, el beso duro hasta que ambos nos quedamos sin oxígeno.
-Enserio que sabes cómo agradecer.-  la sonrisa de el pelirrojo había aparecido de nuevo.
-Tú eres el pervertido que me ha buscado por todo el instituto por su calentura.
-¿Mi calentura?.-me beso de nuevo esta vez por un tiempo más corto.- Por otro lado no sabía que te saltaras las clases.
-Espera... ¡Las clases!- Baje del torso de Castiel y me apresure al pasillo.-La risa de Castiel se oía detrás de mí.

Tal vez aquel pelirrojo de personalidad retorcida no fuera tan malo. 

Tú, mi más grande anheloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora