Día mil veinticuatro, de toda una vida

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Tal vez muchos despreciaban el hecho de sentir dolor... Después de un tiempo, para mi, resulto ser agradable.

Porque estaba harta de sentir aquel vacío.

No quería hablar, ni reír, ni salir, ni pararme... quería estar en casa... llorando. ¿Que tenía eso de malo? Mucho.

Me estaba volviendo un ser egoísta, llena de miedo, con mis metas yéndose cada vez más abajo, con mi mente lejos y mi cuerpo cerca; ya no era yo.

Me quería devuelta; otra cosa para la lista.

¿Y si llenaba aquella lista que pasaría? ¿Se quedaría todo eso siempre en un triste deseo? ¿Enserio me iba a dejar vencer de esa manera? ¿Enserio me iba a rendir? Sí, lo iba a hacer.

Hear me. I'm dying. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora