Día mil veintiocho, de toda una vida

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Dolían. Muchas cosas dolían en tu forma de ser conmigo, pero jamás llegue al punto de dejar de amarte. Me sentía decepcionada y tal vez un poco hecha trizas; habías desencajado más de una vez mi fortaleza.

Te amaba, aún siendo consciente de aquel desastre en el que me había convertido con tu ayuda; no puedo culparte de todo. Yo tome aquella decisión. Yo me converti en aquello, buscando tu aprobación, pero tu jamás pediste que cambiara, así que no te culpo; ya no.

Aprendí. Y tomo tiempo. Mucho, en realidad. Entender que...fue un trabajo en equipo, que ambos cometimos errores. Y te perdone y me perdone. Por que te amo, por que tal vez, como toda persona, no soy perfecta, pero soy un gran desastre, uno que se ama y no necesito nada más que eso.

Y hay altos y bajos, pero te amo, por eso es lo que la familia hace, por que así es como se nos pide amar, por que así es como Dios nos amó.

Hear me. I'm dying. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora