El largo viaje de regreso de los caballeros hacia el Reino Blanco pareció transcurrir a una endiablada velocidad. Felices por haber combatido, por primera vez en su vida de soldados, sin tener que lamentar la mínima pérdida humana, cantaban con la cabeza alta y reían ruidosamente. La pareja real no dudaba en mezclarse con ellos y entonaban con alegría los cantos demasiado licenciosos de sus hombres. Solo Emma no estaba con ánimo de fiesta. Se alegraba de haber vuelto con su familia, sana y salva. Estaba ansiosa por volver a ver a sus amigos y estrecharlos en sus brazos.
Pero su mente estaba en otro lado...Cuanto más se alejaba el grupo del castillo negro, más el corazón de Emma se encogía. Así que, sin comprender lo que le sucedía, se obligaba a enarbolar una sonrisa de fachada y una expresión alegre. Pensaba con emoción en Regina, de la que había huido en el bosque, ella que acababa de salvarla de las garras de aquel monstruo enloquecido. Pero su mirada era tan ardiente...Sus diabólicos gestos tan precisos que no podían negar años de tortura...¿Qué habría podido hacerle a ella? ¿Y si el deseo de abusar de nuevo de ella la acometía? Ya lo había hecho, ¿por qué se habría de privar? No, había hecho bien partiendo así...se consolaba la princesa.
Regina se había dado cuenta del terror que había inspirado a Emma. Conocía de memoria las miradas bajas y los cuerpos temblorosos que ella provocaba. Habría podido disfrutar de eso. Habría debido disfrutarlo, como siempre lo hacía. Ver el terror que provocaba en los otros le ofrecía, normalmente, un dulce éxtasis. Pero en ese día no. No con Emma. Oh, no...El terror que había leído en los ojos de la princesa era lo último que quería ver. Había querido protegerla y tranquilizarla. Pero su huida no le había dado tiempo. Si al menos hubiera podido demostrarle que podía ser otra cosa aparte de ese demonio...
Pero, ¿de qué valdría ahora? Emma había desaparecido y nunca volvería. Henry estaba muerto. Había perdido autoridad ante su ejército entero al pedirles que no combatieran. Tenía que recobrarse. La Reina Malvada no había dicho su última palabra.
Durante semanas el estado de las dos mujeres se degradó. Regina hubiera podido consolarse observando a Emma en la distancia a través del espejo, pero eso no hubiera logrado sino herirla un poco más. No lo comprendía. Lo que había sentido junto a la princesa no era algo común en ella. ¿Cuántas veces le habían repetido que el amor era debilidad? Desde su más tierna juventud, su corazón había aprendido a no atarse. Ya había pagado las consecuencias de ello, nunca más la convencerían para que entregara su corazón.
Sin embargo, esa tristeza que sentía en el fondo de ella le era extrañamente familiar. Aunque Daniel había desparecido muchos años antes, el frío en su pecho no le era desconocido. Como un acompañante fiel, venía a poblar sus solitarias noches.
¿Cómo amar a otro cuando uno mismo se odia? Regina se detestaba, detestaba sus sentimientos, detestaba al mundo entero...Así que, para gran desesperación de su sirvienta Rowena, tan impotente como sobrepasada por la situación, se encerró en sí misma y se hundió en la violencia, la única compañera que nunca la había decepcionado.
Se dejó invadir por su rencor y retomó sus costumbres de Reina Negra. Volvió a sembrar el terror en el reino, secuestrando a numerosas jóvenes a las que nunca más se veía o aterrorizando a familias enteras de campesinos porque no habían pagado por completo sus tributos, o porque no habían abastecido suficientemente al castillo. Cualquier excusa era buena para la Reina Negra. Todo lo que pudiera hacerle olvidar a Emma.
En su habitación real, Emma daba vueltas de arriba abajo. Se sentía vacía, se sentía inútil. Ella, que antes amaba ocuparse de la política interior o de la gestión del reino, ya no le encontraba gusto a nada. Pasaba su tiempo hundida en una depresión y no comprendía por qué. Sus padres habían llamado a los mejores sanadores del reino, que habían logrado hacer desaparecer toda huella física de su secuestro.
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El canto del cisne
FanficTraducción del fic francés Le chant du Cygne, de Bonne Ame En el Bosque Encantado, la princesa Emma es secuestrada por la Evil Queen, más negra y sedienta de venganza que nunca...¿Va a ella a poder escapar de esos sombríos lugares de tortura?