No me conoces pero hace noches que soñabas que estabas en mis brazos o a lo mejor era yo, que ironía... Me equivoqué de ambos lados, porque realmente lo estuviste y también entre mis labios, lo mejor de todo es que ahora me dices que no me conoces, y estoy más que consciente de que tienes razón, ¿!que sarcasmo no!?.
Que hay de malo en negar mi existencia en tu mente, y mi físico en tu cuerpo, te aseguro algunos universos, que no me desagrada la idea de que digas que no me conoces y que mañana por la mañana se te olvide ni siquiera quien yo era, pero acuérdate que mientras no recuerdas las tantas cosas que conmigo hiciste tu, hace unas cuantas noches cuando de repente estabas en mis brazos...
Y ahora te empeñas en ignorarme, te recuerdo que aunque no me conozcas, me conoce tu mirada, tu piel que es como los pétalos sensibles que se erizaban a mi roce y que aunque pongas tu cara como si tuvieses algún enojo se que te recuerdas porque se que mueres por saber lo que yo quiero, que es...
Pero disculpa y si esa es tu forma, lamento mucho haber escrito o que tu hayas leído porque sin mentir no es mentira ni verdad pero tu voz ya ni falta me ha hecho jamás y aunque sea ignorante escribiéndote y negándolo, al final lo sabes que soy un egocéntrico y para ti no es inesperado. Y si no me conociste, nada sabrá de lo nuestro, de aquellas tarde de verano, de aquellos encuentros y de que al final resulte que no soy suficiente para ti... Pero tu y yo lo sabemos, que al final de unas cuantas neuronas de camino en tu cerebro, me conoces...