Todos alguna vez entramos en la batalla muchos sin pensarlo, otros sin ganas, nos introducimos en amores, amores con riesgos sin saber cual será su sortilegio, algunas ya con experiencia otros a primera instancia de esta, muchos ya llevan unas cuantas guerras, perdidas o ganadas, odiadas o amadas... Otros simplemente deciden intentarlo de nuevo, a ver si reconstruyen los pedazos que no perdieron, que guardaron en una gaveta o puesto en una percha, deciden sacar de nuevo a pasear su corazón mental, a ir a la lucha por no querer terminar, masoquistas de este juego que le llaman "amor", idolatras del niño con arco que dicen que riega el amor, esperando una flecha que jamas nunca les llegue, esperando la persona que quizás en esta tierra no existe.
Porque era un 30 de marzo cuando me rendí y deje perder aquellos pedazos que me quedaban, sin abstención, con mayor rendición, un corazón roto me di cuenta que es lo peor y peor aún cuando cada pedazo se queda impregnado con el maldito nombre de quien lo ha destrozado, pero ese día lo he proclamado y de tu amor ya no soy esclavo, ni víctima de tus relajos, habrás ostentado mi corazón y destrozado en diez miel pedazos y quedado guardado con todo y tu nombre en él armario, perdido y sin brújula, como armario de Narnia, pero como dicen hay que dejar cosas atrás, como decidí ese corazón dejar, total ya estaba roto, estaba en pedazos y a la verdad que a volver a construir algo que con tu nombre se ha quedado, mejor camino descalzo antes sobre fuego de volver a tocar las llaves de ese armario lleno de tan malo recuerdos.