03; Miércoles.

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El miércoles no fue distinto, al llegar a casa de sus padres la ojiverde estaba recostada sobre el césped con su hermana a un lado, Sofía no dejaba de mirarla, mientras jugaba con las pálidas manos entre las suyas color caramelo. Le enfermaba la escena, se le contraía el estómago y sentía náuseas. Nunca es agradable ver el despertar sexual de tu familia.
Sin dar tiempo a excusas, se devolvió sobre sus pasos con el mismo sigilo, y volvió a su hogar, dándose placer a sí misma con ayuda de la imagen de la linda amiguita de Sofi. Cambiando el recuerdo y ubicándose a ella en el lugar de su hermana, siendo ella quien acaricia las manos de la menor para atraerla, besando esos labios rosados con tanta suavidad que le suplicaría por más, y ella le daría más. La follaría cómo nunca antes se había follado a alguien, marcaría esa piel suave y destrozaría su rosado centro virgen sólo con su lengua. Mierda.

El miércoles subsiguiente la escena se repitió, pero esta vez no se iba a ir, necesitaba tenerla un poco más cerca. llevaba dos semanas fantaseando con la niña, y ya no podía más.

Quizás sólo era atracción física, quizás al oír la voz de la chica pálida sus ideas desaparecerían y simplemente sería una más de las amigas de Sofi. Una niñita caprichosa y agrandada.

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El cuerpo de Sofía se tensó por completo al ver a su hermana mayor, Camila, ayudar en la cocina a su madre a través de la venta del patio.
No tenía ningún problema con ella, pero siempre había sido la sombra de la mayor.
Camila era más linda, más agradable, más inteligente, más interesante.
Y todos se habían encargado de refregarle eso a lo largo de sus pocos años de vida.

"Deberías ser más como tu hermana.", "Camila no haría eso.", "¿Por qué no te pareces a Camila?"

A Lauren no le gustaría Camila, o eso creía. No quería la atención de la ojiverde para nadie más además de ella.

—¿Todo bien?— Pregunta Lauren sentándose junto a Sofi para tomar la mano morena entre las suyas, comenzando a jugar con ella. La ojicafé suelta un suspiro embobado, y es que le era inevitable no derretirse por Lauren Jauregui. Cuánto no deseaba poder mirarla el resto de su vida, conversar sobre lo mucho que les encanta Alex Vause de Orange Is The New Black, pero que terminen la discusión con un "Pero tú me encantas más", jugar a los naipes y dejarla ganar sólo porque disfruta verla feliz, escuchar música a oscuras y en silencio tomadas de la mano para terminar sobre el cuerpo de la otra entre besos. Sí, eso quería. Quería a su mejor amiga de una en la que las mejores amigas no deben quererse.

—Contigo siempre estoy bien, Laur.— Y eso bastó para que la ojiverde le regalara una sonrisa radiante con mejillas sonrojadas incluidas, acelerando su corazón.

Sí, a Lauren no le gustaría Camila.

𝑜𝒿𝒾𝓉𝑜𝓈 𝓁𝒾𝓃𝒹𝑜𝓈 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora