Una chica...¡¿en un apocalipsis?!

Capitulo 37: ¡Basta!

Después de que jugamos un rato mi preocupacion aumento, sin darme cuenta ya pasaron 2 horas desde que Arturo y Jake se fueron.

-Estaran bien-dijo Luis sentado en el sofa de living.

-¿Quien me lo asegura?-dije mordiendo mi uña sin dar de dar vueltas por el living.

-Bien- dijo Luis bufando y parandose.

-Alvaro, vamos por Jake y Arturo-dijo Luis gritando desde el living.

-Si nos vamos Jake y Arturo nos mataran- dijo Alvaro bajando las escaleras.

-Bien, tu quedate aqui con Fer y yo ire con Luis-dije señalando a Alvaro para despues subir las escaleras.

-¿Que?-dijeron a coro Alvaro y Luis comenzando a seguirme.

-Tu no iras- dijo Alvaro.

-Es peligroso- decia Luis.

-Oigan no les pregunte, dije que voy a ir y asi sera-dije llegando a mi habitacion con Luis y Alvaro siguiendome.

Te están dejando afuera...

-Fatima...-decia Alvaro hasta que lo interrumpi.

Piensan que eres débil

-¡Estamos en una maldita apocalipsis no me quieran mantener a salvo encerrada! ¡Me hacen sentir inutil!-dije subiendo la voz y explote.

Ellos sólo se miraron.

-Perdon-dije agachando la cabeza poquito y suspirando -se que solo intentan protegerme pero...-.

No pude continuar diciendo algo.

Alvaro me abrazo, me tardé unos segundos en reaccionar pero lo abracé también.

Luego se nos unio Luis.

-Vamos, ponte algo decente-dijo Luis despeinandome cuando me acaricio la cabeza.

Me mire y seguía en mi pijama, mi playera morada de tirantes con pandas y mis shorts.

-¡Hey!, deja a los pandas en paz-dije acariciando mi playera de pandas.

Ellos se salieron y yo busque entre mi ropa algo.

Encontre unos jeans de mezclilla, una camisa azul y tomé mis botas.

Después de eso me cepille el cabello y lo tome en dos trenzas a las que les llaman "de boxeador".

-Lista-dije saliendo de mi habitación.

-Vamonos-dijo Luis dandome dos pistolas y unos cuchillos.

-Regresaremos pronto-dije cuando Luis y yo salimos de la casa.

Como Arturo y Jake se llevaron el auto tuvimos que ir caminando.

Todo era bosque, árboles y pasto por todos lados.

-¿Fueron a la gasolineria en donde conocimos a Arturo?-dije trotando a lado de Luis.

-Si, allá fueron-dijo él.

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Cuando estabamos a una cuadra de la gasolineria, aparecieron zombies.

Comenzamos a matarlos con los cuchillos.

Mi pierna herida me ardia, pero no me importa, ¡haga lo que haga no se cura!

Cuando terminamos de matar a los zombies, nos acercamos más a la gasolineria y vimos que habían más y más zombies.

-Esto se pone muy mal- dijo Luis cortandole la cabeza a un zombie.