Por suerte, gracias a Jack y a sus otros compañeros, a Leila las horas en el trabajo se le pasaban muy rápido, y apenas veía a Louis. Por otra parte, cuando lo veía, él estaba tan distante y arisco que incluso era preferible no verlo. Lo echaba mucho de menos; echaba de menos sus conversaciones, sus sonrisas...
Ya hacía algo más de una semana de la noche fatídica, del «error», y Leila llegó a la conclusión de que no podían seguir así. Era absurdo. Parecían dos novios de instituto. Era una situación ridícula y muy incómoda.
Incluso sus amigos se habían dado cuenta, y a ella empezaban a agotársele las excusas para justificar que ella y Louis ya no salieran tanto juntos. Después de varias noches sin dormir y de un montón de llamadas a su madre, decidió que lo mejor sería que se buscase un piso donde pasar el tiempo que le quedaba en Londres. Al menos así podría estar tranquila y, si tenía suerte, tal vez lograra olvidarse de Louis.
Con esa idea en mente, empezó una nueva semana. El lunes, justo antes de que dieran las cinco, Jack apareció por encima de su cubículo.
—Ya es hora de salir. Vamos, apaga el ordenador. No te olvides de que soy tu jefe y tienes que hacerme caso —añadió sonriendo—. ¿Esperas a que venga Louis o quieres que te acompañe yo?
—La verdad es que he quedado con Nicholas.
— ¿Ah, sí?
—Sí, me ha llamado antes para invitarme al cine y hemos quedado allí dentro de media hora. —Mientras hablaba con él, Leila apagó su ordenador y recogió el bolso del suelo.
— ¿Qué película vais a ver?
—No sé, ya sabes cómo es Nicholas. No ha querido decírmelo porque es una sorpresa. En fin, mañana te cuento. Gracias por ofrecerte a acompañarme, Jack, pero como ves, no hace falta.
—De nada. ¿Sabe Lou que vas a llegar tarde a casa? —le preguntó Jack levantando una ceja.
—No, no lo sabe. Pero no te preocupes, no creo que le importe.
Jack y Leila estaban de pie ante el ascensor cuando las puertas se abrieron, y dentro vieron a Louis. Llevaba las gafas, señal de que estaba muy cansado, e iba cargado de papeles.
—Jack, suerte que te encuentro. ¿Podrías decirme por qué las fotografías del reportaje de China no son las que tú y yo decidimos y por qué la portada de este mes es tan horrible? Creía que todo había quedado claro.
—Louis, estaré encantado de hablar contigo. La verdad es que llevo todo el día persiguiéndote para hacerlo. ¿Te acuerdas de que esta mañana habíamos quedado?
—Ah, lo siento, he tenido un día horrible. ¿Podemos hablar ahora?
—Por supuesto, tú eres el jefe —respondió Jack mirando a Leila que aún esperaba para entrar en el ascensor.
—¡Leila! —exclamó Louis sonrojado—. No te había visto.
—Tranquilo, no pasa nada. ¿Ves como tenía razón? —Añadió ella mirando a Jack—. En fin, me voy. Hasta mañana.
Entró en el ascensor y pulsó el botón para que las puertas se cerrasen. No tenía ganas de estar junto a aquel frío energúmeno ni un minuto más del necesario.
—Jack, ¿sobre qué tenía razón Leila?
—Sobre ti. Dice que últimamente no te importa demasiado nada de lo que hace. Pasa, sentémonos y a ver si de una vez nos aclaramos con lo de este reportaje.
—No sé, a lo mejor podríamos dejarlo para mañana, así me voy a casa con Leila.
—Ah... Leila no va hacia tu casa, ha quedado con Nicholas para ir al cine. —En ese mismo instante, Jack vio cómo la cara de Louis pasaba de la sorpresa al enfado en un tiempo récord.
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Nadie como tú [l.t]
FanfictionLuego de perder al amor de su vida, a Louis no le queda más remedio que luchar para recuperarla. [29.05.18] #15 en 'Louisfanfic' #434 en 'Lovestory' #540 en 'Decepción' #586 en 'Tomlinson' Cover by Hemmingslost.