Leila fingió no haber oído ese comentario y se sentó en el sofá. Cruzó las piernas como una india sosteniendo un cojín entre las manos, como si fuera un escudo.
Louis quiso sentarse a su lado, pero al ver que ella se ponía tensa, optó por sentarse en un sillón que había delante del sofá.
—Leila.
Ella seguía sin mirarlo, y él no podía soportarlo más.
—Leila, mírame. Por favor.
Tardó unos segundos, pero poco a poco lo miró a los ojos, y Louis se alegró al ver que ella estaba tan afectada como él.
—Lo siento —le dijo marcando cada palabra—. Lo siento mucho.
A Leila e resbaló una lágrima por la mejilla, pero la apartó furiosa con la palma de la mano. No quería volver a llorar delante de él.
—Siento haberte acusado de algo tan horrible. Siento no haber confiado en ti. Siento haberte hecho daño. Siento haber sido un imbécil. —Al ver que ella empezaba a llorar, él no pudo controlarse más y se levantó para sentarse a su lado—. Tengo que abrazarte.
La rodeó con los brazos y ella se acurrucó entre ellos.
Lloró contra su pecho y él apoyó la barbilla entre su pelo. Unos minutos más tarde, Leila dejó de llorar e intentó apartarse.
—Ya estoy mejor. —Se separó de él y se frotó la cara con las manos.
Louis la soltó y, al ver que ella volvía a levantar sus defensas, regresó a su sillón.
— ¿Has descubierto quién robó los artículos? —preguntó Leila.
—Sí. —Louis se sonrojó al darse cuenta de que ella creía que él sólo había ido a verla para disculparse por haberla acusado de eso—. Fue Clive.
Leila levantó las cejas sorprendida, pero antes de que pudiera decir nada, Louis la interrumpió.
—Pero no he venido a hablar de eso. Si quieres, después te lo cuento todo. —Se pasó las manos por el pelo.
— ¿Después de qué? —preguntó ella, mirándolo a los ojos.
—También he conocido a Steve. —Louis quería confesárselo todo antes de decirle el verdadero motivo por el que había ido a verla.
— ¿Cuándo?
—El lunes. Me contó lo del artículo de mi padre. —Al ver que Leila parecía incómoda, añadió—. Pero tampoco he venido aquí para hablar de eso.
Ella lo miró incrédula y él volvió a levantarse del sillón.
—Te estoy muy agradecido, pero no he venido hasta aquí por eso.
—Y entonces ¿por qué has venido?
Él se sentó a su lado.
—He venido por esto.
Antes de que ella pudiera reaccionar, Louis le cogió la cara entre las manos y la besó. Primero, Leila estaba demasiado sorprendida como para reaccionar, pero al sentir la lengua de él recorriéndole el labio inferior, no pudo evitarlo. Louis la besó como si quisiera entrar dentro de ella, como si la necesitara para respirar. Poco a poco, fue relajando la presión de sus manos y las deslizó hasta su espalda. Cuando ella se dio cuenta de lo que estaba pasando, se apartó de él. Si quería superar algún día lo que sentía por ese hombre, tenía que ser fuerte y resistirse a su seducción.
—Esto —Leila hizo un gesto con las manos— nunca ha sido un problema. Esto —colocó una mano sobre el corazón de él— sí lo es.
Ella empezó a apartarse, pero Louis le cogió la muñeca y dejó la mano de ella donde estaba.
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Nadie como tú [l.t]
FanfictionLuego de perder al amor de su vida, a Louis no le queda más remedio que luchar para recuperarla. [29.05.18] #15 en 'Louisfanfic' #434 en 'Lovestory' #540 en 'Decepción' #586 en 'Tomlinson' Cover by Hemmingslost.