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— ¿Y? ¿Qué se siente tener veinte años?— preguntó el menor de los Mansilla.

— Gil, es solo un año más, ¿qué es lo que va a sentir?— le respondió Lombardo causando que todos rieran menos Marcos.

— La verdad, lo único distinto que sentí fue el regalo de Axel.— habló Emanuel contestando las preguntas de ambos. Para Klave fue imposible contener la vergüenza, sabía que no faltaba mucho para que sus amigos comenzaran a molestarlo por eso.

— Ah pero muy bien Axelito.— se burló Wolf.— Ponedor number one.

Estaban en casa de los Mansilla, donde se encontraba la CMK, y Frijo también gracias a Axel que lo llevó. De todas formas todos se llevaban bien. Pero alguien faltaba, ese alguien que marcaba la diferencia con su presencia. Alexis.

— Bueno che, ¡basta!— dijo Klave parando las carcajadas hacía él.— ¿Y Midel?— preguntó obteniendo la mirada de Emanuel en él. ¿A qué se debía la pregunta?

— No sé, ya debe estar viniendo.— respondió Dam prendiendo un cigarrillo. Ese chico debía tener los pulmones muertos.

— Tengo que hablar con vos. — dijo Frijo refiriéndose a Klave. Este último asintió algo nervioso. Ambos se levantaron y salieron al patio delantero de la casa. Aún estando lejos oían los gritos de burla de sus amigos.

— ¿Qué pasa, corazón?

Para Emanuel fue imposible no sonreír ante el apodo que el mayor le había puesto, lo hacía sentirse único.

— ¿Qué pasa si viene Alexis?— habló. Axel se encogió de hombros mientras pensaba una respuesta.

— No sé, pero conociéndolo vamos a terminar discutiendo.— de eso estaba más que seguro.