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ientras los demás hablaban, tomaban o fumaban, Alexis se encontraba sentado, ignorando a su al rededor, solo prestaba atención a cada acción de Emanuel. Este último estaba junto a Axel, charlando como si no se hubiesen visto hace años. Eso le causaba algo de celos. ¿Pero que podía hacer? Había conseguido que toda esa extraña relación que mantenía con el menor se haya arruinado solo por su directa forma de decir la verdad, ya no tenía forma de volver a lo de antes.

Dejó de mirar a los otros dos y con la mirada buscó a su novia, la cuál también lo había dejado solo, ya que apenas llegó fue directo con sus amigas, dejando a Midel sin nadie con quien hablar. Al no encontrarla apoyó su espalda en el respaldo del sillón en el que estaba ubicado. Cerró sus párpados unos segundos e intentó despejar su mente.

- ¿Cansado?- oyó una voz.

Con lentitud abrió sus ojos encontrándose con Mauro Monzón, acompañado de Francisco, o Narciso como se apodaba, su novio.

- Nah, estoy aburrido.- respondió acomodándose en su lugar.

- Estás solo...- dijo Francisco negando, como si se estuviera riendo de él.

- Y los celos se te re notan.- Lit terminó la frase de su chico. Por lo visto, la pareja estaba enterada de los problemas que Alexis estaba teniendo.

- ¿Y qué puedo hacer? Ema no me va a dar bola...- bufó con cansancio.- Ahora anda con Axel, no sé que onda.

- Hablale gil, pero hablen bien, o sea, no te hagas el superado como siempre.- aconsejó el más alto. A decir verdad, no era una idea muy difícil.