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— Pero ¿qué quieren que le digan? — preguntó Alexis mirando a la pareja.

Mauro bufó mientras negaba, le daba bronca que Midel fuera tan... Él.

— Mirá...— dijo Francisco ya cansado de no poder hacer entender al mayor.— Se supone que vos haces free, podes improvisar o expresar lo que sentís o ves, sin problemas...— Alexis asintió.

— A no ser que te las escribas para las batallas, ahí si que no sé que decirte.— opinó Lit.

— Maurito bebé, eso no ayuda.— habló Narciso a su novio de forma tierna. El menor hizo un gesto dando a entender de que estaba ofendido, pero su actitud cambió al sentir como Francisco lo besaba.

Lastimosamente, Midel tenía que soportar la escena pasada de dulzura. Sentía como se empalagaba con solo mirarlos.

— Dejen de chapar en frente mio, por favor.— dijo recalcando las últimas dos palabras haciendo que ambos se separaran.— Al final, ¿qué tengo que decirle?

Narciso iba a contestar, pero Mauro lo hizo antes, la verdad que estaba harto. No era tan difícil de entender lo que debía hacer.

— Primero que nada, ¿te gusta Emanuel, o no?— Alexis estaba apunto de negar, pero la duda llegó a su mente. ¿Le gustaba o no? Suspiró y negó con sus ojos cerrados, muy inseguro de su respuesta.— Y si no te gusta, ¿qué tanto problema te haces? Dejalo que esté con quién quiera, si a vos no te tiene que joder.

Dicho esto, Midel se quedó pensando la respuesta de Lit, ya que tenía toda la razón. ¿Por qué se preocupaba? ¿Qué le importaba a él, lo que Frijo hiciera? Fácil, porque en realidad si le gustaba. Y mucho.