Capítulo 8

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La beso y ella se sorprendió pero le correspondió, no podían creer lo que estaban haciendo en público. Oscar paso sus brazos por la cintura de Tisiana, ella puso sus manos en el pecho de él. ¿Qué estaba haciendo? Se suponía que Oscar estaba con Mildred, no podía hacerle eso a su jefa, pero como podría detener algo maravilloso, algo que deseaba hacer desde que conoció a Oscar, solo que lo mantenía en secreto. No podía negar que el parecía lindo y apuesto, pero le estaba siendo infiel a su jefa y no quería hacerle eso, destruir los sentimientos de Mildred, conocía a Mildred desde que la adoptaron y fue una de las personas que estuvo con ella, desde que le paso con su padrastro. Pero no podía engañarse así misma, le gustaba Oscar y con este beso lo confirmaba todo.
Oscar por su parte, no quería separarse de Tisiana, sabía que le dolió ver a Gabriel con su esposa e hijo, pero no le importó porque Gabriel, se estaba perdiendo a una excelente mujer.
Ambos se separaron con las respiraciones agitadas.

-Oscar...

-No digas nada. Tisiana.

-No Oscar. No me pidas eso, después de lo que acaba de pasar. Esto es un error de ambos, y no tiene porque pasar de nuevo.

-Tisiana...

-No Oscar mejor olvidemos lo que paso aquí. Ahora volvamos a casa, -Oscar quería hablar con ella y decirle lo que siente, pero si no lo dejaba hablar le sería imposible, hablaría con ella a la fuerza.
Aunque sabía que no debió hacer eso, pero el impulso que sintió en ese momento pudo más, que el pensamiento, no quería verla mal, no quería verla triste. La siguió él llevaba el carrito mientras ella cargaba las compras, entre los dos había un silencio sepulcro ninguno se atrevió a hablar, sobre lo ocurrido aunque Tisiana le había dejado en claro que lo que había pasado no volvería a pasar, pero Oscar aria cualquier cosa porque volviera a pasar, además ella no se había negado al beso. Oscar sonrió, Tisiana lo miro con el ceño fruncido, pero después entendió porque sonreía y miró hacia otro lado, no podía creerlo cómo puede estar sonriendo, en cuanto le había sido infiel a su jefa, la había besado sin vergüenza alguna y estaban en un lugar público, aunque sabía que no debía haber correspondido, a ese beso pero estaba tan enfadada porque había visto a Gabriel con su mujer e hijo que por ese momento deseo ser ella la que estaba al lado de él, tal vez sea esa la razón por lo que le siguió el beso, pero fue una completa estúpida al hacerlo ahora sería despedida, y no tendría en donde trabajar.
Mildred se había levantado, ya que el teléfono estaba sonando, con muy pocas ganas atendió, aunque fue un error de su parte.

-Hola.

-Ya extrañaba tu voz, querida hija. -Mildred se puso tensa, no podía ser más que oportuna su llamada, estaba sola y Tisiana y Oscar se estaban tardando demasiado.

- ¿Qu...é quii...eres?

-Es una buena pregunta, pero que te parece si te lo respondo personalmente.

-Nn...o tte accerquesss.

-Mildred ya es tarde, -sintió que el timbre de la puerta llamaban, y se tenso aún más. No se movió de su lugar. -Abre la puerta, si no lo haces tendré que entrar, a la fuerza.

-Nnoo la abriré, la ppuerrta. -El timbre volvió a sonar, corto con rapidez, se fue al baño y se encerró, se apoyo contra la puerta y bajo hasta el piso frío, y se tapó la ls orejas intentando no escuchar el timbre, pero era imposible no escucharlo ya que sonaba con frecuencia, hasta se escuchó que golpeaban fuertemente la puerta, y la llamaban a los gritos pero no quiso salir por miedo, a que él estuviera afuera, esperándola.
Oscar iba conduciendo hasta la casa, y Tisiana iba de la parte de atrás, y otra vez era un silencio sepulcro, el sonido de los autos y motos cuando pasaban por las calles ajetreadas, la música de fondo no ayudaba en mucho ya que, la canción de ese momento no era muy favorable. Eres de cafetacuba sonaba, Oscar pensó que era la canción indicada y en el momento indicado, ya que esa canción describía lo que sentía por ella.

Eres Mi SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora