Capítulo 18

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Abrio los ojos, esperando que todo fuese un mal, sueño pero no, vio las paredes blancas, el olor a analgesicos y alcohol, le innundo las fosas nasales, olvidando que estuvo en una casa avandonada, con un olor nauseabundo, donde estuvo con Ruben, al recordar ese nombre, empezó a llorar, se sentia sucia. No quería que nadie la tocara, otra vez le paso lo mismo, ya no queria vivir, de qué le servia, si los recuerdos la atormentarian, cada día de su vida. Había tenido un progreso, pero no le duro nada, volvia a ser la niña de doce años, que necesitaba cuidados y protección.
El dolor en el abdomen, se hizo presente cuando se quiso sentar, y se quedo acostada tapandose los ojos, mientras lloraba. Le dolia tanto, que no podía soportarlo, esa sensación espantosa donde podía sentirlo, aun encima de ella le daban arcadas. 
La puerta se abrio y Oscar entro, intento hacercarse a ella para abrazarla; pero ella le grito diciendole que la dejara, que no quería que la tocara, que se sentia sucia, que se daba asco. Los recuerdos la torturaban, una y otra vez en su mente, su cuerpo ya no tenía alma, ya no había nada que se pudiera construir, todo estaba echo polvo, casi inexsistente.
Varias enfermeras entraron y la sedaron, sus gritos se escuchaban desde el pasillo, Oscar salió de la habitación y golpeo la pared con fuerza, no lo soportaba, no quería que su sobrina volviera a tener pesadillas, no queria que volviera a sufrir por una persona, que no lo valia, había perdido a la mujer que amaba, y no quería perder a su sobrina, a quien la amaba más que a su vida.
Cuando ella quedo inconsiente, la policia había entrado y le habían disparado, a Ruben en la cintura, haciendo que saliera del cuerpo de Mildred y cayera arrodillado, levanto la vista y le sonrió. Lo esposaron y lo llevaron, directo a prisión. Leonardo desato a Mildred, y la cubrio, con su saco, y la cargo hasta una de las ambulancia que esperaban afuera, Oscar se subio con ella mientras que Miriam se iba, con Abraham en otra ambulancia, cubrieron el cuerpo de Tisiana, y se la llevaron al hospital, pero ya no podían hacer nada, porque ella estaba muerta. Abraham estaba en la habitación, contigua de la de Mildred, pudo escuchar los gritos de ella, hasta que la sedaron, se le partio el corazón al escucharla, se lamentaba cada segundo, por haber ido a ese bar a emborracharse, si no hubiese ido o si no hubiese ido en su auto, y hubera ido en taxi, tal vez las cosas serian diferentes, para el en ese momento y no estaria, con tres yesos en su cuerpo, si hubiese alejado a Adela cuando, ella se acerco todo estaria bien entre ellos, o al menos eso pensaba. Recordo cuando vio a Mildred pelear, contra Ruben y sonrío, se había enamorado de una mujer fuerte y valiente, que sabia pelear para defender a lo suyos, sin importarle en que estado se encontraba, ella lucharia hasta el final, hasta que su cuerpo cayera rendido. Pero ella en ese momento no estaba luchando, se estaba entregando al dolor, y eso el no se lo permitiría jamás, esperaria hasta, que él pudiese estar bien, para decirle la verdad en la cara, porque sabia que nadie se la diria, por lastima.
La familia de Abraham, se creyo todo lo que Leonardo le había dicho, le pidio a Abraham que no dijera nada, por el bien de Mildred, ya era suficiente con todo lo que le había pasado, y no queria tener más problemas, él le respondio que no diria nada, respetaria la decisión sólo porque Mildred no estaba bien.
Miriam por su parte, se volvio a ocultar, para el mundo ella estaba muerta, y así lo seguiria siendo para siempre, teñir y cortar su pelo seria lo principal, para luego comprarse lentes de contacto y cambiarse de nombre, para luego adoptar a Lautaro, era el unico que quedaba de la familia, con la cual ella había estado todo ese tiempo. El también estaba, en esa casa abandonada, donde Ruben se estaba ocultando. Lo sacaron de allí, y lo llevaron a un horfanato, y todos los hombres de Ruben fueron a prisión, junto con él.
Otra vez en un nuevo juicio, el mismo juez, quien esperaba verla como la ultima vez, pero no fue así, después de lo que le había pasado, sabía que ella no seria la misma, hasta que se recuperase, otra vez volvió a ganar, solo que esta vez ella estaba ausente, solo estaba sentada sin decir, ni una palabra, no declaro en contra de nadie, las pruebas hablaban por si solas, cuando entro solo se quedo sentada, mirando un punto fijo en la pared, no pemitia que nadie la tocase, ni siquiera Oscar.
Antes de salir del juzgado, Nanci le hablo.

Eres Mi SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora