Mildred paso toda la tarde y noche en su cama, no tenía ánimos de levantarse. Los siguientes dos días fue a la empresa, Oscar no estaba de acuerdo con que fuera al trabajo, pero ella aseguraba de que se sentía bien, y en realidad lo estaba.
Por las mañanas se encontraba con Abraham, y como siempre lo ignoraba al igual que al chico, que estaba interesado en ella, pero ella no. Ella estaba interesada en que Abraham, hablará con ella, pero últimamente casi no hablaban, si él no le decía nada ella tampoco. Abraham no le decía nada, porque quería que ella se animará a hablarle, pero veía que no lo hacía, por más que siguiera interesado en ella, tenia que dejar que ella lo hiciera.
Esa mañana Mildred no fue a correr, había sonado la alarma pero solo la apago, se quedó en la cama, y miró hacia el ventanal, y se perdió en sus pensamientos, se perdió tanto en ellos que Oscar fue a avisarle que, ya era hora de almorzar. Le llevaron la comida a la cama, no comió mucho. Agarro su computadora y empezó a trabajar desde su cama, hasta que vio la hora y eran las tres y cuarenta y dos de la tarde, dejó su computadora en la cama y se cambio de ropa, se puso un short negro con un cancan negro, una remera con mangas 3/4 color gris, y un saco largo de color negro, se ató su cabello en una cola de caballo, se me puso unos aros dorados y salio de la habitación.
Oscar estaba en el living viendo hacia el patio y concentrado en sus pensamientos, pero solo era por una persona Tisiana.-Oscar llévame al cementerio. -Oscar sólo obedeció, salieron rumbo al cementerio. En todo el camino era un silencio sepulcro, no había música de fondo, no había nada solo silencio.
Abraham había salido a correr, pero no vio a Mildred, en la empresa tampoco estaba, fue a su oficina un par de veces pero no la encontró, volvió de nuevo para saber si ya estaba en la empresa.
-Abraham ella no está, aquí -Georgiana miro hacia la computadora y vio la fecha. -No puede ser, cómo pude olvidarme. Es por eso que ella no vino, claro soy tan... linda a veces.
- ¿De qué te olvidaste Georgiana?
-Hoy es el cumpleaños de Miriam, es por eso que Mildred no está aquí. Y yo me olvide, se supone que debería estar con ella compartiendo su pérdida, que mala amiga soy.
-Okey tranquila. Yo iré con ella no te preocupes. -Se fue al ascensor, presionó el botón para ir a su oficina. Ahora entendía porque no la había encontrado esa mañana cuando salió a correr, aunque ahora no sabia en donde la encontraría, ella podría estar en dos lugares, en su casa o en el cementerio, pasaría por el cementerio, ya que estaba de paso. Las puertas se abrieron y él salió, y se fue a su oficina a ordenar todo, los papeles y le dijo a su secretaria que cancelará las reuniones que tenia, y se fue de nuevo al ascensor, presionó el botón y las puertas se cerraron.
Llegaron al cementerio, Oscar le abrió la puerta del auto, Mildred salió y se fue caminando a paso lento hacia la tumba de Miriam, mientras caminaba, recordaba la primera vez que ella la vio en el orfanato, Miriam iba todos los fines de semanas, a llevarles cosas a los niños del orfanato, juguetes, comida, ropa, útiles para que ellos dibujaran y aprendieran a escribir, les llevaba libros para los niños aprendieran a leer. Miriam se acercó a ella, y le sonrió. Le tendió la mano, y ella dudosa se la acepto, Mildred jugaba con todos en el orfanato pero nunca dijo nada pensaron que era muda, pero no era así ella solo se quedaba callada porque tenia miedo de decir algo que no debía, pero cuando llegaba Miriam se alejaba, porque le hacía recordar a su madre, en pelo y en su forma de ser. La extrañaba tanto a su madre, que se a pegó mucho a Miriam, cuando ella iba Mildred era la primera que se acercaba a saludarla, después con el tiempo, Miriam empezó a ir con su esposo, y ambos tomaron la decisión de adoptarla, ella se puso muy feliz cuando llego a su nueva casa, estaba tan contenta, que jamás llegó a pensar lo que le iba a pasar cuando tuviera doce años. Con cada paso que daba, más llegaba a su destino, si así de fácil podría llegar a ser feliz algún día, pero todo parecía imposible para ella, sola en el mundo sin que nadie le ayude a superar su miedo y enfrentar a su pasado, ya no tenía ganas de seguir viviendo, su soledad, su única compañera de toda la vida, parecía estar destinada, a la soledad eterna, a la oscuridad, al miedo, a pesar de todo sus logros siempre sintió, que era su destino el estar sola en el mundo. Llegó a la tumba de Miriam, y sonrió triste, sus ojos se llenaron de lágrimas.
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Eres Mi Salvación
RomanceSu pasado la atormenta todos los días, ella quiere olvidarlo todo, pero no puede porque su pasado se volverá presente y tiene que enfrentarlo, los únicos sentimientos que conoce son: miedo, soledad y enojo, pero con la ayuda de alguien ella podra su...