Capítulo 13

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Los días pasaban, y Abraham recordaba las palabras que le había dicho Mildred, la última vez que la vio.

-Solo olvidame.

-Como su eso fuera posible. -Decia cada noche que estaba en el bar, el bar donde la vio por primera vez.

-Deja de hablar solo Abraham, -le dijo Franco dejando el vaso, en la barra.

-Es que no lo entiendes, como pude decirme que la olvidara si estoy enamorado de ella.

-Si lo entiendo, pero no debes martirizarte la cebeza con eso, has lo que sea para que se enamore de ti, vuelve hacer que ella confié en ti. -Él lo miro esperanzado.

- ¿Crees que si le explico todo lo que paso me perdone?

-Ella lo ara seguro, se veía que ella también estaba enamorada de ti, como tú de ella. -Abraham sonrío y llevo el vaso a su boca, y se bebió el contenido de un solo trago.

-Eso aré, hablare con ella. -Deja el dinero en la barra, y se va dejando solo a Franco, quien no parece darse cuenta, de que ya no esta a su lado.

Mildred parecia un fantasma, sin animos de nada, si antes no salia pues ahora, no salia de la habitación, vivia acostada en su cama abrazada, al edredon, pensando en la ultima vez que vio a Abraham, no podía creerlo, aun seguia sin creerlo, él no pudo engañarla con su prima, es qué perdio la razón, es que no supo controlarse. Un dolor se instalo en su pecho, desde que dejo a Abraham esa noche, su alma dejo su cuerpo, pero cuando lo hizo destrozo todo a su paso, hasta lo que quedaba de su corazón, volvia a ser ese cuerpo muerto en vida, que una vez supo ser.
Oscar se habia cansado de la situación, incluso llego a gritarle pero nada ocurrio, ella seguia sin decir nada, llamo a Georgiana pero no fue suficiente, ya que ella seguia acostada.
La fecha para el juicio se acercaba, pero a ella  no parecia molestarle, no estaba nerviosa como Oscar esperaba, sólo estaba acostada sin probar bocado, no comia nada de lo que le preparaba Tisiana, por más que ella preparara su comida favorita, Mildred no las comia, hasta que llego el día jueves, veinte de Abril ella no se desperto, Oscar había entrado con intenciones de hacerla comer, de bañarse, y que saliera de la cama, pero cuando la fue a despertar, no se despertaba, eso lo asusto tanto que llamo a Tisiana, a los gritos.

-Tisiana hay que llevar a la señorita Mildred, al hospital ella no reacciona, -ella no se movio de su lugar, estaba sorprendida hasta que él la agarro del brazo, y la sacudio un poco, ella reacciona.

Busco las llaves del auto y de la casa, mientras él levanta a Mildred de la cama, y se la lleva al auto. En el camino al hospital, el se pasa las manos por su pelo, está nervioso por lo que le pueda pasar a Mildred, se sentia culpable, por no haberla obligado a comer, si a ella le llegase a pasar algo no se lo perdonaria nunca, sus ojos se llenaron de lágrimas y se le nublo la vision, se las limpio y vio bomberos, ambulancias y varias patrullas que cortaban la calle, tomo un atajo y llego más rápido al hospital, donde al bajarse le pidio ayuda a una enfermera, y esta trajo una camilla donde pusieron a Mildred, le preguntaban los datos de ella, y el respondio a todas, llegaron hasta una puertas corredizas y no le permitieron pasar, se quedo en la sala de espera, junto a Tisiana quien lo abrazaba por el pecho, ella no era muy alta, un metro sesenta y cinco, pero llegaba a los hombros de él.

-Ella estara bien, es fuerte tú y yo la conocemos, desde que era una niña. -Se alejo para verle la cara, y este tenia los ojos llenos de lágrimas, pero sabia que él no lloraria al menos no enfrente de ella. -Sé que no es el mejor momento, pero... -mordio su labio inferior, y miro hacia otro lado.

- ¿Pero qué?

-La última vez que hablamos, de..., nosotros. Bueno en realidad de lo que, sentimos uno por el otro.

Eres Mi SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora