Theresa como todas las mañanas, se había cambiado varias veces, no podía decidir qué ponerse, nada le gustaba. Frustrada decidió optar por el primer conjunto ¡siempre era el primero!
Un suéter corto color rosado y un pantalón jean. Recogió su largo cabello negro en una sencilla trenza y añadió un poco de maquillaje para intentar tapar, aunque sea un poco, lo pálido de su piel, resaltó un poco sus hermosos ojos verdes y, para finalizar, agregó un par de accesorios a su atuendo. Esto último era para complacer a su mejor amiga. Tomó su mochila y, antes de salir, se miró al espejo." — Y como siempre— Suspiró para sus adentros — Esto es lo mejor que puedo lograr"
Dio un último vistazo a su dormitorio, repentinamente le había embargado un sentimiento de angustia, pero decidió no prestarle atención.
Bajo las escaleras corriendo, casi se resbala justo al llegar al último escalón, pero logro mantener el equilibrio, se dirigió a la cocina donde sus padres ya la esperaban.— Buenos días — Los saludó, mientras se unía a ellos en la mesa.
— Buenos días cariño — La saludo su madre.
— ¿Cómo amanece mi hermosa princesa? — Dijo su padre tomándola de la mano, mientras ella se sentaba a su lado.
— Muy bien papá — Le Sonrió — Papá te quería pedir permiso pa...
— Después de que hayamos desayunado Theresa — La interrumpió su madre amablemente.
Ella asintió con un poco de frustración, sufría de ansiedad, tener que esperar la desesperaba, pero no podía hacer más que obedecer a su madre, así que se resignó a tomar el desayuno en silencio. Apenas terminaron, Theresa se ofreció a lavar los platos sucios, sabía que eso le daría puntos con su padre para lo que quería pedirle. En eso sonó el timbre y su madre se levantó.
— Yo le abro — Ya estaba de camino a la puerta, pues ya sabía quién era.
Theresa, viendo la oportunidad, espero a que su madre dejara la cocina para abordar de nuevo a su padre con la pregunta. Su padre, que estaba tomando una taza de café mientras leía el periódico, la miro con curiosidad.
— Papá — Él alzó la vista de su periódico para observarla — Antes que nada, quiero decirte que mi mamá está de acuerdo.
— ¿A dónde quieres ir Theresa? — Le preguntó su padre, adelantándose a lo que su hija le iba a pedir.
— Kat me llamo anoche y me invitó a ver una película. — Una pausa — Hoy... — Otra pausa, estaba haciendo pausas para darle a su padre tiempo de meditar — Después de clases — Tessa le puso cara de súplica — ¿Puedo ir?
Su padre doblo el periódico cuidadosamente a la mitad y lo dejó a un lado, sobre la mesa, se llevó su taza de café a los labios y tras darle un largo sorbo, tomó su decisión.
— Puedes — Aceptó, después de unos segundos de silencio agregó — Pero tienes que recordar que estas en días de escuela, lo que quiere decir, que no llegues tarde.
— Lo se papá...
— ¡THERESA! — La voz de su madre llegó desde a sala — Se te está haciendo tarde.
— ¡VOY MAMÁ! — Le respondió a su madre y miró nuevamente a su padre — Prometido — Alzó la mano, como si estuviera jurando a la bandera o ante un juez — Prometo, que después de la película, vengo a la casa. Sin excepciones.
— Está bien querida — Su padre le sonreía, luego alzo un dedo amenazante — Pero si llegas muy tarde a la casa, y estoy hablando muy enserio, puedes dar por hecho que estarás castigada hasta el fin del año escolar.
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Luna Sangrienta
FantasyTiempos oscuros se acercan. Muchas verdades saldrán a la luz, y un misterioso secreto será revelado.