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Las cosas eran complicadas. Cada rincón me recordaba a ella. La puerta de su cuarto permanecía cerrada, pero aún sentía que ella me miraba sentada junto a la ventana con sus muñecas. Ella seguía ahí, pero no podía abrir la puerta. Me había prometido no hacerlo.
Tarareé nuestra canción en la ducha y de camino al estudio. La tarareé con entusiasmo y culminé al dejarme caer con la guitarra atada al pecho. Quería escribirle otra canción, pero no podía porque a ella no le gustaban las canciones tristes y era lo único que me salía desde aquel día.

Cuando Zackary entró llevaba la campera en la mano

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Cuando Zackary entró llevaba la campera en la mano. Supe que llovía cuando se pasó la mano por el cabello humedecido. Parado contra el marco de la puerta me miró un instante antes de sacarse las zapatillas y entrar en el desorden que yo tenía por habitación. Tomó el mando, dejó la campera sobre el escritorio y eligió una película al azar antes de tirarse junto a mí. Dejé mi cabeza en su pecho y lo cubrí con las sábanas también. El diálogo de los personajes era lo único que se oía mientras el pecho de Zackary pecho subía y bajaba tranquilamente.

 El diálogo de los personajes era lo único que se oía mientras el pecho de Zackary pecho subía y bajaba tranquilamente

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-¿Estás bien?-preguntó él y supe que no veía la película.
-Lo estoy.
-¿Vas a volver mañana?-asentí.-¿Hablaste con tu papá?-negué.-Didí, no estás bien.
Me acomodé en su pecho y lo miré, hundiéndome en sus ojos verdes ligeramente azulados. Zackary parecía querer retarme hasta que volviera a ser yo misma. Dejé que me juntara más a su cuerpo y suspiré.
-Sólo quedate hoy, Zackary.
-No voy a irme ni siquiera cuando te duermas.-dijo él y dejó un beso en mis labios.-Te amo.
-Yo también te amo.-musité y cerré los ojos con fuerza a la vez que intentaba juntarme a él tanto como fuera posible.

El entrevistador preguntó sobre quién hablaba la canción. Le contesté que sobre una chica. Me preguntó si ella lo sabía. Respondí que lo hacía porque llevaba su nombre. Ahora tengo un supuesto romance con mi hija. Pero no lo sacaría de su error. Carolina. Mi tesoro. Mi secreto mejor guardado.
Suspiré ante las llamadas pérdidas en mi teléfono. Conocía la historia. Yo no era el único que la había perdido y ella me necesitaba ahí, pero no podía. No. No aún. Quizá nunca pudiera.
Volvió a sonar y resoplé antes de que llamaran a la ventana de mi auto. El cabello rubio cayendo sobre los hombros y el ceño fruncido me daban sólo una cosa a entender, ella llevaba un rato buscándome.
-No puedo ahora.-dije, pero ella abrió la puerta de todos modos.-Te dije que no puedo.
-¿Podes hacer las presentaciones, sacar un álbum y ver mi llamada entrando, pero no podes atender?
-No lo entendes...
-Claro que lo entiendo. Entiendo que tengo una adolescente deprimida en casa que se la pasa viendo tus presentaciones para... No sé. ¿Torturarse?
-¿Así que es mi culpa?-pregunté fastidiado y ella apoyó ambas manos en el techo del auto.-Dejame ir a casa, Fany. De verdad quiero ir a casa.
-Era mi hija también, Harry.-dijo ella.-Y Diana lo es de los dos también.
-¿La dejaste sola?-pregunté entonces.
-Está con el novio.
-¿Y los dejaste solos?-me alteré encendiendo el auto.
Ella suspiró y subió, dejando que yo cierre mi puerta. Me volví hacia ella, lucía decepcionada. Siempre estaba decepcionada cuando se trataba de mí. Pasaba con todos, menos con Carolina.
-¿Sabes? Si llegara a pasar algo entre ellos, estaría bien. Al menos ella estaría sintiendo algo.
-¿De qué hablas, mujer?-estallé sin quererlo.-¿Estás loca? Diana es demasiado chica para... No.
- Por Dios, Harry. No entendes nada. Te vas a tu casa, no te ocupas de ella, no la ves cada día peor. ¿Es más fácil así? Perdimos a Carolina y ahora tengo que ver como Diana se deshace ante mis ojos, pero vos no. Vos sólo te vas.
-Basta.-mascullé presionando el volante.
-No. Basta no, Harry. ¿Qué carajos? ¿Para que formaste una familia si sabías que así iba a terminar?
-No quería que nada le pasara a Caro. -murmuré.-Quise ayudarla.
-Sé que sí. Pero ahora tenes que ayudar a alguien más.
-No puedo hacerlo en este momento. No puedo.
- Creo que ella siempre estuvo esperando el momento en que Caro dejara que la vieras a ella. Siempre tuviste una hija, Harry.
-Eso no es cierto.
-Claro que lo es. Nunca te ocupaste de Diana. Hubiese sido mejor que no te tuviera de padre.
-¡Basta! -grité.-Dejá de hacer eso. Dejá de decir que soy un padre terrible. No lo soy. Yo no lo soy.
Estacioné en la puerta y bajé con rapidez, deteniéndome al oir las voces de mi hija y si novio.

 Estacioné en la puerta y bajé con rapidez, deteniéndome al oir las voces de mi hija y si novio

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-...chocolate. Si, Didi. Voy a prepararte uno y a buscar algo bien rico y... -suspiró y subí en silencio.-Algo tiene que levantarte el ánimo. Podemos hacer lo que vos quieras. Te dejo pintarme las uñas. Todo. Vamos, nena.
-Sólo quedate.-murmuró ella y me detuve ante el primer sollozo.-No te vayas, Zacky.
-No voy a irme. -vi cómo él la abrazaba bajo las sábanas y besaba su frente una y otra vez.-Pero ya no puedo verte así. No te levantaste en todo el día.
-Mañana voy a volver a la escuela.-musitó ella y quise arrancarla de los brazos de ese chico, sacarlo de la cama y de la casa.
-¿Vas a llamar a tu papá?-preguntó el chico y contuve el aliento un instante. Ella negó.-Tenes que hablar con él.
-No lo necesito. Si no estuvo antes, no lo necesito ahora.
-Pero si estoy.-dije y ambos me miraron.-Estoy acá, hija.
Ella comenzó a llorar más y se aferró a su novio. No quería. Necesitaba que lo soltara y... De golpe me faltó el aire y noté que sonaba la canción Carolina. Retrocedí un pasó, golpeándome contra una repisa. Volteé. Había fotos de ellos dos. Había fotos de todos, menos de Carolina. Había demasiadas fotos. La opresión en el pecho aumentó y pude oír la voz de mi pequeñita, aunque sabía que no estaba allí.
-Harry.-dijo Fany sacándome del cuarto y clavando sus ojos en los míos.-Harry, respirá.
-Estaba sonando la canción.-dije al borde de las lágrimas.
-Era sólo el celular de ella.
-Era la versión que cantamos juntos.-murmuré y miré la puerta cerrada.
-Es la favorita de ella.-murmuró Fany y se llevó las manos al rostro.
-No puedo quedarme.-dije con rapidez y escapé de allí tan rápido como pude.

Hey angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora