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-Tengo cinco aerosoles en la mochila.-dijo cuando emprendimos el regreso a casa y me miró alzando una ceja.-Uno violeta, uno negro, uno verde, uno blanco y otro azul. Podríamos desviarnos y...
-¿Nunca lo terminaste?-pregunté.
-Lo hicimos juntos. Quería que lo termináramos juntos. Le tuve que dar retoques, pero te está esperando.
-Vamos.-dije y lo besé con suavidad antes de tirar de su mano y cambiar el rumbo.

-¿Divertido?-pregunté de brazos cruzados frente a Diana y su novio.-Estamos en una comisaría y no es precisamente por su buen comportamiento.
-Sólo estábamos...-empezó Diana y le indiqué que callara.
-No voy a escucharte.
Ella miró al chico a su lado y este le presionó la mano con suavidad. La aparté al instante y el oficial me indicó que podíamos irnos.
-Al auto, ya.
Pero Diana no lo hizo. Ella sólo se quedó sentada junto a su novio, mirándolo.
-Ya van a venir por mí.-dijo él.
-No voy a irme sin vos.
-Claro que sí.-dije.-Al auto. Subite al auto, Carolina.
Cerró los ojos con fuerza para luego clavarlos en mí con odio. Nunca había visto tanto enojo en su mirada.
-Andate, Harry.-masculló.
-No. Acabo de venir a buscarte a la comisaría y...
-No me buscabas a mí.-dijo y Zackary se puso de pie y salió con ella, dejando al oficial gritando mientras los seguía.
-Están conmigo.-le dije y salí.
-Respirá.-dijo con la frente contra la de ella.
-Dijiste que todo iba a estar bien.-musitó.-Zacky... Quiero que se vaya. Vamos a casa. Vamos.
-¿A cerrar todo y no levantarnos de la cama en toda la vida? Didi, no quiero eso para vos. Tenes que estar bien.
-Extraño a Caro, pero no soy ella.-lloró y puse la mano en su hombro.
-Sé que no sos ella.-murmuré.-Sólo... Se me salió. Supongo que necesitaba decir si nombre.
-No te basta con cantarle una canción de amor cada día.
-También hice una canción con tu nombre.-dije, volteándola hacia mí.
-Si. -apartó la mirada.
-Sé que no es lo que esperabas. Sé que... Didi, por favor.
-Pensé que estabas enojado. Pensé que seguías pensando que todo es culpa mía. Por eso nunca apareciste.
-No es fácil haber perdido a tu hermana, Diana. Entendeme vos también.
-Yo los perdí a los dos. ¿Se supone que eso es más fácil?-preguntó rodeándose con los brazos de su novio.-Sólo quiero ir a casa con él.
-No me perdiste. Hija, no me perdiste.
-Es verdad. Nunca te tuve. Yo sólo era importante cuando seguías en la banda porque ellos sí me querían ahí.
Quise tomarla, pero ella se ocultó en el pecho del chico. Lo miré. Tenía el rostro inescrutable y furia en los ojos. Parecía que quería saltar sobre mí y golpearme sin importar dónde estábamos. Abrí la puerta del auto y él la subió sin soltarla ni un momento, sin que ella dejara de llorar, sin que todo de apagara.
-Siempre vas a ser mi hija.-dije y miré la foto de Caro que llevaba siempre conmigo.-¿Escuchaste, Diana? No va a cambiar sólo porque me odies.
-¡Ella no te odia!-dijo el chico como exasperado.-Didi no sabe odiar.-bajó la voz y escuché unos murmullos y luego una risita de ella.-Definitivamente no sabe odiar.

Bajamos en casa y mamá nos esperaba en la puerta. Tenía las manos en la cintura y el ceño fruncido. No se había sacado el delantal de la cocina pero algo me decía que había dejado lo que hacía  desde hacía un rato largo.
-¿Qué dije de andar pintando?-preguntó molesta ni bien bajé, como si hubiese estado conteniendo el reto entre los dientes por un largo tiempo.
-Que solo en mi cuarto.-suspiré.-Ya está, mamá.
Me alzó el rostro y acarició mi mejilla con gesto preocupado. Le acomodé el pelo y ella besó mi mejilla antes de regalarme una pequeña sonrisa.
-Vayan adentro.-suspiró.-Necesito hablar con tu papá. Pero primero...-besé su mejilla y Zackary igual.-Vayan.
-La voy a llevar al patio.-dijo mi novio.-No pienso dejarla meterse en la cama.
-No.-dijo mi padre en dirección a mi madre y Zackary tiró de mí.
-Quiero escuchar.-murmuré, pero él me subió a su hombro y comenzó a correr por toda la casa.-Ya.
-Te amo.
-Te amo.-reí.-Pero quería escuchar.
-¡No, Fany! -lo oí gritar.-¡Estoy harto!
-Vamos.-dijo Zackary, pero yo negué y me senté en la escalera.-Didi. Vamos.
-No quiero.-murmuré.-No puede gritarle.
Escuché a mamá llorar y quise salir pero mi novio me sostuvo. Me aferré a él un instante y corrí arriba, ocultándome entre las sábanas. No tardé en sentirlo caer junto a mí. A nadie le gusta que sus padres peleen, ¿no es así? Aunque no sean realmente sus padres. Aunque estén separados hace mucho. A nadie le gusta y a mi tampoco.
-Didi.-susurró Zackary encontrándome bajo ese lío de mantas y sábanas.-No tenías que escuchar. Sabes que ellos...
-Siempre soy el problema. Siempre lo arruino. Perderla los podría haber unido. Tendría que haberme ido en lugar de ella, Caro sabría qué hacer y todos sufrirían menos.
-Eso no es cierto.-dijo molesto y se colocó sobre mí.-Eso no es cierto, Diana. Yo... Diana, por el amor de Dios, ¿cómo vas a decir eso?-quise irme, pero él me sostuvo contra el colchón y clavó sus ojos en los míos.-No. Te quedas acá. Nada estaría mejor si te hubieses ido. Nada, ¿me entendes?
-Por ahí hasta tu mamá dejaría de odiarme.
-Ella no te odia.
-Si. Dice que siempre estás acá y que yo soy una nena caprichosa que debería ser menos dependiente de su novio y...
-Yo estoy acá porque quiero estarlo y eso ya se lo dejé claro.
-Harry preferiría que Caro siguiera acá.-suspiró y juntó su frente a la mía.
-Eso no lo sabemos.
-Si lo sabemos.-dije y sentí que se me rompía la voz en mil pedazos.
-Didi, Caro se fue, ya no hay forma de cambiar eso. Pero vos seguís acá, no te vayas también. No te vayas, por favor.
Lo abracé con fuerza y él me hizo quedar sobre su pecho. Lo besé y sus manos me tranquilizaron mientras se enredaban en mi pelo una y otra vez.
-Digas lo que digas, yo no hubiera sido el mismo sin vos. No hubiera soportado que te fueras. No vos. Te amo. Voy a seguir amándote siempre.
-Cuando lo escucho en las películas suena tan falso y mentiroso.-suspiré y lo miré.-Cuando vos lo decís, suena a que te está brotando de algún lado que quiere gritarlo y concretarlo.
-Porque en las películas hacen de cuenta que se aman, yo te amo.-dijo y volvió a besarme.
Nos quedamos en silencio y el murmullo de la discusión se volvió la canción antes de dormir.

Hey angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora