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-Fany.-llamé luego de verificar que Diana y Zackary estaban en el patio.-¿Te acordas cuando Diana apareció en el hospital...?
-No lo digas.-se apresuró y la buscó con la mirada.-No se puede hablar de eso.
-¿Por qué?
-Porque ya lo intenté cientos de veces y ella se pone demasiado mal.
-Fany, los escuché hablando hoy y creo que...
-No.-me cortó.-No quiero saberlo. No quiero que me hagas querer saber. No quiero.
-Fany...
Sonó el timbre y ella me dejó hablando sólo. Maldije. Tendría que averiguarlo de otro modo.

-Zackary.-dijo mamá desde la puerta.
Vi a Noelia detrás de ella y me esforcé por mantener la sonrisa. Mi novio no se movió, permaneció con el brazo en torno a mí y una naranja en la otra mano.
-Mamá, te dije que voy a volver a casa a la noche.-dijo y puse la mano en su pecho.
-Zacky...
-No.-dijo él.-Mamá, si viniste a buscarme, vas a tener que esperar a que yo quiera irme o crea que es hora de hacerlo.
-Te vine a buscar.-dijo ella y no sonó como siempre.
-Zacky, andá a casa.-murmuré y acaricié su mejilla.
-No quiero irme. Quiero quedarme con vos.
-Tu mamá te necesita.-dije mirando a Noelia. Mamá le acarició el brazo.
-Hijo, el abuelo necesita que viajemos.-dijo la mujer.
-¿Qué?-preguntó asustado.
-Se cayó y está internado. Es posible que tengamos que traerlo a casa.
Zackary se paró de golpe y su madre lo abrazó. Nunca había visto a esa mujer llorar antes. Mamá me ayudó a pararme y vi a Harry en la escalera.
-¿Qué pasó?-preguntó y yo negué,  permitiéndome acariciar el brazo de aquella mujer.
-Didi...-empezó Zacky.
-Tranquilo.-susurré.-Todo va a estar bien. ¿No es así?-su madre asintió y lo abrazó con más fuerza.-Voy a estar acá cuando vuelvas. Tenes que ir.
- Vamos.-pidió su madre.
-Noelia,-la llamé antes de que saliera.-él va a estar bien.
-Eso espero.-dijo y, por primera vez desde que la conocía, me abrazó.

Diana estaba tirada en la cama cuando volví. Así estaba desde que Zackary de había ido. Me senté a su lado y prendí la música antes de que en la televisión empezara una grabación de mi última presentación. La miré y ella a mí.
-¿Guardaste mi presentación?
-Te extrañaba.-murmuró.
-Estoy acá ahora.
- No podías decir eso cuando las guardé. Creo que llevabas varios meses sin...
-Lo sé.-suspiré.-Didi, ¿podemos salir de tu cuarto? Estás todo el día tirada acá.
-No creo que...
-Por lo menos vamos a acompañar a tu mamá. Dale. Mañana se va de viaje. Vamos con ella.
-No quiero que mamá se vaya.
Pasé la mano por su brazo una y otra vez. Diana me miró un instante y rozó suavemente su muñeca. Parecía no haberlo notado. Tenía miedo de que Fany se fuera y yo también. Fany lograba que Diana estuviera bien, yo no sabía hacerlo, no sabía cómo lograrlo. Yo sólo sabía cuidar a Caro y tampoco pude hacerlo bien. Diana lo era todo para Fany y, desde que me había obligado a volver, empezaba a serlo para mí. Ella se sentó en la cama y miró hacia la puerta. Tenía el cabello sobre el rostro y apenas se le veían las facciones. Diana volvía a esconderse.
-¿Mamá?-llamó y Fany no tardó en aparecer.- ¿Estás armando todo?- la mujer asintió y se acercó a nosotros.-Bien. Tengo que hacer algo con Harry. No termines hasta que lleguemos. Quiero ayudarte.
-¿A dónde van a ir?-preguntó bajito y me miró. Yo tampoco lo sabía.-Hija...
-Ma, no puedo decirte.-rió y saltó de la cama, besando su mejilla. Fany la abrazó con fuerza y sonrió, Diana acababa de reír y eso parecía ser una buena señal.- Vos descansá que ya voy a volver para sacarte de quicio.
-Ay no. Otra vez.-rió y me miró. Presioné su mano con suavidad y ella besó la mejilla de Diana.-Apurate, ¿si?-mi hija asintió y me miró.
- Es hora. Nos vamos.
Y dicho eso salió. Entró en mi nueva habitación y agarró un buzo. Pensé que iba a dármelo pero se lo puso y corrió escaleras abajo antes de salir de la casa y subir al auto.
-Está emocionada.-se sorprendió Fany y me miró.
-Te juro que no tengo idea de nada. Pero bueno. Me la llevo. Yo me encargo de la cena hoy.- me acerqué y me encontré al borde de abrazarla, pero en lugar de eso dejé que mi mejilla y la de ella se juntaran, como saludo. Si. No había nada como el falso beso de bienvenida y despedida. Era algo tan alejado de ser real. Sin embargo, hacía tanto tiempo que ni siquiera imitaba el cariño cuando se trataba de ella.

Bajé en una de las galerías del centro y Harry me miró desde el auto. Sabía que él no podía bajar, que no lo podían ver conmigo. Me acerqué a la ventanilla del lado del acompañante y lo miré.
-No te preocupes. Ya salgo.
Corrí dentro. "No te preocupes" que estúpido había sonado. Claro que no se preocupaba. No por mí. La gente entraba y salía de los distintos locales de ropa, todos estaban llenos. Se acercaban las fiestas y eso se notaba más que de costumbre. Al fondo a la derecha había un local que siempre estaba vacío. Lo visitábamos unos pocos, siempre los mismos. Cuando entré, una campanita me anunció y Lidia no tardó en aparecer. Cargaba con un par de pantalones que hacía diez años habían dejado de estar de moda, pero a ella le encantaban.
-¡Diana!-rió antes de dejar todo y abrazarme.
Era una mujer de mediana edad y yo sabía que había ido a la escuela con mamá. La había visto en un par de fotos, pero al parecer nunca habían sido muy amigas, mamá no la mencionaba nunca. Siempre me parecía que ella era el lado hippie de mamá, el del pelo corto y la ropa muy colorida.
-Vine a buscar el conjunto de...-murmuré mientras ella me abrazaba.
- Lo sé. Lo sé. ¿Esta es la navidad que esperabas?
-No. Mamá se va de viaje.-dije y pasé mi mano por las remeras que estaban colgadas a un lado.
-Hace tiempo venís esperando el momento indicado. Esperame que te lo busco.-se fue al fondo y me quedé mirando todo ese lugar pequeño llenos de ropa amontonada con diferentes estampados, colores y texturas.-Quiero que le saques una foto y me la muestres cuando se lo des.- la escuché y me tomé la muñeca tras la espalda. La presioné con suavidad.-Tuve que guardarlo porque quisieron comprarlo hoy.
-Menos mal que no pasó.-susurré sintiéndome sofocada por el diminuto espacio.
La campanita sonó. Me aparté de la puerta y la alta figura se posicionó junto a mí mientras lo miraba todo. Vi a Lidia abrir los ojos de par en par y creo que yo tuve la misma reacción. No esperaba que Harry Styles me siguiera.

Hey angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora