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-¿Puedo ayudarlo en algo?-preguntó Lidia a la vez que se acomodaba el pelo.
-Estoy mirando, gracias.-dijo él revisando las remeras.
Le tendí la plata a la mujer pero ella estaba embobada con la presencia de mi padre. Suspiré y volví a presionarme la muñeca con fuerza mientras sentía que el espacio era casa vez más chico. Miré a Harry y me topé con su mirada. Volteó hacia mí con rapidez y me hizo soltar mi muñeca a la vez que clavaba sus ojos en los míos.
- Voy a sacarle la foto.-logré articular y, ante la confusión de Lidia, tomé la bolsa y salí corriendo.
Subí al auto y me rodeé con ambos brazos un instante antes de respirar profundo y sentir como alguien se sentaba a mi lado. Harry lucía confundido. Tomó mi mano y yo la aparté antes de volverme hacia él.
-¿Podemos volver a casa?
-Si.-musitó.-Hija...
-Quiero volver a casa.-dije con un hilo de voz y escondí el rostro entre las rodillas.
-Diana, decime qué pasa.-dijo casi asustado y yo negué antes de que alguien comenzara a golpear el vidrio.-Tenemos que irnos.
No dijo nada más hasta llegar a casa. Yo no me moví. Estacionó y me presionó el hombro con suavidad.
-¿Estás bien?
-No quiero que mamá se vaya.-lloré entonces y él me pasó el brazo sobre los hombros.
-Lo sé.-suspiró y me besó la frente. Pero él no lo sabía. No entendía.-Pero ya no puede retrasarlo más. Vas a quedarte conmigo y... Didi, vamos a estar bien ¿no es así?
-No puedo sin mamá.-musité.
-Vení.-negué pero él tiró de mi mano hasta que terminé en sus piernas.-Tenemos que intentar estar bien.
-Zacky no me llamó.
-Va a llamarte.-aseguró él.-Lo prometo. Shh... Didi, tranquila. Todo va a estar bien. Vamos a lograrlo.
-Vas a irte. Van a irse todos y...-cerré los ojos con fuerza y presioné la bolsa en lo que Harry me abrazaba.
-Yo no voy a irme.-dijo.-Vamos. Tu mamá te está esperando.
Bajé del auto y entré en silencio. No la escuché. Miré la sala y la vi sosteniendo una foto de Caro. Se me hizo un nudo en el estómago y retrocedí. Una mano presionó mi hombro y se me cayó la bolsa. Mamá volteó asustada escondiendo la foto tras la espalda, pero yo ya la había visto. Me dieron náuseas y corrí arriba, a mi cuarto. Cerré la puerta con llave y tomé el teléfono. Zackary seguía sin llamar. Presioné mi muñeca con fuerza, tenía que resistirlo. Alguien me llamaba al otro lado de la puerta y yo no podía dejar de sentir que algo dentro mío estaba a punto de estallar.

Abrí la puerta del cuarto y vi a Diana presionándose ambos oídos a la vez que se mecía suavemente de un lado al otro en una esquina de la habitación. Lo primero que miré fueron sus muñecas, pero no había marcas nuevas. Temblaba. La rodeé con ambos brazos y ella se volvió pequeña en mi pecho antes de que Fany me obligue a apartarme.
-Didi.-musitó juntando su frente a la de ella.-Mirame. Mi amor, tranquila. Todo está bien. Sólo... Didi, no te vayas.
-Vos vas a irte.-lloró Diana y me contuve antes de abrazarla.
-Hija...
-Pará, Harry.-me cortó Fany y retrocedí un paso.-Pará. Dejanos solas. Sólo...
Retrocedí un paso más. No podía alejarme. No ahora que quería estar dentro. No podían volver a echarme de una habitación como cuando lo habían hecho con Caro. No podía volver a tener el corazón en la mano sin saber que había un par de ojos que se abriría por última vez. Me tomé de la repisa y escuché a Caro cantar, pero nadie más la escuchaba porque sólo era mi mente que se negaba a dejarla ir. Fany hablaba pero yo no podía escucharla. Diana lloraba. Miré sus cicatrices y me senté en la cama. No me iría. Ya no correría como un cobarde lejos de todo lo que algún día amé.
-Harry...-murmuró Fany y la miré.-Vení. Todo va a estar bien. Ustedes dos van a estar bien.-acarició el rostro de Diana y puso la mano en mi hombro.-¿Si? Tranquilos. Es poquito tiempo. Se van a cuidar mucho. Harry, prometeme que la vas a cuidar mucho.-asentí y tomé la mano de Diana.-Y vos a tu papá. Es un cabezadura y la mitad del tiempo no te va a entender, pero te quiere. Siempre va a quererte.

Corrí escaleras abajo y tomé la bolsa. Tenía que dársela. Necesitaba verle eso puesto. Sabía que ella lo entendería. Me acerqué a mamá y se lo di.
-Es igual a...-ella sacó el vestido rosa floreado con tres tiras negras en la espalda.
-Igual al que tenía cuando las adoptamos.-murmuró.-¿Cómo lo conseguiste?-aparté la vista y me encogí de hombros.-Mi amor, vení acá. Es igual. ¿Te acordabas?-asentí.-Te amo. Te amo tanto mi bebé.
- Voy a extrañarte.-musité y cerré mis brazos en torno a ella permitiéndome los gestos que sólo Caro debía hacer en la familia. Yo no abrazaba. Yo no era dulce. Yo no era nada. Pero mamá de iba y eso era un golpe demasiado duro.-Muchísimo.
-Lo sé, mi Didi. Lo sé. Ahora vamos. Tenes que ayudarme. Lo prometiste.

Fue silencioso todo mientras guardábamos ropa en las dos valijas de mamá. Dejaba, a cada rato, que mi codo rozara el suyo, como cuando Zackary se preocupaba por mí y lo hacía. Me hacía sentir que estaba ahí y que todavía le importaba y yo quería que mamá lo supiera también.
Harry estaba sentado en la cama y no soltaba el celular, aunque parecía no estar haciendo nada. Sólo quería escapar, o eso creo. Los tres lucíamos con ganas de escapar y era realmente incómodo todo eso.
-Sabes a qué números llamarme.-asentí.-Te dejé comida en la heladera. Ah, y te hice torta. Espero que esté rica.-asentí nuevamente mientras ella luchaba con las llaves del auto que se habían atorado en su sweter.-Voy a llamarte cuando llegue. Salvo que sea tarde. No te acuestes tarde. Y no mires Netflix más de tres horas seguidas. ¿Escuchaste, Harry? Esa es una señal de que no va a volver a salir por el resto del día. Te amo. Te amo. Te amo.-me tomó el rostro entre las manos y besó mis mejillas una y otra vez.-Cuidate mucho. Llamame. Te voy a extrañar tanto.
-Ya, mamá. Vamos a estar bien.-murmuré y me abrazó.-Te amo, ¿si? Buen viaje.
-Voy a cuidarla, Fany.-dijo Harry a mi espalda.-Prometo no devolverte una casa en llamas.
Mamá volvió a abrazarme con fuerza y después besó la mejilla de Harry. Él la ayudó a sacar las valijas y yo la miré, aún parada en el medio de la sala, sin poder moverme. Sin mamá y sin Zackary yo no podía.

Hey angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora