-Vamos.-dije tirando de la manga de mi novio, alejándolo de aquel chico.-Vamos, Zacky. Sin embargo, él no lo dejaba y yo volví a tomar asiento. Sabía que llegaría el director, se los llevarían y no volvería a verlo por un largo rato. Suspiré justo antes de que la puerta de abriera. Miré al hombre, quien siempre me había parecido un ex convicto. -Ya. -dijo y Zackary me dedicó una mirada antes de salir tras aquel hombre. Quería irme a casa. En ese momento lo único que quería era irme a casa. Sabía que mamá estaría en el trabajo y Harry igual, así que desistí y me limité a meterme en el baño hasta escuchar la campana de salida.
Cuando todos llegaron, empezamos con los preparativos. No podía olvidarla, a ninguna de las dos. -Está noche cantas Carolina.-me dijo James y asentí. No quería que Diana viera el programa.-Ensayo, Styles. Era divertido. Preparar todo eso era realmente una experiencia. No era sólo salir frente a una cámara y ser uno mismo, había una producción inmensa de fondo. Enorme. Casi increíble. -¿Cómo pasaste la noche?-preguntó James y lo miré un largo instante. -En un jodido sillón.-él rió con ganas y el ensayo comenzó.
-Sé que estás ahí.-dijo Zackary fuera del baño.-Vamos, Didi. Vamos a tu casa, ¿si? Salí y me paré frente a él. Había salido casi ileso. Recorrí su pómulo y dejé que me abrazara. Pensé que los celos y las peleas habían quedado atrás, pero no. -Perdón.-dijo entonces. Nunca se había disculpado por eso.-No sé qué me pasó. Bah, si lo sé. Lo odio. Pero tendría que haberme controlado. -Vamos a casa.-murmuré y él me tomó ambas manos para luego besar mi frente.-Quiero irme a casa. -Tranquila. Ya estamos saliendo para ahí.-avanzó por el pasillo y me sostuvo por la cintura. No me sentía nada bien y él ya lo sabía.-Ya vamos a casa, Didi. -Quiero ir... Emm. ¿Podemos ir con Harry?-pregunté y recordé que estaría en el programa.-Está trabajando. -Voy a llevarte a casa de tu tío Niall.-murmuró y asentí.-Bien. Todo va a estar bien.-me sujetó mejor y salimos de la escuela. -Zacky... -No.-murmuró.-No lo digas. Suspiré y me apoyé contra su pecho, deteniéndolo. Él no me miraba y había una fina capa de lágrimas en sus ojos. -Te amo. -Yo también te amo.-dijo y levantó mi manga antes de limpiar la sangre con cuidado y sacar una venda de su mochila.-Te amo. De verdad. -Anoche me fui de casa. Peleé con mamá y me fui con Harry. -¿Cómo estuvieron las cosas ahí? -Mejor. Volvió a abrazarme tras terminar con mi muñeca y besó mi frente y luego mis labios. -Ya no quiero que lo hagas.-dijo y asentí.-Volvemos a cero. Hay que seguir intentándolo. -Vamos a la casa del tío Niall.-pedí. Necesitaba salir de ahí tanto por mí como por él. La escuela era un lugar malo para los dos desde el momento en el que yo me había bajado de todo lo que solía ser. Ni bien hicimos dos cuadras, lo vi.
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No había muchas fans, así que miré a mi novio y él avanzó rápidamente. Teníamos que alcanzarlo. Me emocioné después de todo, me entusiasmé porque él estaba ahí. Sin embargo, cuando Liam Payne volteó hacia mí, se apresuró a sacar una foto y dedicarme una mirada apenada antes de seguir su camino. -Didi.-susurró Zackary, pero negué y me aparté, recostándome contra una de las paredes. Era una fan, sólo una fan.-Pará. No llores. Didi... Hey. -¿Podemos ir a casa?-pregunté y sentí una mirada sobre mí. El tío me miraba desde una de las ventanas y me hacía señas, pero yo ya no quería responder, todo estaba hecho.-Por favor, Zackary.-la voz se me quebró y él me sostuvo con fuerza. -Ya estamos más cerca. Sólo... Diana, tengo que llevarte. Le rodeé el cuello con ambas manos y la muñeca me estalló. Lloré en su hombro mientras él me alzaba y nos alejábamos del tío, quien parecía haber olvidado odiaba que me trataran como una fan para hacerme pasar desapercibida.
Cuando empezó el show de esa noche, revisé el público de punta a punta, pero no encontré a Diana ahí. Liam me había llamado, dijo que la había visto pero no podía hablarle en la calle. Dijo que Diana no entró tras sus señas, que ella estaba llorando y no podía mantenerse de pie. Todo sonaba a desastre y esperaba poder verla allí, pero no estaba y tampoco apareció en la noche.Fany no me atendió, Zackary no me atendió, Diana no me atendió. -Buenas noches, señora Porter.-dije.-Lamento molestarla, pero nadie me contesta en casa y quería saber si todo estaba en orden. -Se fueron temprano hoy, cielo. Todo se ve apagado.-dijo la voz temblorosa de aquella mujer.-No veo el auto de Fany. ¿Habrá pasado algo malo? -No se preocupe, señora Porter. Debe ser que todavía no sé cómo ser un padre. -Todo es muy difícil desde que se fue la pequeñita.-dijo la anciana.-Su casa no es la misma. No veo a Diana desde entonces. -Nadie quiere salir de casa sin Caro.-admití. -Lo sé. Pero ella... Yo le dije que puede pintar mis paredes cuando quiera. Ella nunca se había perdido esa oportunidad. ¿Está ella bien, señor Styles? -Nadie lo está, señora Porter. Pero yo voy a solucionarlo. Ahora vuelva a dormir. No deje que yo interrumpa su sueño de belleza. La oí reír antes de despedirse y colgar. Tenía que ir a buscar a mi hija. El problema es que todo estaba cerrado y todos seguían sin responder mis llamadas.
-Voy a llamar a tu papá.-fue lo primero que dijo mamá cuando llegamos. Eran las dos y media de la mañana y recién volvíamos del hospital. Busqué refugio en los brazos de Zackary y subimos a mi cuarto. No quería escuchar esa conversación. -¿Vas a dormir para ignorarlo todo?-preguntó él. Asentí y me dejé caer en la cama.-Didi, ¿podemos hacer algo al respecto? -Voy a estar bien. -Venimos de un hospital, Didi. Venimos de ahí otra vez. Ya no puedo seguir con esto. Estoy cansado de que esto siga pasando. Tomé su mano y lo obligué a acostarse junto a mí. Le saqué las zapatillas y lo cubrí con las sábanas. Me tendí a su lado. Sólo suspiré. -Te amo.-murmuró. -Yo también te amo. Sé que... Es muy difícil para mí también, Zacky. Lo es. Pero sí lo estoy intentando, aunque no me salga.-me abracé a él y volví a mirarlo.-Sólo quiero poder dormir. -Dormí. Estoy acá.-besó mi frente y me sostuvo con fuerza. Quise decirle que lo amaba, que era por él que lo intentaba, que él lograba que no pensara tanto en la pérdida de Caro. Pero las palabras no salieron, no puede lograrlo y sólo me quedé ahí escuchando cómo mamá murmuraba al otro lado de la puerta.
