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Bajé de la cama y unos brazos se cerraron en torno a mí. Todo era silencio. Sabía que papá se había quedado, aunque ignoraba dónde dormía. Miré a Zackary y él me juntó más a su pecho, a la vez que besaba mi frente y luego mis labios. Lucía asustado. Delineé su mejilla con el índice y la aparté el cabello del rostro, enganchándolo detrás de su oreja.
-No te encontraba.-murmuró.-Estaba muy asustado. No podía encontrarte.
-Ese hombre me sacaba y no me contestaba. Te busqué. Zacky...
-Shh...-susurró y me hizo acostarme en la cama. Se acostó también y agarró mi teléfono. Caro cantaba One Last Time.-Perdón por llevarte a ese lugar. Yo no sabía. Lo lamento tanto.
-Te amo.-murmuré y escuché los pasos en la escalera.-Te amo.
Mamá entró en el cuarto cerrándose la bata y se acostó junto a nosotros. Sonrió con suavidad y besó mi mejilla. Acarició mi rostro y el de Zackary.
-Llamó tu mamá.-susurró.-Está viniendo para acá.
-Necesitaba verla. Iba a levantarse. Tiene mal la pierna.-dijo.-No podía estar lejos de ella otra vez. -la voz se le quebró y me tomé de él con más fuerza.
-Lo sé, amor.-dijo mamá y suspiró.-Vamos al living. Tranquilo. Vamos a cuidarla muy bien.
Él asintió y me alzó. Bajó la escalera y, en esa oscuridad que lo llenaba todo, me besó una y otra vez hasta que el auto llegó y las luces iluminaron toda la sala. Salimos en silencio y yo me apoyé en mi madre en lo que Zackary subía.
Noelia, aquella mujer enorme de ojos filosos y uñas largas, salió por la ventanilla y me apuntó con su dedo, como acusándome. No dijo nada y se fue. No pude moverme. Me odiaba. Aquella mujer me odiaba y todos lo sabían.
Con dificultad, subí la escalera y me encerré en mi cuarto. Me odiaba y nunca iba a permitir que volviéramos a vernos. Era mi culpa. Todo era mi culpa. Tomé la primer tijera que encontré y me dejé caer en el piso. Dolía. Dolía muchísimo porque Noelia era importante para él, y su rechazo sólo me hacía sentir que un día sería ella o yo y no quería eso. No quería que Zackary tuviese que elegir.
Alguien llamó a la puerta, pero no respondí. Me metí en la cama y lloré. No dije nada cuando papá abrió la puerta de un golpe o cuando mamá tomó mi brazo horrorizada. No me moví ni dejé de llorar mientras todo volvía a ser un desastre. Lo había perdido para siempre, estaba lejos y su madre no lo dejaría salir.
-No lo llames.-musitó mamá y papá de sentó junto a nosotras.-Sólo...
Él tomó mi mano y me hizo acostarme en la cama. Cubrió mi cuerpo con las sábanas limpias y supe que lucía como Caro por la forma en que me miraba. Oculté el rostro contra la almohada y él presionó mi mano con suavidad.
-Va a dejarme.-lloré.-Va a dejarme porque Noelia lo va a hacer elegir y él siempre la va a elegir a ella.
-No va a dejarte.-susurró mamá y se acostó a mi lado.-Tranquila, Didi.
-¿Qué le hice?-aparté el rostro y la miré.-No sé qué le hice.
-Le diste vida a él.
-Él ya estaba vivo.
-Él no salía de su casa, Didi. Él era sólo de su mamá, hasta que llegaste vos.
Miré la ventana y papá nos tapó a ambas antes de marcharse. Pensaba en Caro, como siempre, y se iba a llorarla porque yo estaba viva y quería morir y él no podría aceptarlo nunca.

Desperté con el murmullo de una conversación. Miré el cuarto y me volví pequeña al ver las gasas manchadas sobre el escritorio. Supe que papá había cambiado mis vendas, mamá nunca las habría dejado ahí. Me levanté y me acerqué. Verlas no era de gran ayuda en ese momento. Las tiré al tacho y suspiré antes de que alguien entrara en el cuarto. Tenía miedo de quién podía ser y me limité a cerrar los ojos con fuerza un instante. No estaba segura de poder ver a papá o a mamá después de lo ocurrido.
-Sé que es peor lo que pasó amoche.-dijo el tío Niall y lo miré de reojo.-Pero eso no me hace ignorar que estás parada y no deberías.
-Hay cosas que duelen más que una pierna lastimada. -dije y él me guió a la cama tomándome por el codo con suavidad.
-Lo sé. El otro chico herido también está muy preocupado por eso abajo.
-¿Zackary está abajo?-pregunté entusiasmada de golpe y quise pararme, pero él no lo permitió.
Quería correr hasta donde estaba él y besarlo, reirme, abrazarlo por todo el miedo que había tenido de verlo por última vez.
-Mirame, esto no puede pasar más.-dijo tomando mi brazo.-Ya no, Didi. Podemos volver a ser todo lo que vos amabas, pero no vamos a dejar que sigas.-aparté la mirada y él suspiró.-Ahora vamos, necesito verte sonreír.
Me ayudó a bajar la escalera y me solté al ver a Zackary. Tenía el cabello revuelto y unas ojeras marcadas. Llevaba puesta la misma remera roja de la noche anterior y no dejaba de pellizcarse la pierna con nerviosismo. Corrí hacia él y le lancé los brazos al cuello mientras reía y él también. Cerré los ojos con fuerza y él presionó sus manos contra mi espalda.
-Hola, Didi.-dijo y me aparté para mirarlo.-Parece que estás contenta hoy.
Asentí y él me llevó hasta el sillón. No iba a decirle que temía que me dejara, no demostraría que dudaba sobre una posible batalla frente a su madre. Él lucía contento ante mi reacción y yo no iba a arruinarlo, porque me bastaba con que él estuviese feliz y ahí.
-Hora de desayunar.-dijo mamá y tomó lugar junto a mí, a la vez que el tío dejaba dos tazas sobre la mesa del centro.-Tu papá va a venir a la hora de la cena hoy.
-¿Va a quedarse?-ella asintió y me volví hacia Zackary.-¿Vos no tendrías que estar en el colegio?
-Didi, hay paro hoy.-dijo él, aunque no le creía.-Desayuná.
-Podríamos trabajar en mi cuarto hoy.-dije.-El tío puede ayudarnos.
-¿Yo?-preguntó confundido.-Con una condición.
-Esto me suena a no besos.-le dije a Zacky y él rió a la vez que tomaba su café.
-Nada de eso.-dijo y me alcanzó un pan con dulce.-Hoy al mediodía vamos a salir a comer. Vamos a ir a la casa de tu tío Liam.-negué.-Si, Didi. Sabes que él lo hizo para cuidarte. Yo soy un imprudente por exponerte siempre y me viven retando por eso.
-Odio que me traten como una fan.-dije y Zacky dejó un beso en mi frente.-No quiero.
-Escuchame, quiero que vengas conmigo. Por favor. Dale, Didi, sólo hoy.
Suspiré y le di un largo trago a mi taza. Miré a mamá y fui consciente de que llevaba demasiado tiempo callada. Me acordé de Caro y tomé su mano antes de acostarme sobre las piernas de ambos.
-Mamita linda de mi corazón, ¿queres comprarnos aerosoles nuevos para que dejemos mi cuarto hermoso?
-Didi, me vas a dejar seca.
-Unos poquitos.-dije haciendo puchero y ella rió antes de empezar a hacerme una trenza.-Por eso sos la mejor mamá de todas.
-Ustedes dos se abusan de mi cariño.-dijo y el tío rió ante la cara de indignación de mi novio.
-Fany, esta vez fue ella.-dijo.
Escuché que sonaba Carolina cantada por Caro. En otra ocasión hubiese pedido que alguien me trajera el celular, pero en ese momento sólo quería escucharla, dejarla completar ese momento que no habría sido el mismo si ella estuviera ahí.

Hey angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora