Sentada, le di los últimos retoques al graffiti de una mano con un ojo tatuado en el centro y las venas marcadas de azul en torno a él, como si consumiera toda la sangre que estaba a su alcance. Miré a Zacky. Estaba concentrado en el suyo. Volteé entonces hacia el tío y lo descubrí con sus ojos clavados en mí. Se acercó y me rodeó con ambos brazos antes de besar mi cabeza. Seguía preocupado. Todos lo estaban. Mamá llevaba horas sin hacer un sólo ruido, al tío se le marcaba el gesto en la frente, Harry se había ido y Zacky me rozaba la mano cada vez que tenía la oportunidad. Siempre terminaba decepcionándolos a todos. Recordé la cara de Harry cuando entró en el cuarto de hospital. No dejaba de repetir mi nombre y tenía los ojos colorados de llorar y no dormir. Me encontró, aunque parecía no haberlo hecho realmente. Estaba asustado. Ahora que Caro no estaba, todos se asustaban por mí.
Salí de la radio y manejé hasta casa. Todo era silencio. No prendí la radio porque siempre la que elegía era Caro. Los semáforos duraban una eternidad y los recuerdos llegaban demasiado rápido. ¿Caro se habría enterado alguna vez que Diana se cortaba? Nunca lo habia mencionado pero, ¿y si lo sabía?
Llegué a casa y le marqué a Fany a la vez subía a mi cuarto. Quería juntar la ropa e ir. Se lo había prometido.
-Hola.-dijo y miré el teléfono. No debía tener buena señal.
-Fany, ¿todo está bien?-pregunté y se hizo silencio al otro lado.
-No puedo.-musitó con un hilo de voz. Escuché sus sollozos y me apresuré a meter algo de ropa en un bolso. Ya iría más tarde por el resto.
-¿Qué cosa no podes, Fany? No llores. Decime qué pasa.-pedí y me colgué el bolso al hombro.
-No puedo perderla, Harry. ¿Y si quiere irse? Harry...-guardó silencio y la llamada se cortó. Debía llegar cuanto antes.La puerta se abrió y Zackary ajustó sus brazos en torno a mí antes de pedirme que levante la mirada. Los ojos del tío Liam estaban clavados en mí. Entramos antes de que alguien pudiera decir algo. Él dejó que el peso se recargara en su pierna derecha y tomó un mechón de mi cabello.
-¿Así que ahora se te da por teñirte?-preguntó en tono te reproche.
-Es aerosol.-me defendí, evitando sonreir a toda costa.
-Vos no dejas de hacer lío ni con la pierna mal.-apoyó su mano en mi hombro y lo presionó.
- Siempre me retas.-dije como cuando era más chica y repetíamos esa escena una y otra vez.
-Porque nunca me elegiste como tío favorito.-se defendió y lo miré de reojo.
-Eso es porque me tratas como una fan.-me aparté y él suspiró.
-¿Sabes por qué te traté como una fan?-preguntó y volvió a tomarme, pero esta vez del brazo. Frunció el ceño y bajó la mirada hacia las gasas.-¿Qué hiciste, Diana?
Tiré de mi brazo, pero él no lo soltó. Miré la escalera, estaba muy lejos como para huir. La puerta estaba cerrada con llave. No había forma de desaparecer. Retorcí mi muñeca y dolió. Zackary me presionó contra su cuerpo y otra mano también me alcanzó. Estaba destrozando todo. Estaba arruinándolo como siempre. El desastre era inevitable.
-Quiero hablar con ella a solas.-dijo el tío.-¿Pueden esperarnos en la mesa?-me agarró del brazo y me guió hasta el sillón. Aguardó a que me sentara, pero yo no quería hacerlo.-Dale, Diana. Necesito hablar con vos.
Sólo me llamaba así cuando se enojaba, todos lo hacían. Me senté y aparté la mirada mientras él deslizaba su mano por mi brazo. Retiró la venda y sentí su mirada, pero no me volví. No quería que las viera. En cierto modo, me molestaba que lo hiciera, que las dejara libres, respirando.
-Mirame.-pidió y negué.-Si. Mirame. Diana, te traté como una fan porque... ¿No te parece que ya estás lo suficientemente mal como para sumarte la presión de las cámaras? Decímelo. Yo puedo salir y decir que sos mi sobrina, ¿soportarías eso?
Bajé la mirada y negué. No lo haría. Sería como volver a ser popular, volver a aquella noche en la que, si bien conocí a Zackary, mi vida se volvió un desastre. Intenté escucharlo, pero él y el tío Niall estaban en absoluto silencio, o eso parecía.
-Ya no quiero que lo hagas más. Nadie quiere. -suspiró y me tomó con ambos brazos antes de descansar su mejilla en mi cabello. Lo miré y junté ambas manos, conteniendo el impulso de hacer algo que Caro habría hecho, de abrazarlo.-Didi, sólo intento hacer que vos estés bien, que algún día estés bien.
- Estoy bien.
-Pero quiero que estés mejor. -me apartó y sonrió con suavidad.-¿Puedo volver a ser tu tío, ahora?
-Nunca dejaste de serlo.-dije.-Sólo estaba enojada, pero no por eso vas a dejar de serlo.
-Me alegra escucharlo.-dijo.-Ahora, ¿qué te pasó en la pierna?
Lo miré un segundo desconcertada. ¿No le habían dicho nada? ¿No sabía? Al parecer mi familia se preocupaba tanto por mi que se limitaban a buscarme entre pocos. ¿Se lo habrían contado a alguien si hubiese muerto? Probablemente no, yo no era Caro, la gente no necesitaba saber que me había ido. Negué y miré hacia la cocina en busca de mi novio, pero no le veía.
-Me caí.-mentí a la vez que me ponía de pie.-¿Zackary?
Entró en la sala y me miró, cruzado de brazos. Habían estado escuchando. Lo sabía.
-¿Qué haces parada?-me retó aunque sabía que, si bien eso era algo que me reprochaba, su enojo se debía a otra cosa, a aquello que no había admitido.-Diana, si tu mamá se entera...
Me acerqué a él a la vez que él caminaba hacia mí. Suavizó la mirada, pero seguía enojado. No recuerdo cuándo me había llamado Diana por última vez, cuándo se había decepcionado de mi de tal manera que no pudiese llamarme Didi. Le rodeé el cuello con ambos brazos y él se limitó a llevarme hasta la mesa.
Hora de comer. Hora de fingir que nada estaba pasando.
ESTÁS LEYENDO
Hey angel
FanfictionMiró al cielo. Lo sabía. Él extrañaba de más a quien ya no estaba.