MEANT TO BE ||Neji Hyūga||[1]

CAPITULO 8 | Serpientes y escaleras

Veía a Naruto irse con su equipo. ¿Cómo se supone que me acerque a él?

—Bueno, lo logramos —dijo Kai pasando su brazo al rededor de mis hombros.

—1% conocimiento y 99% fe, dattebare —les dije y ellos asintieron.

—Recuerdenme reclamarle a Aissha-sensei que no nos dijo de que trataban estos exámenes. —Ambos asentimos ante la petición de Kunio.

—Bien hecho, chicos. La verdad es que no les tenía fe. —Dijo Ichidaiji apareciendo frente a nosotros.

—Que grosero, 'ttebare.

—Bueno, chicos, pueden ir a descansar, tú no ______.

—¿Ah? ¡¿Qué clase de preferencias son esas!?

—Bueno _______-chan, bye. —se despidieron los traidores dejándome con Ichidaiji.

Suspire decepcionada de que me hubiesen abandonado, ni Judas fue tan traicionero como estos dos. Me llevó a un campo de entrenamiento, me senté en el suelo.

—______, Aissha ya te explicó lo de tu chakra. —yo asentí. —La mayor parte de tu chakra esta sellado, pero debemos irlo liberando poco a poco. Para eso, hemos decidido darte un compañero.

—¿Compañero? Pero ya tengo a Kai y a Kunio.

—No, tonta. Un compañero que este contigo y te ayude a regular tu chakra. Hemos decidido darte una iguana.

Abrí mis ojos con sorpresa. ¡Eso era genial!

—Las iguanas son simbolo de confianza y paciencia, están ahí para mantener la calma. Y eso es lo que te falta, ¡Juicio!

Rodee los ojos, ya me iba a dar su típico sermón de siempre.

—Bueno, la iguana que seleccionamos para ti, es Dos.

—¿Dos? Echenle tres pesos más de creatividad a los nombres 'ttebare

Él me miro feo y decidí cerrar la boca de una vez por todas. Me entregó el pergamino de contrato y lo firme.

—Cuando lo necesites, Dos acudirá a ti. Ahora puedes ir a descansar. —me dijo y salí huyendo antes de que cambiara de opinión.

Finalmente había dado inicio la segunda parte del examen. Nos había tocado un pergamino del cielo. Así que solo necesitábamos un pergamino de Tierra.

—Ey chicos, no vamos a matar a nadie ¿verdad? —le dije.

—Tranquila pelirroja, solo los congelaré.

—O haré que mis abejas les piquen. Y tú puedes sellar su chakra. Sencillo.

Suspiré, es verdad, no era tan difícil.

—Dame el pergamino, lo voy a sellar y así evitaremos que alguien lo robe. —me lo entregaron y así lo selle en donde nadie sospecharía. En una de las abejas de Kunio.

—Bien, terminemos esto rapido.

Habíamos conseguido el pergamino tierra de un equipo de la aldea de la hierba, me sentí mal porque recordé que mi amiga era de esa aldea. Ahora me encontraba buscando que comer.

Y un repentino siseo llamó mi atención. Me puse alerta y entonces lance un kunai hacía esa dirección. Era una serpiente.

—Oh, no pensé que me detectaras tan rápido. —Escuche detrás de mí, por lo que me puse alerta. Era un hombre con la cara derretida. Que miedo. —Así que por fin saliste de la cueva en la que te puso Aissha, eh.

¿Aissha? ¿Conocía a Kiro-san?

—¿Quién eres y qué quieres? —le dije intentando mantener la calma, pero solo pensaba en la manera más rápida para huir de aquí.

—Eso no importa, dime, ¿por qué no siento aquel poderoso chakra que tenías la ultima vez?

¿Última vez? ¿Y yo qué voy a saber? Bicho raro.

—Bueno, fue un placer, me dio un gusto el reencuentro y todo pero ya me voy —dije y salí corriendo pero una serpiente me sostuvo del pie, causándome una caída. ¿Qué hago, qué hago?.

Lance una bomba de humo y pensé en como huir. No tenía idea de que hacer. Antes de que me diera cuenta muchas serpientes estaban alrededor de mí, inmovilizando mi cuerpo.

Aquella persona se acercó a mí y tocó mi estomago.

—Así que es por esto, impresionante. Aissha sí que sabe complicar las cosas —dijo. Y entonces oprimió mi estomago, sentí un fuerte dolor y como mi cuerpo se calentaba. —Chakra puro, eso eres, una fuente de chakra.

Sentía un fuerte dolor y como mi estomago se desgarraba. Y entonces un poof se escuchó y apareció una pequeña iguana golpeando a aquel extraño hombre, sus serpientes me soltaron y yo caí al suelo, haciéndome bolita por el dolor.

—Maldita Aissha y sus iguanas.

Antes de que la iguana volviera a atacar al tipo aparecieron Kai y Kunio.

—Tranquila, volvere por ti —dijo y desapareció en un nido de serpientes.

—¡______, ¿Estas bien?! —Kai se acercó a mí.

Yo simplemente negué, me costaba hablar y sentía mi cuerpo caliente. Todo empezaba a dar vueltas. ¿Me iba a morir?

Sentía mi respiración agitarse y que perdía la fuerza en cada uno de mis músculos y entonces todo se puso negro.