MEANT TO BE ||Neji Hyūga||[1]

CAPITULO 30 | Espía

El festival había sido un éxito y nuestras vacaciones en la aldea del Remolino estaban llegando a su fin.

Sin embargo, mis vacaciones ya no eran tan disfrutabas porque un idiota se quería robar a mi novia, sí... Deidara.

Siempre estaba rondando al rededor de ella, preguntándole todo sobre la aldea, ¿Qué demonios con ese tipo?

Solté un suspiró y me acerque a uno de los seres humanos que más detesto en el planeta.

—Kai, necesito hablar contigo —le dije, él me miró de manera seria.

—Hazlo rapido, no tengo todo el día —me respondió con arrogancia, yo sólo suspire intentando ignorar su actitud.

—Es sobre aquel tipo, Deidara. Yo también siento algo extraño en él.

Su expresión se ablandó.

—Siento que nos oculta algo —confesó. —Sin embargo, no sé que podamos hacer o como podríamos comprobarlo.

Me quedé pensando en eso. Y entonces se me ocurrió una idea.

—Vamos a donde se encontraron con él. Estoy seguro que podríamos encontrar algo.

Él me miró en silencio unos segundos y luego asintió.

—Vamos antes de que noten nuestra ausencia.

Estábamos en un lugar en el bosque, todo parecía tranquilo, salvo por los evidentes rastros de que hubo una pelea... en realidad, parecía una enorme pelea.

—¿No dijiste que lo estaban persiguiendo? —le pregunté.

—Así es.

Claro, aquí hubo una pelea, no una brutal persecución... En realidad, pareciera que querían hacer obvio que hubo una lucha.

Observe el resto del lugar, ni siquiera había rastros de los explosivos comunes de Deidara, aquellos que hacia con arcilla. Active mi byakugan, sí, solo parecía que hubieron ataques al azar para causar daño.

Seguí revisando, había sangre, que seguía el camino.

—Fue por aquí donde lo encontramos —dijo. Coincidía con el camino de sangre ya seco.

Era extraño, debería de haber algo más, teniendo en cuenta que el kekkei genkai de Deidara es tan destructivo.

—Parece una escena...—murmuró.

—Construida —terminé su oración.

Ambos nos miramos entre nosotros. Pero no podíamos confirmar nuestra sospecha.

Un extraño ruido nos llamó la atención. Y entonces sentí un intenso chakra.

Kai me jaló detrás de unos arbustos.

—¿También lo sentiste? —le pregunté en susurro. El asintió. Active mi byakugan para buscar la fuente de aquel chakra.

Había dos tipos, uno tenía el cabello oscuro y el otro cargaba un objeto vendado que desprendía un profundo chakra.

—¿Qué ves? —me preguntó.

—Los tipos que lo perseguían... ¿Uno tenía apariencia de pez? —le pregunté. El asintió. —Son ellos.

Se comenzaron a acercar, nos ocultamos, sentía mi corazón latiendo con fuerza.

—¿Qué mierda con el mocoso? —escuche a uno de ellos, era el de apariencia de pez. —¿No se supone que daría noticias en unos días?

—No es fácil. La Sarutobi es experta en barreras, supongo que buscara como destruirla desde adentro, y para ello, tendremos que permanecer a los alrededores.

Ambos nos miramos. Era peor de lo que pensamos, era un espía.

—Ey, Itachi. ¿Y qué haremos con las ratas?

Sentí el aire abandonar mis pulmones, tanto Kai como yo quedamos estáticos. Mierda, teníamos que huir, ¿Pero cómo? ¿Para dónde?

—Los dejaremos vivir si no interfieren, al menos que tengan un buen kekkei genkai.

Vi a Kai sudar en frío. Maldita sea, era el momento en el que moriríamos... ¿Tan así? ¿En manos de Akatsuki?

—Ya vámonos, debemos encargarnos de revisar el perímetro de la barrera. —dijo.

—Sí, voy.

El aire volvió a nuestros pulmones al verlos desaparecer, pero aún sentía mi cuerpo entumido.

—Vamos... —dijo Kai en un hilo de voz, yo sólo asentí fallando en el proceso de intentar dar unos pasos.

—Debemos sacarlo de la aldea.