Introducción

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Declaración: Los personajes de esta historia pertenece a sus respectivas autoras (Kyōko Mizuki e Yumiko Igarashi). Me encontraba terminando Psico cuando mi mente comenzó a jugar con un mundo de posibilidades que aquí relato. Ya saben, escrito por y para esparcimiento.

Por cierto, ya también la estoy narrando, pueden escucharla en la cabecera 👆

O en este link 👇. Un fuerte abrazo a la distancia.

https://youtu.be/JNXkqfG6PcA

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Introducción:
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Hay épocas del año que son mágicas, que tienen un toque de nostalgia, o que simplemente dejan bellos momentos anidados en el alma de la gente; invierno es una de esas temporadas que deja recuerdos inolvidables en las personas, así es como esta chica pecosa obtuvo ese primer recuerdo que la dejó marcada más allá de lo que ella misma hubiese creído, haciendo crecer en su interior una ilusión, que aunque las posibilidades se encontraban en su contra sí se volvió realidad.

Ese día en particular las calles neoyorquinas estaban más frías que de costumbre, a pesar de que no caía nieve una espesa bruma cubría todo el rededor. Era el día en que se celebraba noche vieja, así que la gente sólo deseaba algo, llegar a casa para cambiarse de ropas y luego partir a alguna fiesta o reunió, 1915 terminaba.

Ahí entre las calles en medio de esa densa neblina que lo cubría casi todo una chica rubia y pecosa camina lentamente viendo todo lo que sus ojos verdes alcanzaban a observar; sin tomar mucho en cuenta al frío había salido a realizar la última compra del día, un ingrediente que se necesitaba para la comida, jamás se caracterizó por lo buena cocinera que era pero al menos podía ayudar llevando lo que hacía falta, así que fue por ese encargo para celebrar la llegada del nuevo año.

Caminaba muy despacio ya que le encantaba tomarse su tiempo al pasear por aquellas calles llenas de afiches y marquesinas llenas de multicolor que se encontraban acompañadas de luces que iluminaban todo de blanco, las cuales ya comenzaban a ser encendidas, esas tonalidades brillantes fue lo que le hizo ganarse a la avenida Broadway el sobrenombre de "El Gran Camino Blanco"*. Para poder ver aquella hermosa vista Candy tenía que desviarse algunas cuadras de su camino pero el espectáculo bien valía la pena.

Entonces se detuvo en las afueras de un teatro, un trabajador estaba quitando unos cartelones, su curiosidad inherente la hizo dirigirse hacia allá para poder apreciar de cerca qué nuevo espectáculo se representaría, sin embargo se dio cuenta que no cambiaban de obra, pero sí renovaban los afiches. Anunciaban el "El rey Lear" nuevamente. El teatro pertenecía a la compañía Stratford caracterizada por representar principalmente obras de Shakespeare, ya había visto varias veces los antiguos anuncios, con la imagen enorme del Rey junto a sus tres hijas, sin embargo ahora tenía agregado un nuevo personaje, se acercó para verlo más detenidamente, entonces en medio de la densa niebla surgieron un par de ojos color mar, quedó hipnotizada con esos ojos tan penetrantes y expresivos, melancólicos hasta cierto punto, por un largo momento que no supo contar, se dejó perder en esa ilustración, luego comenzó a recorrer el resto de la figura, era el chico que representaba al "Rey de Francia", lo sabía, no porque lo hubiese visto alguna vez en su vida, no, lo sabía porque las críticas habla maravillas de él y de lo buen mozo que era. Si el individuo real era la mitad de bien parecido que su imagen en el cartel entonces se podría decir que el joven realmente tenía que ser muy, muy, apuesto, y si ese color de ojos eran apenas similares a los que en la vida real existían deberían ser el par de ojos más hermosos que ella jamás hubiese visto.

Luego de un rato de contemplar la nueva publicidad, leyó con cuidado los nombres deteniéndose en el Rey de Francia, Terrence Graham, sí, ese nombre ya lo había oído antes, sus compañeras de la escuela de enfermería lo mencionaban muy a menudo y siempre seguido de un largo suspiro, de seguro también en las críticas lo había leído, sin embargo hasta ahora era que se interesaba en el, en lo bien que sonaba, "Terrence", "Terry".

—Le gustó el nuevo afiche, ¿cierto? –el trabajador que continuaba acomodando otros cárteles le comentó con una leve sonrisa burlona.

—Sí, es más llamativo que el anterior –atinó a contestar con un leve rubor tiñéndole las mejillas.

Después sencillamente empezó a alejarse para evitar que el hombre notará el nuevo color en su  rostro.

—Cuando lo desee venga a ver la obra –habló nuevamente el que acomodaba– le aseguro que la ilustración no dista mucho del original, hay quienes dicen que incluso no le hace ningún favor –volvió a sonreír burlón.

Candy ya no contesto nada, únicamente siguió su camino con intención de evitar más escarnios a su persona, aunque la idea de ir a ver la obra no le disgustó para nada, quería conocer a ese chico, saber sí en realidad alguien podía tener esa expresión melancólica y profunda, quería saber si en verdad existía ese tono de azul con verde, esos ojos color de mar.

Gracias por perderse entre mis letras.

Notas:
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*Hacia 1910 Broadway comenzó a iluminar las marquesinas con luz eléctrica, no obstante al inicio sólo utilizaban luces blancas que duraban mucho más que las de color, por eso es que fue nombrado en esa tiempo como "El gran camino blanco".

*En "Psico" el apellido que usa Terry es Grandchester, pero realmente creo que sí quería dejar todo lo primero seria cambiarse el apellido, y la misma Mizuky en sus novelas lo deja como Terry Graham cuando se combinarte en actor, de ahí el cambio. Aclaración para quien ya leyó ese historia.

Ojos color marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora