Capítulo 7: Encuentros

1.5K 149 30
                                    







El frío era muy severo ese día, mucho más a esa hora en que la tarde se confunde con la noche, nuevamente Terrence maldecía el clima «En verdad tiene que caer tanta nieve» pensaba mientras caminaba para llegar a su destino, el hospital St. Jacob. Lunes y martes eran sus días de descanso, aunque a una semana y media de estrenar tenía que ir al menos medio día uno y completo el otro, no obstante ese lunes en particular había salido a propósito a las seis para llegar al hospital antes de las siete, traía consigo algo que tenía que devolver, sólo que no estaba muy seguro de llegar y simplemente preguntar por la enfermera Johnson, menos con toda la carga de chismes que giraban en torno a él después del accidente. Así que se detuvo a reflexionar por un rato analizando las posibilidades, creyendo que lo mejor era esperar por la llegada de la rubia.

Por ello ya dentro del lugar pero desde una distancia relativamente lejos de la sala de enfermeras, con una gran bufanda y una boina, el actor veía como las asistentes médico hacían su arribo al nosocomio de una a una o en reducidos grupos. Mientras que otras enfermeras se disponían a salir, todas impecablemente vestidas en su total de blanco, bueno algunas con acogedores abrigos en otros tonos.

—«Creo que esto no fue buena idea, ¿cómo la reconoceré o la llamaré? ¿cómo sabrá que soy yo?» – se cuestionó mentalmente el actor.

Además, cuando notó la hora ya eran siete y diez.

—«Esto fue una idiotez»

Ya iba de salida, pues por la mañana había llevado sus acostumbradas flores a Susana, así que ya no pretendía regresar a verla de nuevo. Salió del edifico atravesando el pequeño patio frontal, a punto de llegar a la reja un fuerte golpe en el pecho lo hizo trastabillar y caer, jalando consigo a la cosa, más bien, a la persona que lo había golpeado.

De momento Candy no comprendió que sucedía, un instante atrás corría para llegar lo más rápido posible a su trabajo y al otro caía al piso sobre el, reconfortante, cuerpo de alguien.

—Lo siento, que distraída que soy –se apresuró a disculparse la enfermera, quien dejó de hablar al darse cuenta sobre contra quién había chocado, puesto que aunque Terry llevaba gorro y bufanda esos ojos los reconocería en cualquier sitio –. «Sí, un trozo de mar está ahí escondido, a veces es calmo, como ahora, otras inquieto, unas más temible» –se decía a sí misma sin poder dejar de verlo dejando que los segundos transcurrieran.

—"Enfermera pecas", no me digas que pretendías buscar mis brazos.

Artículo Terrence un tanto ofuscado por la situación pero con la necesidad imperiosa de hablar y bromear para evitar el incómodo momento, por lo que incitado por esa travesura la abrazo. De inmediato Candice se tensó poniéndose color grana, con lo que al instante la soltó sonriendo para que comprendiera el juego, luego la empujó levemente para poder levantarse y posterior ayudarle a ella a hacer lo mimo.

—Oye, ¿cómo iba a buscar un abrazo si ni siquiera sabía que estabas acá?

—Tal vez me espiabas, o ¿eres tan atolondrada que otra vez vas tarde y no veías al frente? –sonrió más amplio con ese pequeño sarcasmo. 

—¿Pero qué dices? que esas dos veces que no llegue a tiempo han sido culpa tuya –lo señaló.

—¿Mía? —cuestionó levantando una ceja y auto señalándose.

—Oh sí.

—No, más bien yo creo que ha sido tu hambre.

Ella se volvió a adquirir un tono rosado, pues tenía razón, incluso en esa ocasión ese fue el motivo. Comió con sus amigas en el restaurante cercano, pero ella fue la única que pidió postre por eso tuvieron que dejarla sola las otras, sino todas llegarían tarde y serían amonestadas.

Ojos color marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora