Capítulo 25: Yul

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Cuando se separaron, él le tomó la mano y ella se apartó un poco, había visto a Jun y había recordado donde estaban, se sentía avergonzada. Saludó al guardia de Janeul y él la saludó a ella, luego el rey venciendo la reticencia de Byul, volvió a agarrar su mano, entrelazando los dedos para que ella no rehuyera y la guió al interior del palacio.

Sus órdenes habían sido muy claras, así que la gente que usualmente  circulaba se había apartado para dejarles espacio.

La llevó hasta sus aposentos y Jun se despidió dándole una palmadita afectuosa en el hombro a Janeul, también él estaba feliz de que al fin estuviesen juntos . Luego los dejó solos.

-Éstas son mis habitaciones y las tuyas desde ahora – dijo él. Y ella observó el lugar deteniéndose en la pintura de flores de lotos que estaba detrás de la cama, era la que ella le había regalado años antes.-Byul...- la llamó al notarla tan callada.

-¿Está bien que me quede aquí? – preguntó.

-Sí. Nadie más ha estado aquí aparte de mí, la reina tenía sus propios aposentos. Pero quiero que estés conmigo, tenerte en mis brazos al dormirme y al despertar- dijo y luego una idea cruzó su mente- A menos que no quieras, o necesites tiempo...- dijo incómodo. Aunque se amaran su relación llevaba diez años en espera, más allá de que habían hecho el amor recientemente quizás ella necesitaba tiempo para adaptarse a vivir con él.

-Está bien...me refiero a quedarme aquí, contigo – dijo tímida y le hizo recordar a la jovencita del pasado.

-Iré por Yul – dijo Janeul y Byul lo detuvo.

-No aún, no hoy – pidió.

-¿Por qué? ¿No quieres verlo?

-Más que nada en el mundo, pero hoy gasté toda mi cuota de valor al venir aquí. No me siento preparada para verlo, mañana , mañana sí.

-¿Tienes miedo?- preguntó.

-Mucho. Lo abandoné , Janeul. No puedo borrar eso.

-Si alguien tiene culpa aquí soy yo, yo no pude protegerlos y fui quien los mantuvo apartados todo este tiempo aún sabiendo a la verdad. Si él debe resentir a alguien, seré yo quien cargue con sus reclamos, no tú. – le dijo mirándola a los ojos para que comprendiera que lo decía en serio.

-¿Cómo es él? – preguntó Byul.

-Idéntico a mí físicamente, nadie dudaría jamás de que soy su padre. Pero en su forma de ser se parece a ti, es muy inteligente , sabio y valiente. Y va a amarte, de la misma forma en que lo amas.

-Cuéntame más de nuestro hijo – pidió y él lo hizo, aquella primera noche se quedó dormida en brazos de Janeul mientras hablaban y él le contaba como habían sido los diez primeros años del príncipe.

Al despertar ambos se sorprendieron de haber dormido tan tranquilamente como hacía años que no lo hacían.

Desayunaron juntos y Janeul la dejó para cumplir algunos de sus deberes, prometiendo volver en un par de horas. Cuando regresó la encontró inquieta y paseándose de un lado a otro.

-¿Qué sucede?

-¿Cómo me visto? ¿Qué me pongo para mi encuentro con Yul? – preguntó ella angustiada y él le sonrió enternecido.

- Deja de preocuparte tanto.

-Quiero verme bien, pero cómo debería vestirme, muy arreglada o algo sencillo, quiero causarle una buena impresión.- insistió y Janeul pensó que las cicatrices de ella eran demasiado profundas, iba a dedicar su vida a curarlas.

La mujer del reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora