Fueron días extraños para Byul pues debió acostumbrarse a su nueva vida en palacio con todo lo que ello implicaba. Janeul la nombró oficialmente su Concubina Real, así que recibió el título de "Alteza" por lo que la trataban con una pleitesía que la incomodaba, sobre todo porque podía percibir la hipocresía en muchos de los políticos y gente de la corte al dirigirse a ella. Sin embargo, podía estar con las dos personas que más amaba y eso lo compensaba todo.
Además cuando en público, Yul la llamaba Alteza ella podía escuchar el tono cariñoso con que lo decía y como sus palabras tenían el eco de la palabra madre que le decía en privado. Habían acordado que pasado un tiempo la llamaría también así en público, pero esperarían hasta que a nadie le llamara la atención que la tratara así.
Myra también se había trasladado a palacio, no sólo para hacerle compañía a Byul sino porque ella quería seguir ocupándose de la joven y asegurarse que tuviera una buena vida. Y la muchacha estaba más que feliz de poder seguir a su lado.
Byul aún tenía temores, aquella anhelada felicidad que se había vuelto algo tangible, a veces la asustaba, incluso despertaba sobresaltada algunas noches, pero Janeul estaba junto a ella, y la calmaba hasta que volvía a dormir en paz. Y de día los fantasmas se esfumaban cada vez que podía estar con su hijo.
A quienes los veían juntos, les llamaba la atención la buena relación entre el niño y la concubina del rey, pero lo atribuían a que ella quería ganarse el favor del joven príncipe, nadie intuía la verdad . Y sólo Jun, Wol y Myra, entendían el valor de aquel vínculo que crecía día a día.
Para Janeul verlos juntos era un milagro, y sobre todo cuando tenía un día agobiante debido a sus obligaciones como había sido aquel en particular. Había terminado la audiencia con sus ministros cuando Jun fue a buscarlo.
-Su Majestad, creo que le gustará ver esto...- dijo satisfecho. El rey lo siguió, llegaron hasta los jardines principales y se detuvieron a observar la escena que se desplegaba delante de ellos. Allí en la glorieta junto al estanque, estaban Byul y Yul, ambos hablaban y reían. El niño tenía a su lado un instrumento, parecía haber estado tocando algo para su madre y ella tenía sus herramientas de dibujo. Los observó un instante, sintiendo que su vida estaba completa al fin, que tras mucho años llegaba a su destino. Él no había perseguido ni la corona, ni el poder, había luchado por tener la oportunidad de un momento así, y ahora lo vivía. Sonrió y sin poder esperar más, fue hacia ellos.
-¿Qué es tan divertido? – cuestionó al entrar a la pérgola.
-¡Padre!- exclamó Yul y Byul lo miró con una sonrisa en los labios y también en su mirada.A él le gustaba verla así de feliz.
-¿Puedo unirme? –preguntó y madre e hijo asintieron. Janeul le dio un beso en la coronilla de la cabeza a su hijo y luego besó a Byul levemente, no había podido contener su impulso sin importar quién los observara. Al sentarse descubrió los dibujos de Byul, había algunos de Yul tocando el instrumento, debían ser recientes, y en otras hojas encontró algunos de ciertos personajes de la corte. Estaban dibujados con orejas de animales o en situaciones ridículas, supo que eso les había causado tanto risa. Su pequeña Byul había encontrado un modo artístico de descargar su frustración y contaba con el risueño apoyo del príncipe.
-¿Así que era esto de lo que se reían?
- Son muy buenos, ¿verdad? – intervino Yul temiendo que su padre se molestase.
-Tu madre tiene talento – dijo él apenas conteniendo la risa y ella lo codeó levemente. Lo conocía muy bien y sabía que se estaba divirtiendo, ella se avergonzaba de su arrebato infantil de vengarse con aquellos dibujos. Y que Janeul los mirara, le recordaba que sus acciones podían tener repercusiones peligrosas. Si cayeran en las manos erradas podían causar algún conflicto en la corte.
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La mujer del rey
RomanceByul y Janeul se conocieron cuando niños y forjaron un vínculo que iba más allá de la amistad, pero él calló su verdadera identidad sin imaginar las repercusiones que tendría su silencio. Más de veinte años después, él es el rey y ella está en una...