Capítulo 12

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¿NOS VEMOS EN LITTLE PARK?, Envía Jenni. Hago una mueca.

NO PUEDO, TE EXPLICO LUEGO. Contesto.

—Hey, hola —Cora besa mi mejilla con una sonrisa, de forma automática sonrío.

—Hola. —Empezamos a caminar hacia el metro.

—¿Cómo ha estado tu semana? —pregunta, suena emocionada.

—No me quejo —encojo los hombros.

—Sí bueno, no hay buzón de quejas —ríe.

— ¿La tuya? —cuestiono.

—Mhm, bien, supongo. Aún trato de acostumbrarme a esto de tener un empleo.

—Por lo menos entras por la noche, yo entro de mañana —entrecierro un ojo, nos detenemos a esperar que el metro se detenga.

—Hablando de, ¿no deberías estar en el trabajo? —alza una ceja.

—Neh, mi jefa es mi amiga y me concedió un permiso para salir temprano. Y, ¿a dónde vamos?

—Por ahí —muerde su labio. —¿Has pensado sobre la recreación?

—Fue fantástico. —digo, fue una experiencia nueva y no me desagrado en absoluto —Volveré definitivamente —sonríe, el metro se detiene y las puertas se abren.

—En ese caso necesitamos comprarte un conjunto de ropa para tu personaje. —entramos al metro.

*

—¿Esto es lo que usaré? —pregunto señalando con mi dedo un maniquí, está vestido con mayas verdes, unos shorts tampones, una gabardina y un cuello blanco de pliegues, en si, una cosa horrible.

—Am, no —Cora me toma de la mano para llevarme hacia el interior de la tienda, la cual está casi en el límite de la ciudad. Tuvimos que tomar un autobús. —Eso es más del siglo 17, tú estás en el siglo catorce.

—Bien. —recorro con la mirada estantes y colgaderos. Que pésima vestimenta utilizaban antes.

Cora me pasa una tela color café claro, la extiendo y es parecida a la que use el sábado.

—¿Esto usaré para la boda? —pregunto frunciendo las cejas. Ella gira hacia mí, una sonrisa en sus labios, luce enternecida.

—Falta mucho para la boda —dice.

—Dos días —digo.

—Dos meses en nuestro tiempo real —frunzo el ceño, ella vuelve a mirar entre los estantes— Sólo hacemos la recreación un sólo día porque la mayoría trabaja, quiero decir, el sábado que pasó era 15, éste siguiente sábado será 16, ¿me explico? —toma unos pantalones color café, parece ser de cuero. Asiento.

—Entonces, ¿dos meses? —asiente y me pasa la ropa.

—Pruébate esto. —dice.

Vamos de regreso en el autobús. Platicando un poco sobre la recreación, sobre qué se hace, sobre nuestros roles, sobre hace cuánto que se dedica a ser la reina María.

*

—Hola —dice Jos cuando llega, yo lo miro sobre el hombro.

—Hola, ven a ver esto —digo, él agarra un jugo del refrigerador y camina hacia mí, mira la vestimenta que compré hoy.

—Que gusto tan raro tienes —dice sonriendo. Rio.

—Es para la recreación —repongo. Asiente y se sienta en el sofá. Empiezo a guardar las prendas.

—¿Y qué usarás para tu boda? —giro mi cabeza hacia él, sus labios están en una línea recta.

—¿Eh?

—¿Qué usarás para tu boda? Oh, ¿y cuándo me llegará la invitación? —alza las cejas. — Jenni y Alexa son amigas, Alonso. —explica.

—¿Jenni se lo contó a Alexa? —frunzo las cejas. Abro la boca y luego sonrío abiertamente. —¡Se puso celosa! —me lanzo a Jos, como típicamente jugamos a peleas y luchas. Él intenta quitarme de encima, me aparto y me siento a su lado.

—O se preocupa por ti.

—Así le dicen ahora —ataco— Alexa se preocupa de que estés tanto tiempo con tu compañera —me mofo. Él entrecierra los ojos, sabe que tengo razón.

—Bueno, bueno, el tema es que tú no te vas a casar y Jenni piensa que sí, ¿por qué?

—Pueeeeees, quise avanzar con ella, ¿sabes? Así que intenté ponerla celosa diciéndole que tendría una cita con una chica a la que recién conocía, mentí, pero justo después conocí a Cora.

—Y la usas como cebo para que Jenni quiera algo contigo.

—Si lo dices así suena feo —digo rascando mi mejilla.

—¿Cómo lo dirías tú? —suelto un suspiro— Alonso, te digo esto como amigo. Dile a Jenni que la amas. —hago una mueca.

—Me va a mandar al diablo, Jos.

—No lo sabes.

—¡Sí!¡Lo sé!¡Cada vez que hay un atisbo de mi amor por ella, ella me recuerda que no piensa estar seriamente con alguien!

—Hace más de medio año que están saliendo juntos, a todos lados, acostándose, abrazándose, riéndose, cosas de una pareja. —me lo pienso, es cierto. —Si no se lo dices por lo menos deja de hacerle pensar cosas que no son. —Dice tranquilamente.

—Me casaré con Cora en la recreación, prácticamente no mentí.

—Francisco se casará con María. —corrige. — En serio, Alonso, no te hagas esto. No le mientas a Jenni y no utilices a Cora. —palmea mi espalda y se levanta para irse a su habitación, suelto un suspiro.

Jos tiene razón, estar mintiéndole a Jenni sólo hará que me haga daño yo solo. E ilusionarme con Cora no me lleva a ningún lado, ella tiene gustos diferentes.

Saco mi celular.

TE VEO A LA HORA DEL ALMUERZO MAÑANA, ¿SÍ?, le envío a Jenni.

MEJOR EL VIERNES, MAÑANA NO PUEDO :(, responde.

BIEN, respondo.

Me recuesto para dormir y miles de pensamientos confusos me llenan la cabeza.

Primero que nada, Jenni. Diablos, como la amo. Es mi chica ideal. Es divertida, es fuerte, está loca, es sensible, sabe escucharme, (cuando no se trata de amor). Hemos estado juntos durante un largo tiempo, primero como amigos, y ahora como amigos con beneficios. ¿A dónde me lleva seguir con está insana no relación? A nada, sólo a quitarme las necesidades sexuales.

Luego está, Bryan. ¿Qué carajos pretende? Primero regresa y me dice todo ese cuento de soy tu amigo, te dejo el camino libre con Jenni y hoy cambia su idea y dice no me interesas pero Jenni es mi amiga. Bieeeeen, yo rechacé su amistad. Y puede, puede, que tal vez, sólo tal vez haya hecho mal. Bryan no tiene la culpa de que yo esté enamorado de Jenni, no tiene la culpa de que ella no me quiera y se haya acostado con él en el pasado. Y no tiene sentido que me enoje con él y que con Jenni estén las cosas como si nada... Cometí un error.

Cora.

Oh, Coraline. Es la mujer más hermosa que he visto en mi vida, sin contar a Jenni. Ha logrado distraerme de Jenni, con su ternura, su risa, su forma de hablar, su fuerza, sus gestos, su determinación. Logra que me cuestione, ¿qué me hace sentir?¿por qué siento el mundo entero atorado en mi garganta cuando estoy con ella?¿por qué no puedo dejar de admirar cada pequeño detalle de su rostro?¿o dejar de alucinar con su rostro cuando nos mensajeamos?

Siempre intento no despegar mis ojos de ella, casi me aprendo cada facción, los lunares que tiene detrás de las mejillas, las pecas sobre su nariz, las líneas en sus comisuras cuando sonríe, sus grandes ojos color café. Oh, y sus gestos. Cuando está incómoda, aprieta una sonrisa cerrada y entrecruza sus manos. Cuando está feliz, toda su bonita dentadura está a la vista y en sus ojos se forman líneas. Cuando está triste, la garganta le tiembla, lame sus labios repetidas veces y parpadea múltiples veces.

Pero es lesbiana, ¡y soy un chico! No tengo ni una oportunidad... ¿Qué digo? Acepté ser su amigo y, y, quiero a Jenni... ¿Amo a Jenni? Dios mío, Cora me ha creado un lío en la cabeza y en el corazón.

Sueños Salvajes || Alonso Villalpando || EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora