Capítulo 4

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Acomodo mi cabello rubio casi castaño nuevamente hacia un lado.

—¿Qué tal el maquillaje? —pregunto mirando a la modelo y maquilladora.

—Casi termíno —habla la maquilladora, no entiendo qué tanto hace. La modelo debe lucir natural, marco nuevamente el número de Jennifer. No puedo creer que haya ignorado mis doce llamadas anteriores. Trece si cuento la de ayer.

Cuelgo de inmediato cuando veo a Jennifer caminando hacia mí con un estuche colgando en su hombro y una cámara colgando de su cuello. Las ojeras bajo sus ojos sólo me molestan más, ¿acaso Bryan no la dejó dormir?

—Hola, lamento la tardanza —me dice, se acerca a besar mi mejilla, la esquivo agachandome para simular atar mi agujeta, la cual está perfectamente atada— ¿La modelo está lista? —el chico de iluminación niega con la cabeza— Oh, bien —agarra la cámara entre sus manos y dirige la lente a mí, sonríe— Que guapo, jefe —sé que no debo hacer una escena, le molesta. Pero a mí también me molesta.

—No gastes rollo —digo extendiendo mi mano, cubriendo la lente. Su sonrisa se hace pequeña.

—¿Tuviste una mala mañana? —frunce el ceño cambiando la lente de la cámara.

—No —volteo hacia la modelo— Llevamos media hora de retraso, —le doy una rápida mirada a Jenni, claramente culpándola— Empecemos ya —digo.

*

—Alonso —no detengo mi caminar— Alonso —me llama, vuelo los ojos mientras me detengo.

—¿Sí, Jennifer?

—Invito el almuerzo, como disculpa por llegar tarde —se coloca a mi lado.

—Sobre eso, no hagas que me despidan —reprocho frunciendo las cejas.

—Lo lamento, es que... —la interrumpo.

—No me interesa —la maquilladora pasa a nuestro lado para salir de la azotea, es la última además de nosotros.

—¿Alonso? —frunce sus cejas— ¿Qué pasa?

—Nada, debo irme —giro abriendo la puerta, Jenni extiende su brazo y azota la puerta frente a mi rostro— ¡¿Qué te pasa?!

—Dime ahora mismo porqué me tratas así—su voz se hace aguda, señal de lo disgustada que está. Bufo— ¡Dime!

—¡Te acostaste con Bryan! —exclamo, las palabras duelen. En lugar de darme su típica cara de ¿y a ti qué con eso?, frunce las cejas.

—¿Qué? —cruza sus brazos sobre su pecho.

—¿Dónde estabas anoche?

—Porque anoche no llegue a tu cama,¿piensas que me acosté con Bryan? —alza las cejas, incrédula— ¿Por quién me tomas? —suspiro pesadamente, miente. Aunque, ¿por qué lo haría? Otra cosa que admiro de ella, es que no miente, prefiere quedarse callada a mentir— ¿Recuerdas que Alan se equivocó de carpeta? Bueno, las cosas se complicaron. Estuve toda la noche con él y las modelos recreando las fotos que tenían que estar publicadas hoy, me quedé dormida a penas llegué a casa, por eso llegué tarde.

—Oh. —un alivio me llena al saber que no estuvo con Bryan.

—¿Oh? —me mira indignada y molesta.

—Lo siento, Jenni.

—Ya lo creo —me acerco a abrazarla. Pero pone su mano sobre mi pecho, impidiéndolo— Alonso —trago, ese tono al decir mi nombre, es el tono que utiliza cuando me rechaza.

—Jenni, lo siento, pensé que, no lo sé, yo, tú... —no sé que decir, aunque no puede culparme por pensar mal, así es ella, así es Jennifer.

—¿Me quieres? —dudo antes de responder.

—Lo hago, sí. —respondo mirando cada detalle de su rostro.

—¿Me... —traga—... Amas?

—No. —parpadeo para evitar mirar sus ojos, no puedo mentirle de tal manera mirándola. Escucho como suelta un suspiro.

—Espero no lo hagas, estamos bien así...

—Sin amor —termino de decir poniendo una sonrisa falsa. Pasa sus manos por mis hombros.

—Exacto —besa mis labios y correspondo, no puedo tener su corazón pero al menos puedo tener su cuerpo y ella también, aunque tiene mi corazón sin saberlo— ¿Alguna vez lo has hecho en una azotea? —sonríe con aire travieso. Quito sus pequeños risos rubios de su rostro mientras desabrocha mi pantalón, sin necesidad de desnudarnos la penetro.

Sueños Salvajes || Alonso Villalpando || EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora