"-Mamá.¿Está bien que dos hombres se quieran?- preguntó un inocente Yoon Oh.
Yoon Oh no entendió porque su madre se enojó. "
Dónde Jaehyun está enamorado de su mejor amigo y Doyoung es incapaz de entender sus sentimientos.
El pequeño lloraba con desesperación tras despertar de una terrible pesadilla. Su pecho apretaba, casi no podía respirar, y a pesar de su corta edad la sensación de vacío en su interior era abrumadora.
Su madre, en aquel tormentoso sueño, lo abandonaba. Se iba para siempre, dejando a un destrozado Yoon Oh al borde de la nada. Un lugar lúgubre y frío, careciente de amor.
Las lágrimas seguían saliendo sin intención alguna de parar; a pesar de que se aferraba al peluche con el que dormía. Aunque el ambiente de su habitación siempre había sido tranquilo y lograba brindarle paz. Ya no servía observar su techo lleno de estrellas relucientes; o los pequeños pájaros que colgaban en una esquina. No causaba ningún efecto la tonalidad cálida de sus paredes, ni las imágenes pegadas de sus dibujos favoritos. Todo aquel ambiente alegre, ahora le resultaba apagado.
—Yoon Oh, ¿por qué lloras?— preguntó con preocupación su madre, tras ingresar a la habitación.
— C-Creí que me habías dejado— tartamudeó con temor.
Tenía la aterradora sensación de que si contaba el sueño en voz alta, este llegara a cumplirse; y finalmente, se quedaría solo, sin el amor de sus padres.
—Tranquilo, nunca te dejaría— susurró con suavidad su madre mientras repartía delicadas caricias en el cabello del pequeño.
Yoon Oh sentía la calidez invadirlo de nuevo, deseando congelar ese momento y abrazar a su mamá por siempre.
— ¿Lo prometes?
— Lo prometo.
Es triste que las promesas se rompen, y destrozan personas
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