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El departamento del japonés se hallaba repleto, pues por fin lograban reunirse. Taeil, quien casi siempre se encontraba ocupado entre la universidad y su misteriosa novia, había llegado temprano y charlaba animado con Taeyong. Por otro lado, el ambiente se llenaba de bromas hechas por los menores del grupo, Mark y Dong Hyuck, quienes no dejaban de molestar a un Johnny algo distraído. En otro mueble, Hansol y Ten conversaban sobre un tema en especial: la presentación de baile del tailandés; mientras que este de manera inconsciente repasaba la coreografía con sus manos. El único que parecía notar la preocupación de Yoon Oh era Yuta, ya que él también sentía intranquilidad. Era una reunión destinada a revelaciones.

Uno de los días que más temía había llegado, el momento en que debía hacer frente a lo que era y compartirlo con las personas más cercanas a él: sus amigos. Esas personas que le habían brindado un espacio de -aparente- aceptación; quienes lo apoyaban y de alguna manera se sentían igual de perdidos que él; las únicas personas que estaban dispuestas a ofrecerle un lugar en su vida.

El tiempo parecía caminar con lentitud, donde cada segundo se convertía en un golpe en su pecho. La ansiedad lo invadía, sus extremidades hormigueaban y respirar le era difícil. No estaba listo para afrontar la verdad, él aún no terminaba de aceptarse; pero necesitaba ayuda. Se sentía tan solitario, tan vacío, tan insignificante, incluso redundante.

— Soy homosexual— susurró, cerrando con fuerza los ojos.

Su voz se perdió entre ecos de risas y palabras en distintos idiomas.

— Soy homosexual— repitió con más fuerza.

Esta vez llamó la atención de algunos.

— S- Soy homosexual — tartamudeó.

Nadie se atrevió a parpadear.

Sus ojos se humedecían, a pesar de las suaves miradas. Lo había dicho, frente a todos, entre labios temblorosos y el terror aferrándose a su garganta. Deseaba irse para no observar sus reacciones; pues la habitación estaba sumida en un terrible silencio, de esos que son la advertencia de que lo espantoso se aproxima o así lo percibía él.

Por el contrario, alrededor, todos sonreían y compartían expresiones de comprensión, preparándose para recibir a Yoon Oh entre sus brazos. En un instante todo era un lío otra vez, voces sonando sin orden, extremidades por doquier, risas y palabras de aliento. Eran una familia, cada uno pensaba eso y tenían en claro que a la familia no se le abandonaba; pero la ausencia de Dong Young despertó cierta extrañeza entre ellos, no creían que su amigo pensara de manera negativa hacia el castaño. ¿Cierto?

Yuta se sintió sorprendido por la situación, muy dentro de sí pensó en la posibilidad del rechazo; después de todo, vivían en una de las sociedades más conservadoras, de las más acostumbradas a compartir odio. Aunque así era alrededor de todo el mundo. Los humanos estaban acostumbrados a herirse entre sí y no asumir responsabilidades. Justamente era la razón por la que él también se escondió por muchos años. Entendía el sufrimiento de Yoon Oh en carne propia, era lo primero que sentía al despertar cada mañana y lo que lo había llevado a huir, como ahora el menor quería hacerlo.

— Creo que es el momento — susurró Hansol, interrumpiendo sus pensamientos y acariciando el dorso de su mano.

El japonés suspiró con pesadez, por un momento se dejó llevar por recuerdos amargos.

— Disculpen— gritó, una vez recuperado—. Tenemos otra noticia que darles.

No pudo ser capaz de continuar. Hansol, al darse cuenta, sonrió con dulzura y extendió el brazo por su cintura, abrazándolo. El japonés sintió sonrojarse y escondió su rostro entre sus manos. El temor aún persistía en su interior, a pesar de la calidez del más alto. No emitieron más palabras.

Después de ver aquella escena el grupo comprendió lo que querían decir y una vez más celebraron.

El resto de la reunión fue entretenida, compartiendo anécdotas y alguna que otra queja. Por fin, después de un largo periodo de oscuridad, Yoon Oh logró sentir paz y sonreír. Incluso, comprendió mejor la charla que había mantenido con su hyung y comenzó a dudar acerca de su decisión. Si bien había aplicado a la beca antes de que el embrollo explotara, resultaba demasiado impulsivo viajar a China antes de tiempo, sin saber cómo sobrevivir ahí. Pero el recuerdo de Doyoung hincaba con fuerza en su pecho. No estaba listo para enfrentarlo de nuevo. Tenía que huir.

— ¿Por que nuestro Yoon Oh está muy pensativo?— preguntó Johnny por sobre todo el ruido, logrando llamar la atención del mencionado.

— También tengo que informarles otra cosa— tomó aire— Hace mucho solicité a una beca para un buen instituto. La respuesta me llegó y lo logré. Yo... tengo que ir al extranjero.

Esta vez la conversación tuvo tintes de preocupación y una naciente nostalgia. 

 

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𝙄 𝙈𝙞𝙨𝙨 𝙔𝙤𝙪 ༄ ᴊᴀᴇᴅᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora