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Desorientado, Jaehyun se despertó con pesadez. Un dolor punzante molestaba su cabeza mientras que sus ojos se acostumbraban a la luz, quiso moverse pero un par de brazos lo aprisionaba y sentía la respiración profunda de alguien sobre su nuca.

Al notarlo sus ojos terminaron por abrirse por completo y su confusión aumentó al ser incapaz de reconocer el lugar donde se encontraba.

Esa no era su habitación.

Con dificultad logró sacar las extremidades de su torso, girando en el proceso y sorprendiéndose al observar a la persona junta a él. Un muchacho de cabellos azabaches dormía imperturbable. Su rostro se encontraba frente al del coreano, por lo que este pudo distinguir unas gráciles facciones conocidas.

Se trataba de Sicheng.

Un poco más aliviado al reconocer a su compañero, Jaehyun se dispuso a levantarse, y familiarizarse con la habitación y esa peculiar situación; hasta que notó un detalle alarmante.

Sicheng no llevaba camiseta y un sinfín de pequeñas manchas rojizas se esparcían por su cuello.

¿Qué había sucedido anoche?

Soltó un grito de sorpresa, sus pensamientos se arremolinaban y el mareo intenso lo aturdía, empujando en el proceso al chino, quien dormía al borde de la cama, causando que este cayera.

El pelinegro dio un alarido de dolor al impactar con el suelo. Tardó dos minutos en despertar y notar la posición en la que se encontraba. No se sentía mejor que Jaehyun . Su garganta estaba seca y rogaba un poco de agua, pero la sensación de náusea no lo dejaba recuperarse tranquilo.

No puede ser— dijo finalmente— ¿Qué es esto?— preguntó con la voz rasposa, mientras pasaba las manos por su rostro en señal de frustración.

El castaño quiso levantarse para ayudarlo, pero al instante sintió cómo su alrededor comenzaba a moverse y el dolor de cabeza lo perforaba con más fuerza que antes.

¿¡Qué demonios!?— gritó Sicheng mirando fijamente su reflejo en el espejo junto a su cama, había descubierto los moretones de su cuello.

Por favor no grites, me explota la cabeza— suplicó el coreano, acariciando sus sienes con sus pulgares para darse algo de alivio.

En ese momento un recuerdo relámpago, casi imperceptible, llegó a la mente de ambos al mismo tiempo. Una simple frase, emitida por el coreano, que los dejó congelados por un largo momento.

"Mi didi es muy bonito"

Se observaron a los ojos por unos segundos antes de desviar las miradas avergonzados, sintieron sus mejillas colorearse de forma automática. Extrañas conclusiones se iban armando, haciéndolos estremecer.

Un zumbido interrumpió sus pensamientos, el mismo sonido que había despertado a Jaehyun. Con mucha lentitud se inclinó sobre su cuerpo para estirar el brazo y tratar de alcanzar el aparato por el pequeño espacio que había entre la cama y la pared grisácea.

Después de casi irse de cabeza contra el concreto y reprimir un mareo intenso, logró agarrarlo y contestar a quién estaba llamando, sin fijarse en el nombre que se registraba. Una voz muy conocida lo recibió dejándolo inmóvil.

¿En qué tipo de sueño loco se encontraba? Ese no podía ser el mundo real.

— ¿Do- Doyoung hyung?— preguntó incrédulo.

— Jae, por fin contestas. Me tenías muy preocupado desde anoche— exclamó el mayor con un tono elevado— ¿Estás bien? No he dejado de llamarte.

— S- Sí hyung. ¿Pasó algo?— dijo con un hilo de voz.

𝙄 𝙈𝙞𝙨𝙨 𝙔𝙤𝙪 ༄ ᴊᴀᴇᴅᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora