~23 de Octubre de 1943~
Ha pasado tres años despues de que tanto como Bucky y Steve han muerto, con eso incluye mi madre. Ahora si estaba sola, bueno no tanto como lo imaginan, pero con tan solo 22 años ya lo hacia. Aun tenia a Howards Stark y Peggy Carter, aunque ellos aun estaban ocupados por lo de la segunda guerra mundial. Cada día iba a vicitar las tumbas de Bucky, Steve y mi madre, sabia que los dos primeros no tenian sus cadaveres, pero ver sus dos tumbas me hacian por lo menos saber que puedo hablar con alguien, o eso creo. También me aleje de ser enfermera y pase a ser mesera, no podia aguantar ver el lugar donde trabajaba sin poder imaginarme a Bucky y Steve, no podia menos que menos seguir viviendo en Brooklyn asique me fui a Manhattan donde empeze a trabajar como mesera y cada noche a dormir me ponia la chaqueta de Bucky, sentia que él me abrazaba, pero al día siguiente eso se quitaba. Pero a mediados de este año sentia que alguien me seguia despues de mi trabajo o para donde yo iba, cada paso que yo deba este me seguia siguilosamente.
Hoy al salir de mi trabajo luego de un día cansador y de ir al supermercado sentia pisadas tras de mi, miro hacia atras con miedo y vi un hombre alto, con un brazo de metal y un arma en su braso. Su cabello un poco largo, tenia una chaqueta negra y su pantalon negron. Este empezo a caminar al ver que yo me detuve, agarre con fuerza la bolsa marron y segui caminando con mas rapide que la de antes, pero parecia que sus pisadas eran mas fuertes y rapidas que las mias, pero estas desaparecieron derrepente, dejandome con todavia nerviosa. Segui mi camino hasta mi apartamento pero con el mismo ritmo rapido de antes, tenia que llegar rapido a este lugar antes de que el hombre de brazo de metal me ataque sin previo aviso, tenia que hacerlo antes de tiempo o si no adios mundo.
Al llegar a mi apartamento prendi la luz de la sala y luego entre a la cocina dandole la espalda a la sala, empeze a guardar las cosas, hasta que note que mi perro Fox no habia aparecido como siempre lo hace luego de que yo llego a casa. Deje la bolsa de ciruelas en una parte de la cocina y me doy la vuelta ahi vi al mismo hombre sentado en uno de los pequeños sofa, intento buscar un cuchillo, pero este ya estaba frente mio sin previo aviso. Al detallar la cara del hombre vi quien era y era nada mas y nada menos que Bucky, me habia calmado y emocionado pero estas dos emociones se fueron al ver que me iba atacar con su brazo de metal. Como pude me agache y sali corriendo hasta mi habitacion, al entrar oi que mi perro estaba chillando en el harmario. Me adentro a este pero ya era tarde y Bucky, si es que puedo llamarle asi ahora, me agarra de la camisa que llevaba y me incrustra en la pared ahorcandome con su brazo de metal. Ahi de repente salio un hombre del pasillo y este me miraba con una sonrisa de lado.
— Soldado asi no se debe tratar a una mujer — Dice este hombre con malicia y me sonrie de la misma manera — Me imagino que te debes preguntar que le paso a tu hombre? Ahora se convirtio en nuestra maquina de pelea y de asesinar a gente que no nos agrada pero bueno queriamos demostrarle al Capitan America quien manda aquí, pero que lastima que haya muerto o mejor dicho se haya conguelado como un oso polar — Este agarra s mi perro y le acaricia
— Su-su-sueltalo imbecil — Dije con dificultad pero el Bucky de ahora me empezo ahorcar mas fuerte
— Soldado! No la mate! Ella sera nuestro proximo invento! — Dice el hombre en ruso, a lo cual este me deja de ahorcar haciendome caer al piso — Como te seguia diciendo mi querida (t/n) él ya no es tu chico o el mejor amigo del Capitan America, él es el Soldado del Invierno, te lo digo a ti porque tu no diras nada ya que tu sers nuestro nuevo experimento, tu fuiste su primera mision — Dice este con la misma sonrisa de antes — Bienvenida a Hydra
Dice antes de quedar inconciente por el golpe del Soldado del Invierno. Lo que mas me dolia de todo es que yo era su primera mision y ya no es el mismo Bucky, ya no lo es.
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Bucky Barnes One Shots
FanfictionSon minis historias que salen de mi hermosa imaginación, es decir de mi cabeza.