EPÍLOGO

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La luz negra chocó una vez más en el aire, la onda de explosión había sido tan potente, que a ambos demonios nos había sacado volando por los aires hasta chocat contra las paredes de la enorme sala.

Un pedazo de techo cayó a tres metros de mi pie.

El odioso Emperador se intentó poner en pie inútilmente, su ala derecha se había enchuecado, y ni la auto-curación en sus venas había ayudado contra los moretones que le había dejado marcados en el rostro.

—¡¿CREES QUE PUEDES LLEGAR...Y ARREBATARME TODO POR LO QUE HE LUCHADO?! —Gritó entre los escombros, su garganta parecía haberse quedado seca.

—¿haz estado luchando por éste momento? —fui acercándome a paso calmado.

Una vez que estuve lo suficientemente cerca, Dylan levantó su mirada insaciable de ira y rencor hacia mí. Tenía una cortada en la mejilla, y sus ropas estaban sucias y rasgadas.

—Puede que creas que has encontrado a tu elegido... —dijo entre dientes —¡PERO NUNCA ENCONTRARÁS LO QUE...

Una patada directa en la boca lo calló. Dylan se cubrió los labios, girando a un lado para escupir la sangre.

Para un mundo al borde del colapso, había demasiado silencio.

Cuando Dylan volvió a levantar la cabeza, dos hilos del líquido rojo se encontraban escurriendo de su comisura derecha. Su expresión de querer asesinarme no cambió.

—No es él. Sabes que es imposible, él no debería existir.

—Así como no deberíamos existir nosotros, ¿cierto? —Ladeé la cabeza, Dylan se quedó callado —Ya ha demostrado ser capaz de utilizar ése poder. Ahora sólo tengo que convencerlo de que lo use para las razones correctas.

—¿Y eso resultará fácil? —Trató de reír, pero una tos moribunda lo detuvo —¿Qué exactamente planeas hacer?

Miré por el agujero en el techo que habíamos causado, el cielo rojo seguía ahí, pero no duraría mucho tiempo.

—Mi plan de mil años, al fin llegará a su etapa final.

Percibí el miedo más que expresado en la cara de Dylan.

—¿Qué? —Se enfureció —¡YO SÓLO QUERÍA SER UN DIOS, Y CONTROLAR TODOS LOS REINOS! Pero tú...¡Lo que tú quieres hacer es DEMENCIA!

Giré y descargué un golpe contra su mentón, su cabeza rebotó antes de que arrancara el amuleto de la Vida de su cuello.

Al fin, eran todos míos.

—Tienes razón, mi amigo Dylan —Junté ambos amuletos, tras elevarse y girar en el aire cayeron sobre mi mano, con la que apunté al ex-emperador —llegaste a convertirte en un dios... —Dylan comenzó a gritar y a retorcerse, una luz blanca salió desprendida de su piel hasta infiltrarse dentro del amuleto, todo terminó al mismo tiempo en que su cuerpo cayó inerte —Pero yo, soy el que le gané a un dios. Y sólo un dios puede derrotar a otro dios...—apreté fuertemente el amuleto en mi puño, mi mirada divagó hasta llegar a los cuerpos de un tal Kai y un tal Xander. Esbocé una sonrisa victoriosa.

—Y los dioses...hacen cosas extraordinarias.

Ninjago II: The Last Day With Us [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora