22: Órdenes

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COLE'S POV

Acababa de dejar a Timmy en la enfermería, había ordenado a mis diecinueve hombres restantes que fueran a descansar, se lo merecían, había sido un día difícil. Pero para mí, al menos, no había terminado.

Pasé de largo el pasillo, hasta que salí a la plataforma de aterrizaje. Todos los soldados parecían andar en lo suyo, y por alguna razón, me molesto que la rutina de hoy fuera la misma que siempre.

Me di la vuelta, y comencé a caminar por el borde de la pista, hasta que se cortó el camino y "según lo lógico" debería darme la vuelta y regresar, pero al contrario, giré a la izquierda, y entré a esos extraños extremos de unos metros que rodeaban a la fortaleza. Nadie venía aquí.

Nadie, excepto una persona.

Me saqué el casco de la cabeza y lo coloqué en el suelo junto al suyo, mi fleco sudado me dio un golpe en la frente. Otro día igual de horripilante que los pasados.

Kai estaba sentando en el borde de la plataforma, abrazando sus rodillas contra el pecho, y la cabeza gacha, como si quisiera esconderla detrás de sus rodillas mientras la brisa le sacudía el cabello. Hace mucho que no lo veía con aquel corte tan salvaje, tan de él. ¿Cuánto tiempo había estado sin usar el casco?

Me senté a su lado, sin invadir su espacio personal. Dejé colgando las piernas por la orilla, y dejé mis manos reposadas sobre mis rodillas. Al instante pude sentir esa frescura acariciando mi cara, regresando a mi cabello a la vida. Ahora sabía por qué le gustaba estar aquí.

Volteé a verlo, pero él no había dejado de mirar hacia abajo. Parecía que ni siquiera había notado mi presciencia, y si lo hizo, estaba muy ocupado pensando como para hablarme.

Lo único que podía escucharse era el viento, cortando la forma de ésta estructura voladora. Los edificios teñidos en rojo parecían tan lejanos... . Era una vista hermosa, pero dejaba una pesadez en tu corazón, esa que te daba cuando descubrías que eres sólo un pequeño punto en un mundo enorme, y que no había nada que pudieras hacer para cambiar las cosas. Simplemente pasaban, y no sabías por qué.

—¿Estás bien? —hice una simple pregunta, aún sabiendo que era una muy estúpida.

Kai se tardó un momento en lo que parpadió.

—Sí. Estoy bien —dijo, sin voz quebrada, sin voz viva. Simplemente, había respondido a una pregunta —¿Tú estás bien? Vi...que tu escuadrón llegó antes de lo usual.

—Sí —suspiré, viendo hacia el cielo —. Los hostiles, ya sabes. Hirieron a Timmy.

—¿Con un bate?

—Realmente no estoy muy seguro, el agresor huyó antes de que llegáramos.

—Hm.

—¿Y cómo va todo con tu escuadrón? —pregunté, mi instinto me ordenaba intentar romper el hielo.

—Aún no conozco el nombre de nadie.

—¿En serio? Pero si viene una lista a un costado de tu pantalla —dije —Viene la ubicación de cada uno en un radio de un kilómetro. Y su señal se marca como una "X" cuando se pierde el ritmo cardiaco de uno de tus soldados.

Por primera vez en todo el día volteó a verme.

—¿En serio?

—Sí, ¿nunca lo habías visto?

Volvió la vista al frente —No. Soy muy distraído.

Respiré profundo, regresando la vista hacia la ciudad.

Ninjago II: The Last Day With Us [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora