Capítulo 19

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DRACO

Fui a buscar a Abby por la noche tras terminar de revisar las anotaciones que había hecho con Senda, no la había visto en todo el día y la echaba de menos. Pregunté en su oficina y en el barracón pero nadie la había visto, finalmente me dejé guiar por su olor para verla caminar en la penumbra de las farolas dispersas.

- ¿Qué haces aquí sola, Abby? - la cogí entre mis brazos y la besé.

- Paseaba... - dijo ella renuente, la miré con curiosidad y la sonreí.

- ¿Y no querías compañía?

- Quería pensar.

- Espero que en mí, al menos.

- Te vi en la explanada, con ella. - la miré extrañado.

- ¿En la explanada? ¿con Senda?.

- Iba a darte una sorpresa pero apareció ella, saliste a su encuentro y yo... - miró para otra parte.

- ¿Por qué no te acercaste?, quería presentártela, vino con Slar de visita relámpago, me hubiese gustado que os conocierais.

- Cuando la viste se te iluminó la cara de felicidad, ¿cómo acercarme? - entonces lo entendí.

- ¿Estabas celosa? - la cogí de la barbilla e hice que me mirase.

- Sí... yo... ella es guapísima y tú parecías tan cómodo con ella, tan feliz... que... ¿cómo superar eso?

- Senda es muy importante para mí, Abby, es mi jinete, mi... todo... Pero tú también eres alguien muy importante para mí, cada día más. No sientas celos donde no hay motivos, preciosa.

- Pues te abrazaba y besaba constantemente... - dijo con voz aniñada, me reí.

- Y yo la abracé y besé a ella, ¡demonios! Si incluso abracé varias veces al maldito cadáver... Los dragones necesitamos una necesidad física de contacto con nuestros jinetes, es normal, Abby.

- Pues parecía querer ser algo más que tu jinete - volví a reírme.

- Senda ama a su esposo, al rey dragón, no hay más hombre para ella que él. Pero me quiere como su dragón y he de decir que el amor que sentimos el uno por el otro es tan fuerte que ha sobrevivido a muchas cosas.

- ¿Y quieres que no esté celosa cuando dices esas cosas??? - me preguntó horrorizada. Volví a echarme a reír.

- Es difícil para un humano entender la complicada relación entre un jinete y su dragón, pero te puedo asegurar que no hay ningún motivo para sentir celos. - Me puse serio por un momento - De todas formas, deberías tener más cuidado al andar por aquí, no sabemos hasta donde llegan los monjes y su poder, voy a reforzar la seguridad del campamento por si acaso, pero mientras, no quiero más paseítos nocturnos, ¿de acuerdo? - ella asintió en silencio - Ven, vamos a cenar, me muero de hambre y podrás seguir poniendo esos preciosos morritos que me encargaré luego que se conviertan en una sonrisa. - Se echó a reír....

- Bobo...

SLAR

Aterrizamos en el campamento que estaba en la ciudad de Calgary, me transformé en dragón cuando Senda bajó por mi ala.

- ¿Por qué no le contaste a Draco los problemas que estamos teniendo aquí? - le pregunté.

- Se le veía muy bien, Slar, él ya tiene problemas en su frente, ¿para qué agobiarle?

Trilogía Jinete de Dragón: El Ocaso del Jinete (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora