Capítulo 52

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- ¿Habéis terminado de escribir, majestad? - preguntó el maestro bibliotecario entrando en una de las grandes salas de la biblioteca, la reina cerró el gran libro que tenía delante con sus tapas profusamente decoradas en dorado y negro.

- Si, maestro. Casi está completo, solo me quedan las últimas frases. - palmeó con satisfacción las portadas del libro.

- Ha sido un trabajo muy preciso el que habéis realizado. Vuestras memorias le serán de utilidad a los siguientes reyes y al reino de los dragones.

- Quería escribirlas, dejar mi visión de todo lo que ha pasado desde que llegué al Reino, de la gran guerra vivida y de lo que hemos conseguido.

- Tiempos de paz se vislumbran en el horizonte, a partir de aquí poco tendréis que escribir, majestad.

- Os equivocáis, maestro, siempre habrá historias que escribir, quizá no sobre guerras y originales, pero sí sobre la belleza de una flor o la nostalgia del otoño.

- Nunca me cansaré de decírtelo, habrías sido un gran aprendiz de bibliotecario, Mirlo. - le dijo sonriendo él, la reina se echó a reír.

- Déjame acabar el libro y te lo daré para que puedas ponerlo en los estantes de la gran biblioteca. Luego pasearemos en esta hermosa tarde y podré disfrutar de la compañía de mi querido amigo.

- Acabad pues, majestad, os estaré esperando. - dijo retirándose con una pequeña reverencia, la reina volvió sobre el libro, lo abrió y tras coger la pluma escribió con cuidado en tinta negra.

"Han sido muchas las cosas que he vivido, muchas las que he ganado y perdido. A ti lector, te agradezco que me hayas acompañado en este viaje a través de mi memoria, espero que hayas disfrutado con la lectura, yo he disfrutado escribiendo.

Mi vida no termina cuando cierres estas páginas, días gloriosos esperan al Reino de los Dragones y disfrutaré de cada uno de ellos junto a los que amo. No sé lo que me deparará el futuro y si seré feliz, pero puedas estar seguro que intentaré vivir todos los días buscando esa felicidad. Me conformo con poco para conseguirla, mi familia, mis amigos, el trabajo a realizar y los deberes a cumplir. Y mientras disfrutaré inmensamente de la vida que me ha tocado vivir, tanto lo bueno como lo malo, intentaré ser fuerte en las adversidades de la vida y me recrearé con satisfacción en las bonanzas que me depare. Y mientras volaré, volaré tan lejos y tan alto como mis dragones puedan.

Mi vida empezó por una mirada en un andén del metro. Mi nombre es Senda, Jinete de Dragón.

¡¡Gracias por leerme!!"

Trilogía Jinete de Dragón: El Ocaso del Jinete (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora